Se reeditan las memorias de Jos¨¦ Zorrilla, cumbre de la literatura espa?ola de su g¨¦nero
'Recuerdos del tiempo viejo' traza un retrato antiheroico del autor del 'Tenorio'
Las memorias de Jos¨¦ Zorrilla (1817-1893) se titulan Recuerdos del tiempo viejo. Ocupan m¨¢s de 800 p¨¢ginas y tratan, desde una perspectiva extra?amente antiheroica, de la vida y la fabulaci¨®n de un hombre. No hay en el siglo XIX espa?ol unas memorias como ¨¦stas. Contando todos los siglos se cuentan pocas. Desde el punto de vista estil¨ªstico presentan la novedad -para su tiempo y para este tiempo- de una escritura antirret¨®rica, de gran naturalidad. La ¨²ltima edici¨®n competente de este libro data de 1882. C¨ªrculo de Lectores la reedita en sus Maestros Modernos Hisp¨¢nicos.
"Y hoy, cuando lo que de mi subvenci¨®n me resta no me basta para la posici¨®n en que mi reputaci¨®n me coloca, recojo los ¨²ltimos destellos de mi decadente ingenio, los ¨²ltimos alientos de mis cansados pulmones y los ¨²ltimos ¨¢tomos de honra y de br¨ªo que en el coraz¨®n me restan, y me arrojo, otra vez en los brazos del trabajo, en vez de arrojarme por el balc¨®n, o en el fango de la holgazaner¨ªa a quejarme de la naci¨®n y de sus gobiernos, a quienes no alcanza ni obligaci¨®n ni responsabilidad alguna' en la posici¨®n en que me han colocado mis circunstancias personales y mis negocios de familia".Jos¨¦ Zorrilla ha llegado a los 64 a?os. Est¨¢ sin blanca y la muerte hace poco que ha entrado "calladamente en su casa". No parece ni muy acompa?ado ni muy feliz. El p¨²blico no se muestra del todo misericorde. Hay quien dice y aun quien escribe: "Ret¨ªrese usted", "qu¨ªtese usted de en medio". ?l replica que bien querr¨ªa. Pero necesita dinero. Cada mes de noviembre los teatros de Espa?a viven de su Don Juan. Pero la Ley de la Propiedad Intelectual ha entrado en vigor poco despu¨¦s de que su Don Juan fuera escrito. Y sin efectos retroactivos. Desde hace dos a?os, para vivir, para no echarle al Gobierno la culpa de sus cuitas, colabora en El Imparcial: escribe unos viejos recuerdos por entregas. En uno de sus pocos movimientos de la ¨¦poca, en octubre de 1880 viaja a Barcelona: en el teatro Principal le han pedido que colabore en el montaje de su en¨¦simo Don Juan. Acepta el viaje entusiasmado. Durante muchas semanas apenas le dejan trabajar, comprimido en atenciones y agasajos: "El pueblo barcelon¨¦s me dijo: Sorrilla, parla, enrahona: ets a Casa teva [Sorrilla, habla, expl¨ªcate: est¨¢s en tu casa]; y cay¨® en gracia cuanto hice y dije, y se me abrieron todas las puertas y me recibieron como a hermano en todas las familias: y he aqu¨ª c¨®mo y por qu¨¦ se imprimen en Barcelona estos mis Recuerdos del tiempo viejo
La mejor prosa
Se trata de las memorias m¨¢s importantes del siglo XIX espa?ol -un siglo no demasiado f¨¦rtil en ese g¨¦nero, y en todo caso de uno de los grandes libros de la prosa espa?ola moderna. Eduardo Mendoza, que introduce como de costumbre una nota preliminar en cada uno de los vol¨²menes de la colecci¨®n que dirige, lo califica como el m¨¢s interesante de todos ellos. Es una apreciaci¨®n valiosa en lo coloquial sube de tono: dice que acept¨® el encargo de la colecci¨®n para poder. publicar este libro-, teniendo en cuenta que se incluyen obras del calibre de La Regenta (Clar¨ªn), Tirano Banderas (Valle-Incl¨¢n), Pepita Jim¨¦nez (Valera) y La sensualidad pervertida (Baroja). "Es un libro maravillosamente escrito -anota Mendoza-, que incluye muchas otras cosas a la vez: un retablo hist¨®rico, un recorrido por el mundo y el mundillo teatral espa?ol en los a?os dorados del- romanticismo, un mosaico de personajes .y an¨¦cdotas. Tambi¨¦n, y por encima de todo, la l¨²cida autobiograf¨ªa de un hombre cuyo talento excepcional no le proporcion¨® ni el ¨¦xito, ni la fortuna ni la felicidad".El acad¨¦mico Pere Gimferrer tambi¨¦n ha apreciado las memorias. En 1984, en uno de los cap¨ªtulos de Los raros -despu¨¦s un libro, pero primero una serie publicada por este diario-, el poeta barcelon¨¦s escrib¨ªa: "Es dif¨ªcil escribir peores poemas que los que Zorrilla inserta en esos Recuerdos del tiempo viejo. Es casi imposible, en cambio, escribir prosa m¨¢s viva. La lengua hablada, a lo largo de la literatura espa?ola, juega al escondite con la lengua escrita; hay que buscar lo oral en Bernal D¨ªaz del Castillo, en Francisco Delicado, en ciertos pasajes cervantinos. ( ... ) Zorrilla acierta en lo esencial porque escribe como habla".
Un hombre escrito
Mar¨ªa Angeles Naval, profesora de Literatura en la Universidad de Zaragoza, que ha escrito el pr¨®logo de esta edici¨®n, insiste en la naturalidad estil¨ªstica como una de las grandes virtudes de este libro. "Su escritura corresponde perfectamente a su prop¨®sito moral: se trata de una escritura antiheroica que describe el itinerario de un hombre dispuesto a mostrarse como hombre, con todas las lacras de la vida expuestas, y no como un mito. Un prop¨®sito, en cierto sentido, similar al de Rousseau". Y muy raro en la literatura espa?ola de la ¨¦poca. Al fin y al cabo, como se?ala la profesora en su pr¨®logo, la literatura memorial¨ªstica del XIX est¨¢ dominada por hombres que escriben sus memorias en tercera persona (Castelar) o que piden perd¨®n por utilizar el- "sat¨¢nico yo" (Mesonero): una actitud, antirrom¨¢ntica, asociada, seg¨²n Naval, a lo m¨¢s reaccionario de la est¨¦tica espa?ola. "El protagonismo de lo individal, a?ade, "no forma parte del canon de su tiempo".Por supuesto Zorrilla alude en este libro a su Tenorio. Lo alude como quien arrastra un Imponderable: celebra que el libro lo haya convertido en una gloria nacional, pero no considera que sea la mejor de sus obras, ni que ¨¦l tenga que pasar a la historia gracias a ese se?or. Don Juan, adem¨¢s, es el culpable de que sus Recuerdos hayan quedado sepultados. As¨ª piensa al menos la profesora: "Debo citar a Cela: 'Espa?a es un pa¨ªs tan pobre que no da para tener dos ideas en la misma cabeza. Ni dos ideas ni dos libros escritos por un mismo autor".
Las tres opiniones de autoridad coinciden en que este libro ha de formar parte, por ley, de la vida de todo espa?ol culto o en trance. Por el momento no est¨¢ en las librer¨ªas. Pero la iniciativa de C¨ªrculo de Lectores favorece el cumplimiento de la legalidad intelectual.
Babelia
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