Corleone no quiere ser la capital de la Mafia

"En cuanto se dice Corleorte, se piensa en un sitio donde todos est¨¢n armados, y esto no es as¨ª. ?Quien va luego por el mundo declar¨¢ndose corleon¨¦s?"', dice una preciosa chiquilla de 16 a?os, alumna de la Escuela de Agricultura. Giuseppe Cipriani, alcalde de Corleone, ha acogido esta demanda de sus ciudadanos, que quieren "vivir en una ciudad normal, como cualquier otra", y ha logrado que Oliverio Toscani, el autor de las campa?as escandalosas de Benetton, ayude a cambiar la imagen del pueblo con el apoyo financiero de su empresa.En la patria chica de Luciano Ligio, Salvatore Tot¨® Riina y Leoluca Bagarella, los grandes capos que durante los ¨²ltimos 20 a?os la convirtieron en capital mundial de la Mafia, la inciativa del alcalde ha causado conmoci¨®n. "A las seis de la tarde, asamblea en el cine con Toscani y con la prensa extranjera", anuncian los altavoces que pasea una furgoneta, mientras el c¨¦lebre fot¨®grafo dice a los periodistas que "Corleone ha sido explotada por la comunicaci¨®n" y que "hay que poner fin a una tr¨¢gica farsa".

"Marlon Brando, El padrino, Coppola, deber¨ªan indemnizar a este pueblo por haber usado su nombre como si todo ¨¦l fuera de la Mafia", dice Toscani en el despacho del alcalde. "Una vez, un alcalde democristiano entr¨® en esta habitaci¨®n y se encontr¨® a Vito Ciancimino, c¨¦lebre alcalde de Palermo ligado a Tot¨® Riina, que, sentado en el sill¨®n consistorial, vuelto de espaldas, le dijo: 'Tienes que irte porque no nos gustas", cuenta el alcalde Cipriani a quien le pregunta si de verdad han cambiado las cosas.

"No hemos dicho jam¨¢s que la Mafia haya sido derrotada, pero estar en este despacho hablando como hoy era impensable todav¨ªa hace poco tiempo. Queremos utilizar la comunicaci¨®n para promover nuevos cambios", a?ade el primer ciudadano de Corleone, convencido de que nadie podr¨¢ pensar en serio que la Cosa Nostra tenga alg¨²n inter¨¦s en su campa?a. "A la Mafia le conviene el silencio. La comunicaci¨®n le perjudica", afirma.

Cipriani tiene todas las credenciales en regla como combatiente de la antimafia. Abogado, de 34 a?os, soltero, jefe local del Partido Comunista Italiano (PCI) y luego del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), fue elegido en 1993 con el voto de 2.500 ciudadanos sobre los 7.000 que integran el censo electoral del pueblo de Riina. El clima de la elecci¨®n fue precisamente una reacci¨®n decidida frente a los asesinatos de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, frente a una escalada terrorista de signo mafioso que atemoriz¨® a toda Italia.

El estilo de Cipriani, t¨ªmido, discreto, seguramente fiel a los lemas de "mansedumbre y moderaci¨®n" que profesa fray Paollo, un franciscano descalzo que todos los comprometidos por el cambio en Corleone veneran, es casi antit¨¦tico al que ha tenido la lucha antimafia en Sicilia, protagonizada por el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, y sus denuncias inc¨®modas de complicidades con La Piovra.

"Creo que esas actitudes no favorecen la confianza indispensable para un cambio en profundidad, sostiene Cipriani, que no busca "una ruptura traum¨¢tica". "Cualquiera debe tener la posibilidad de incorporarse a la nueva sociedad, aunque sin silenciar el pasado, sin ignorar las cosas", a?ade. Desear¨ªa rescatar a la propia familia de Riina. "Mientras en esas familias no se produzca un corte cultural", dice, "seguir¨¢ el problema".

Mario, un sanitario de veintipocos a?os, es menos optimista. Afirma que las cosas en Corleone han empeorado desde que los Riina volvieron al pueblo tras la detenci¨®n del capo. Antes no se sent¨ªa directamente el poder de la familia fugitiva. "En pocos meses han sido asesinadas tres personas, quiz¨¢ relacionadas con un supuesto intento de secuestrar a Giovanni, el primog¨¦nito del capo, detenido hace pocas semanas", explica Mario. En Corleone pocos creen que el poder de los Riina haya sido liquidado.

Y la campa?a, de Toscani, ?c¨®mo se' paga? "Pediremos a las empresas", dice el alcalde. "Corleone no tiene una lira, y no debe poner nada. Benetton ya est¨¢ en el asunto, y pedir¨¦ dinero a Fiat y a las dem¨¢s empresas italianas. Ya est¨¢ bien de dedicar las vallas a mostramos coche que todos sabemos perfectamente c¨®mo son", a?ade el fot¨®grafo. "Hay que contar lo que pasa".