Espa?a ofrece a Namibia cooperaci¨®n a cambio de mayor cuota pesquera

Espa?a no fue la antigua potencia colonial ni tampoco tuvo nunca ninguna relaci¨®n especial con el territorio que administr¨® Sur¨¢frica, pero, tras la independencia de Namibia, en 1990, se ha convertido en su principal socio comercial en Europa y el principal inversor extranjero. El secreto de esta estrecha relaci¨®n es la pesca, que, con motivo de la visita del presidente namibio, Sam Nujoma, Espa?a espera incrementar ofreciendo a cambio, entre otras cosas, m¨¢s cooperaci¨®n.

Nujoma llevaba tres a?os queriendo venir a Espa?a como presidente. Hab¨ªa estado como l¨ªder de la guerrilla SWAPO, que luch¨® contra Sur¨¢frica hasta finales de la d¨¦cada pasada. La diplomacia espa?ola le ayud¨® entonces a recabar apoyos en Latinoam¨¦rica y un destacamento form¨® parte del contingente de la ONU, que contribuy¨® a garantizar una transici¨®n pac¨ªfica hacia la plena soberan¨ªa.Tras la independencia las relaciones entre Madrid y Windhoek sufrieron en 1991 un brusco deterioro cuando las autoridades namibias descubrieron que numerosos pesqueros espa?oles segu¨ªan faenando en sus aguas sin autorizaci¨®n. Acusaron al Gobierno espa?ol de complicidad por no impedirlo y sancionaron a los buques que apresaron.

Desde 1993 ambas capitales se vuelven a llevar bien hasta el punto de que, gracias a unas importaciones anuales de pescado que rondan los 18.000 millones de pesetas, Espa?a se ha convertido en el primer socio europeo de Namibia. El pescado lo transforman empresas espa?olas como Pescanova que ha invertido all¨ª unos 6.000 millones de pesetas, la mayor inversi¨®n desde la independencia. Nujoma visitar¨¢ el viernes su sede en Vigo.

Esperamos, le dijo ayer el Rey a Nujoma en el almuerzo que le ofreci¨®, que su visita "sirva para profundizar en lo ya realizado y para encontrar nuevas v¨ªas de cooperaci¨®n que redunden en beneficio de ambos pa¨ªses".

La industria pesquera espa?ola no quiere adem¨¢s que la Uni¨®n Europea concluya el acuerdo pesquero que ha empezado a negociar con Namibia. Las empresas de pesca han obtenido sus propias cuotas y temen que cualquier tratado suponga una reducci¨®n de sus capturas.