Los 'sprinters', v¨ªctimas de su propio negocio
No s¨®lo escaladores de rodillas doloridas tienen derecho a quejarse. Tambi¨¦n sus propios verdugos caen como v¨ªctimas. Si fugaz es la vida deportiva de un sprinter, si m¨¢s fugaz es a¨²n su aparici¨®n en las carreras -apenas un kil¨®metro de trabajo por etapa, incluidas metas volantes-, apenas es como un rayo de sol en mitad de una tormenta su presencia f¨ªsica en las carreras. Y en las grandes vueltas no dejar¨ªa de ser anecd¨®tica esta circunstancia si no fuera porque acaparan el protagonismo con la misma voracidad con la que se disputan los triunfos. Ya tienen tanta prisa que la mayor¨ªa ni siquiera espera a que termine su terreno abonado para hacer las maletas y abandonar. Parece que cada vez est¨¢n dispuestos a pasar menos penalidades. La lluvia y el viento no son para ellos, kamikazes s¨®lo en los ¨²ltimos metros. Su propio negocio -estar en todas partes, todo el a?o y siempre con su cara m¨¢s brillante- acaba devorando su faceta m¨¢s deportiva.El mi¨¦rcoles, el malhadado Zanini se baj¨® de la bicicleta antes de que terminara la etapa. Evit¨®, quiz¨¢s, verse involucrado en la ca¨ªda que le cost¨® la continuidad a Svorada, quien, pese a sus habilidades de equilibrista -fue jugador de hockey sobre hielo antes que ciclista- no pudo eludir la rueda que le meti¨® por detr¨¢s el joven aprendiz Traversoni. Son los riesgos del oficio. El componente de su especialidad que les permite ser objetos buscados como el oro, y pagados casi tanto. Y que les da libertad para otros lujos.
Oficialmente v¨ªctima de una gastroenteritis febril -el mismo mal que Miranda-, el rey del asunto, Mario Cipollini, no tom¨® ayer la salida. Algunos testigos en su hotel dicen, sin embargo, que fresco como una rosa, Cipollini dio su conformidad al motivo escrito por el m¨¦dico de su equipo. Mal cuadra esa versi¨®n: todos los datos y la l¨®gica querr¨ªan al rey le¨®n de las llegadas: la etapa de ayer terminaba m¨¢s cerca de Italia que la anterior; era un recorrido llano que se preve¨ªa acabar¨ªa en sprint; el asunto del culotte rojo estaba a punto de dar su ¨²ltima explosi¨®n publicitaria -los comisarios, cansados de multarle a diario, hab¨ªan dado parte a la UCI del asunto-; y su preparaci¨®n para los Juegos de Atlanta, su gran objetivo, no se ve favorecida con una retirada tan temprana; los t¨¦cnicos calculan que le ser¨ªan necesarios otros diez d¨ªas de competici¨®n por lo menos.Despu¨¦s de todo, quiz¨¢s la misma astucia que luce en las llegadas, Cipollini la ha ejercido con m¨¢s rapidez que sus rivales. A fin de cuentas, a partir de hoy se acaban los sprints. Cipollini se ha ido con una victoria y con menos etapas duras en sus piernas que los otros locos de la velocidad. De todas formas, Blijlevens, segundo en dos etapas antes de ayer, se lo habr¨¢ agradecido.
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