"Alg¨²n d¨ªa se sabr¨¢ qui¨¦n lo hizo"
Husein Al¨ª Daoud, Xian, de 18 a?os, acusado de matar durante una reyerta el 14 de mayo en el ferial de Arganzuela a David Alfonso Correira, de 17 a?os, recobr¨® su libertad la semana pasada tras pagar una fianza de dos millones de pesetas. La juez adopt¨® la medida por la "ausencia de antecedentes, el arraigo familiar y los resultados de las ¨²ltimas diligencias", aunque record¨® que subsisten indicios de culpabilidad contra ¨¦l. Husein, sin embargo, defiende su absoluta inocencia. Enfundado en un ch¨¢ndal que utiliza de uniforme cotidiano, atiende un puesto de bisuter¨ªa a la entrada del parador de Baiona (Pontevedra). Habla con deje ¨¢rabe y tono sereno, de hombre experimentado, sin dejar de parecer, no obstante, un adolescente. "Una muerte siempre sale a relucir, tarde o temprano", dice para expresar su confianza. "No es un robo. Una muerte es muy sentida por Dios, y yo estoy muy tranquilo. Ya aparecer¨¢ quien lo hizo".
La familia de Husein Al¨ª, de origen iraqu¨ª, vive en un barrio modesto de Vigo. El padre tiene nacionalidad espa?ola y es due?o en Madrid y Vigo de sendas tiendas de bisuter¨ªa y telas importadas de Oriente. Husein, al que familiarmente le llaman Xian, se ha encargado de llevar la tienda de Madrid. Hace seis a?os que reside en Espa?a, y hasta su detenci¨®n nunca tuvo el menor problema policial.
Tampoco sus vecinos de Vigo le recuerdan un mal comportamiento ni un mal gesto. Ahora ha de comparecer cada 15 d¨ªas en el juzgado, pero conf¨ªa en su plena exculpaci¨®n del crimen de Arganzuela. En Baiona, Xian acepta enseguida la invitaci¨®n a charlar y beber. Elige un refresco de naranja dulz¨®n y pegajoso que degusta como un ni?o.
PASA A LA P?GINA 4
"Me han acusado para proteger al que mat¨® a David Alfonso"
VIENE DE LA P?GINA 1Empieza por recordar que fueron ¨¦l y su padre quienes se presentaron voluntariamente en la comisar¨ªa de Vigo, cuando supieron que la polic¨ªa le buscaba en Madrid. Desde entonces ha pasado dos meses rotando por diversas c¨¢rceles: primero, una semana en Vigo; luego, en una cuerda de presos que pernoct¨® un d¨ªa en La Coru?a y otro en Le¨®n; le internaron en Valdemoro, le trasladaron a Carabanchel, de nuevo a Valdemoro y los ¨²ltimos 23 d¨ªas en Alcal¨¢ de Henares. "Eso es horrible, porque cuando empiezas a adaptarte... Entrar en una prisi¨®n es lo peor".
Pregunta. ?Qu¨¦ sucedi¨® el 14 de mayo?
Respuesta. Yo estaba con un amigo y decidimos subir a la noria de la feria. Ah¨ª se me cay¨® una moneda de 500 pesetas. Vino un chaval alto y me dijo que eran de una chica, yo le respond¨ª que no, que eran m¨ªas, y mi amigo me respald¨®. Entonces empezamos a pelear. Era m¨¢s fuerte que yo, pero tambi¨¦n le di. Enseguida vinieron sus amigos, eran muchos, 18 o 20, con cascos y botas muy duras. Todos, contra nosotros dos. Yo me recuerdo en el suelo, recibiendo sus patadas. Perd¨ª el conocimiento. Pero s¨¦ que intervino otro amigo nuestro del barrio, sus amigos nos ayudaron, y as¨ª empez¨® otra pelea de la que no s¨¦ nada, porque yo estaba en el suelo. Un chaval, tambi¨¦n del barrio, al que conocen los que nos atacaron, me recogi¨®, me ayud¨® a cruzar la calle y, como vi que recuperaba fuerzas, cog¨ª una botella e iba a volver a la pelea, pero ¨¦l me desenga?¨®: "Vete a casa, que te van a matar", me dijo. Luego me encontr¨¦ un poco m¨¢s lejos con mi amigo, con el que hab¨ªa ido a la feria. El sangraba por la nariz, ten¨ªa toda la cara llena de sangre. Hab¨ªa cogido piedras y quer¨ªa volver a la pelea. Pero le convenc¨ª y nos fuimos para casa. Yo me enter¨¦ de que hab¨ªa muerto alguien cuando ya estaba en casa. Un amigo hab¨ªa ido a buscar su moto a la zona de la pelea y a su vuelta nos lo cont¨®.
P. ?Qui¨¦n mat¨® a David?
R. No lo s¨¦. Ojal¨¢ lo supiera, lo habr¨ªa dicho.
P. ?Sospecha de alguien?
R. No. Yo no vi ning¨²n muerto en ning¨²n momento. S¨¦ que uno de ellos est¨¢ fugado, quiz¨¢ en Marruecos. Puede que fuera ¨¦l.
P. ?Conoc¨ªa a alguien de la pandilla que les atac¨®?
R. S¨ª, a uno de ellos. No ¨¦ramos amigos, le conoc¨ªa de jugar algunas veces al f¨²tbol en un campo de Arganzuela.
P. ?Por qu¨¦ le acusan?
R. Para proteger al que lo mat¨®, supongo. Uno de los testigos que me inculpaban declar¨® delante de la juez que se lo hab¨ªa o¨ªdo a otras personas. Otros dos declararon tambi¨¦n falsedades. Mintieron y por eso estoy fuera. Yo creo que aqu¨ª hay justicia y una muerte no es un robo. No se puede ocultar siempre. Encontrar¨¢n al culpable y ojal¨¢ sea pronto. Pero si no es as¨ª, yo estoy muy tranquilo. Alg¨²n d¨ªa se sabr¨¢ qui¨¦n lo hizo.
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