Expertos se plantean suprimir la terapia a los seropositivos que llevan un a?o sin VIH
Los especialistas aconsejan en Vancouver tratamientos al menor indicio de infecci¨®n
ENVIADA ESPECIAL"Cura es una palabra peligrosa", dijo ayer, en Vancouver, Martin Markowitz, investigador del Aaron Diamont de Nueva York. Pero su grupo, dirigido por David Ho, abraza como otros muchos la idea de eliminar el virus del sida. En oto?o se plantear¨¢n si suspenden el tratamiento al primero de los nueve infectados que han conseguido mantener un a?o sin VIH detectable en sangre. "Si quedan virus, ¨¦stos no se har¨¢n esperar", insisti¨®. Los seropositivos fueron tratados con c¨®cteles de f¨¢rmacos a los 40 d¨ªas de haberse contagiado.
La ¨²ltima gran inc¨®gnita de los cient¨ªficos, al menos as¨ª lo expresan los reunidos en la XI Conferencia Internacional del Sida, clausurada ayer, y el motivo de su a¨²n tibia esperanza, es saber si el virus del sida se refugia en el cerebro, a donde los f¨¢rmacos no llegan.Como ayer adelant¨® EL PA?S, David Ho present¨® ayer, junto a Montaner, varios trabajos que postulan la posibilidad de eliminar el virus del sida de los infectados con tratamientos antirretrovirales agresivos de un, a?o, dos, o tres a lo sumo, en los casos m¨¢s dif¨ªciles.
El experimento, todav¨ªa en proceso, trata de calcular en ocho pacientes a qu¨¦ velocidad desaparecen los restos virales de la sangre, de las c¨¦lulas infectadas activas, de las que est¨¢n en reposo y de los macr¨®fagos. Y han calculado que la vida media var¨ªa entre cuatro y ocho semanas y de aqu¨ª, con dos modelos matem¨¢ticos, aventuran el tiempo necesario de terapia.
El experimento de Ho no entra a valorar la posibilidad de una reca¨ªda o la existencia de un ¨²ltimo refugio donde el virus siga viviendo de forma latente. La sangre y el sistema inmunol¨®gico no parecen preocupar especialmente a los investigadores, "pero estamos preocupados por los santuarios en el cerebro, que son sitios donde hay virus y hasta donde no llegan los f¨¢rmacos que tenemos", afirm¨® David Ho.
Pronto y fuerte
Para obtener la respuesta no van a esperar mucho. El equipo de Markovith se plantea la posibilidad de, en septiembre u octubre, suspender el tratamiento a un infectado sin carga viral desde hace un a?o, y comprobar si el virus ha desaparecido tambi¨¦n de sus ganglios linf¨¢ticos o, en el peor de los casos, si vuelve a replicarse sin freno. Estos seropositivos empezaron a recibir f¨¢rmacos entre 40 y 127 d¨ªas despu¨¦s de que se contagiaran, lo que apoya la tesis, cada vez m¨¢s defendida, en Vancouver, de disparar contra el virus del sida lo m¨¢s pronto y fuerte posible.A¨²n con todas las reservas los investigadores b¨¢sicos van m¨¢s lanzados hacia la etapa final en la carrera contra el sida que los m¨¦dicos que trabajan a pie de enfermo. Joep Lange, un prestigioso m¨¦dico estadounidense, les record¨® la barrera del sistema nervioso central para acabar con los virus y dijo con iron¨ªa "la soluci¨®n est¨¢ lejos, salvo que Markovith nos demuestre que no es as¨ª".
Entre los avances m¨¢s importantes est¨¢ el hallazgo de un nuevo correceptor (CC-CKR5) para la entrada del virus del sida en los macr¨®fagos, que es un nuevo objetivo farmacol¨®gico.
Este descubrimiento, publicado en las revistas cient¨ªficas Nature y Science por varios grupos de investigadores en los ¨²ltimos meses, es un nuevo objetivo farmacol¨®gico, dijeron los investigadores en Vancouver. Uno de estos trabajos ha sido presentado en la cumbre por Robert Gallo.
Tras cuatro a?os de pesimismo la conferencia de Vancouver clausurada ayer ha dejado un legado de esperanza que, sin embargo, no empa?a lo que todav¨ªa queda por hacer. "Esta conferencia ha abierto un nuevo cap¨ªtulo, pero no es el ¨²ltimo. Los avances nos hacen pensar que lo que antes era imposible ahora es factible", dijo Martin Schechter, uno de los codirectores de la conferencia al hacer el balance. Los hallazgos presentados m¨¢s espectaculares se refieren a las nuevas combinaciones de f¨¢rmacos que hacen que los cient¨ªficos conf¨ªen en poder erradicar el virus de las personas infectadas.
La cumbre de Vancouver ha tenido un r¨¦cord de participantes con 14.137 cient¨ªficos y epidemi¨®logos y 1.145 ponentes afectados por el virus becados por la propia organizaci¨®n.
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