C¨ªrculos viciosos
El verano suele incidir sobre la evoluci¨®n de la vida pol¨ªtica. Todo se hace m¨¢s lento y sosegado, ya que los actores son conscientes de que la escena del conflicto s¨®lo volver¨¢ a animarse a partir de septiembre. As¨ª que el desarrollo de las diferentes cuestiones responde a la din¨¢mica de la piedra arrojada al estanque: la agitaci¨®n es moment¨¢nea y tras unos d¨ªas acaba disolvi¨¦ndose, regresando la tranquilidad.Es lo que ha ocurrido en las dos cuestiones suscitadas de mayor peso: la oferta de di¨¢logo de la Mesa de Ajuria Enea tras la minitregua de ETA, y el revuelo causado por las declaraciones de Rodr¨ªguez Ibarra sobre la renovaci¨®n del PSOE. En este ¨²ltimo caso, el l¨ªder extreme?o luci¨® sus formas habituales para expresar algo que dentro del PSOE resulta evidente: una profunda situaci¨®n de malestar en quienes han visto anulados, ante la opini¨®n p¨²blica, sus esfuerzos de buena gesti¨®n por la capa de cieno que los asuntos de corrupci¨®n hicieron y hacen caer sobre el conjunto del partido. Parece razonable la propuesta de que si la direcci¨®n actual no ha hecho ni hace pr¨¢cticamente nada para remediar la situaci¨®n, la ¨²nica salida es plantearse su relevo. Ocurre, sin embargo, que Felipe Gonz¨¢lez no es precisamente un entusiasta de que a sus espaldas surjan y se desarrollen en libertad debates sobre su gesti¨®n. As¨ª que inmediatamente, conminaci¨®n enmascarada a los discrepantes y, con no menor rapidez, remisi¨®n a un lejano congreso del partido para aclarar las cosas. Rodr¨ªguez Ibarra dijo haber suspendido m¨¢s de veinte entrevistas que le hab¨ªan solicitado sobre el tema. Pero es claro que con la peque?a limpia de Navarra, Gonz¨¢lez y Ciscar tienen ya suficiente para exhibir la supuesta voluntad de enmienda. Lo que cuenta ahora es la posibilidad de recuperar una imagen de izquierda, reduciendo a la subalternidad a las dem¨¢s organizaciones pol¨ªticas y sindicales a la izquierda del PP. Y, como cab¨ªa esperar de su habilidad, Gonz¨¢lez va trabajando bien en este sentido.
Como lo ha hecho la Mesa de Ajuria Enea, d¨¢ndole la vuelta a la operaci¨®n de propaganda de ETA, con su semana de vacaciones del terror. La voluntad de provocaci¨®n etarra ha quedado de manifiesto y, a, pesar de ello, los partidos democr¨¢ticos vascos han sabido mantener un discurso realista y nada dogm¨¢tico, unitario en lo esencial, que deja abierta la posibilidad de entablar un di¨¢logo razonable que alguna vez acabe con esta pesadilla hist¨®rica. El problema reside aqu¨ª, no s¨®lo en la p¨¦sima voluntad del "sistema ETA", sino en el escaso margen que la situaci¨®n plenamente democr¨¢tica de Euskadi y de Navarra abre para una eventual salida negociada. Si por parte de ETA hay terror, es que HB est¨¢ a una distancia abismal en votos para lograr sus objetivos. Y esta situaci¨®n crea un c¨ªrculo vicioso para el cual al menos la clara y firme voluntad de di¨¢logo, y sobre todo de agilidad en la respuesta al envite de ETA, ahora mostradas por Ajuria Enea, abren la ¨²nica perspectiva posible de resoluci¨®n del problema.
Claro que desde mucho tiempo atr¨¢s, el verano es tambi¨¦n tiempo oportuno para introducir cambios impopulares. Es lo que ha hecho el Gobierno del PP con las privatizaciones. Hay evidentemente una justificaci¨®n coyuntural: allegar ingresos p¨²blicos para Maastricht. Pero ya es m¨¢s dudoso el criterio de pol¨ªtica econ¨®mica empleado, teniendo en cuenta la rentabilidad de empresas a enajenar. La evocaci¨®n del franquismo intervencionista tampoco es muy rigurosa. Entre la nacionalizaci¨®n generalizada y la privatizaci¨®n no menos total, cabe una presencia econ¨®mica del sector p¨²blico, justificable en t¨¦rminos tambi¨¦n econ¨®micos, como en otros pa¨ªses de nuestro entorno. Anarco-liberalismo econ¨®mico del Gobierno, respuesta social y pol¨ªtica de la izquierda: nuevo y viejo escenario.
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