Avances en el control de la muerte celular abren caminos para la terapia g¨¦nica
Todas las c¨¦lulas de un organismo saben cu¨¢ndo tienen que morir. Un mecanismo regido sobre todo por sus c¨¦lulas vecinas les indica cu¨¢ndo ha llegado el momento. Interferir en este proceso, seg¨²n se puso de manifiesto en el Congreso Europeo de Bioqu¨ªmica celebrado la semana pasada en Barcelona, abre nuevas v¨ªas para tratar, mediante terapia g¨¦nica, enfermedades en las que se produce un exceso de muerte celular, como las de tipo neurodegenerativo -Parkinson y Alzheimer- o, por el contrario, cuando las c¨¦lulas sobreviven m¨¢s de lo esperado, como en los c¨¢nceres.
La muerte celular programada, o apoptosis, es un proceso que se da de forma natural en cualquier organismo. Su funci¨®n es eliminar las c¨¦lulas que ya han finalizado su ciclo vital y mantener de esta forma un n¨²mero estable de las mismas en los diferentes tejidos. Pr¨¢cticamente todas las c¨¦lulas, salvo las nerviosas, se regeneran de forma continua. De no existir un mecanismo de eliminaci¨®n, el volumen de ¨®rganos y tejidos crecer¨ªa sin cesar.
A pesar de que los mecanismos que inducen a que una c¨¦lula se suicide son cada vez m¨¢s conocidos, todav¨ªa existen lagunas, seg¨²n reconoci¨® el bioqu¨ªmico Martin Raff en Barcelona. Raff, investigador del University College de Londres, destac¨® que en algunas enfermedades se han detectado mecanismos de muerte celular programada: en dolencias de tipo agudo como el infarto o en cr¨®nicas como el Parkinson o el Alzheimer. Pero matiz¨® que su relaci¨®n con las mismas "es a¨²n incierta".
El inter¨¦s a largo plazo, admiti¨® Raff, estriba en "frenar el exceso de muerte celular" que se da en este tipo de dolencias o, por el contrario, acelerarlo para provocar que c¨¦lulas enfermas mueran antes de lo previsto. De esta forma podr¨ªa disponerse de un nuevo m¨¦todo para combatir tumores.
Principal obst¨¢culo
El principal obst¨¢culo a vencer, se?al¨® durante la misma reuni¨®n Aaron Klug, premio Nobel de Qu¨ªmica en 1982, consiste en determinar de qu¨¦ forma puede hacerse llegar la informaci¨®n precisa a las c¨¦lulas para que inicien su autodestrucci¨®n o bien para que la frenen. Investigaciones recientes apuntan a que un determinado tipo de prote¨ªnas es capaz de transmitir este mensaje. Y Klug present¨® en Barcelona los resultados de un trabajo en el que se describe por primera vez c¨®mo una prote¨ªna sint¨¦tica inoculada en cultivos de c¨¦lulas linfoides desencadena el mecanismo de muerte celular programada. Estas c¨¦lulas sobreviv¨ªan m¨¢s de la cuenta por tener alterado su programa de muerte celular como consecuencia de la acci¨®n de un oncog¨¦n. La prote¨ªna sint¨¦tica de Klug repar¨® el programa al inhibir la acci¨®n del oncog¨¦n y las c¨¦lulas recuperaron su capacidad de autodestrucci¨®n.Los trabajos de Klug se basan, seg¨²n explic¨® a este peri¨®dico, en un nuevo m¨¦todo de reconocimiento de secuencias de ADN dise?ado por ¨¦l mismo y que denomina dedos de zinc. "Los dedos de zinc", explic¨®, "son el sistema m¨¢s b¨¢sico de reconocimiento del ADN", que puede llegar a permitir comprender c¨®mo determinadas prote¨ªnas activan o desactivan determinados genes. "S¨®lo cuando comprendamos a fondo c¨®mo funciona este fen¨®meno podremos determinar de qu¨¦ manera se puede intervenir activando o desactivando la expresi¨®n de un gen", concluy¨®.
Profundizar en esta capacidad de intervenir en la activaci¨®n o inhibici¨®n de un gen ser¨¢ de la mayor importancia para avanzar en la terapia g¨¦nica. F¨¢tima Bosch, investigadora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona que dirige un grupo dedicado a la creaci¨®n de animales transg¨¦nicos para investigaci¨®n en terapia g¨¦nica, subray¨® que es precisamente el escaso conocimiento de esos mecanismos lo que hace que est¨¦ fallando buena parte de los ensayos de terapia g¨¦nica.
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