Londres despide a Nelson Mandela como a un h¨¦roe popular
El pueblo llano fue el protagonista en la ¨²ltima jornada de la visita de Estado de Nelson Mandela al Reino Unido. As¨ª lo decidi¨® el presidente surafricano cuando incluy¨® Brixton, un barrio multirracial de Londres, y la plaza de Trafalgar en su itinerario. Quer¨ªa agradecer personalmente a todas las personas que lucharon por su liberaci¨®n y por la extinci¨®n del r¨¦gimen racista, vigente en su pa¨ªs hasta hace dos a?os. "Me gustar¨ªa tener unos bolsillos enormes para llevaros conmigo. Os quiero a todos", dijo el presidente desde el balc¨®n de la Casa de Sur¨¢frica en la plaza de Trafalgar.En ese mismo escenario, blancos y negros, pol¨ªticos y superestrellas protestaron a?os atr¨¢s contra el apartheid (segregaci¨®n racial) en Sur¨¢frica. Las manifestaciones y noches de vigilia tan s¨®lo se suspendieron una vez que Nelson Mandela pis¨® la calle tras 27 a?os de prisi¨®n.
Betty Boothroyd, presidenta de la C¨¢mara de los Comunes, record¨® el d¨ªa anterior las sesiones en silencio que pas¨® frente a la Casa de Sur¨¢frica. Su emotivo discurso inaugur¨® la visita de Mandela al palacio de Westminster, que reuni¨® al mayor n¨²mero de personalidades de los ¨²ltimos 30 a?os.
El presidente rememor¨® episodios del pasado colonial y de la turbulenta relaci¨®n entre el Reino Unido y Sur¨¢frica. Record¨®, en concreto, c¨®mo sus antepasados en el Congreso Nacional Africano (CNA) defendieron en el Parlamento de Londres la necesidad de que "el poder colonial les tratara como seres humanos". Su petici¨®n fue rechazada.
"Pero ahora", dijo, "venimos como amigos". Las represalias no encajan en el car¨¢cter de Mandela. Motivos no le faltan, pero la venganza no es su estilo. Esta semana, el presidente prefiri¨® olvidar a sus antiguos enemigos, Margaret Thatcher entre ellos, y su ofensa se redujo a negarles una recepci¨®n en privado.
La oposici¨®n de Thatcher
"A los ojos de Thatcher, Mandela era el demonio", record¨® el analista pol¨ªtico Hugo Young en las p¨¢ginas de The Guardian. Su partido , el ANC, era para la ex primera ministra "una t¨ªpica organizaci¨®n terrorista" que nunca gobernar¨ªa.Durante el liderazgo de Thatcher, el Ejecutivo brit¨¢nico se opuso a las sanciones contra el r¨¦gimen racista y volc¨® su apoyo diplom¨¢tico en el jefe Gatsha Buthelezi. El odio se extendi¨® a las filas conservadoras. El parlamentario conservador, Teddy Taylor, lleg¨® incluso a decir que "deber¨ªan matar a Nelson" Mandela.
La historia ha demostrado el error pol¨ªtico de Thatcher y de los conservadores brit¨¢nicos. El ANC controla el gobierno surafricano y el antiguo revolucionario es hoy un h¨¦roe popular y un l¨ªder con carisma internacional.
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