La Comisi¨®n y el IME pactan adelantar un a?o la paridad del euro para evitar 'tormentas'
El miedo a que un interregno de casi un a?o se convierta en caldo de cultivo de tormentas monetarias est¨¢ a punto de modificar el escenario de introducci¨®n de la moneda ¨²nica pactado en la cumbre de la Uni¨®n Europea (UE) de Madrid. La Comisi¨®n y el Instituto Monetario Europeo (IME) ultiman una propuesta para adelantar a 1998 el establecimiento de las paridades fijas de las monedas que accedan a la uni¨®n monetaria con el euro, decisi¨®n que se hab¨ªa previsto para 1999. Mientras, Bruselas y Bonn buscan resolver sus discrepancias sobre el pacto de estabilidad.
La introducci¨®n del euro se dise?¨® en tres escalones decisivos. El primero se subir¨¢ "lo antes posible en 1998" -el primer trimestre- al realizarse la criba entre los adherentes (los in) y los excluidos (los out), a tenor de sus resultados econ¨®micos de 1997. El segundo fijar¨ªa irrevocablemente los tipos de cambio de las monedas in entre s¨ª y con el euro y supondr¨ªa el lanzamiento de toda la transformaci¨®n legislativa y t¨¦cnica, el 1 de enero de 1999. El tercero ser¨¢ la puesta en circulaci¨®n de billetes y monedas denominados en euro, desde el 1 de enero del 2002.Desde la decisi¨®n del primer trimestre de 1998 se pod¨ªa abrir un agujero peligroso de varios meses, propicio a que las tormentas monetarias se cebasen sobre todas las divisas. Por ello la Comisi¨®n y el IME se inclinan a proponer al Ecofin informal que se celebrar¨¢ en septiembre un cambio en el calendario previsto. La nueva idea estriba en que el establecimiento de las paridades fijas se realice simult¨¢neamente a la criba, es decir, en un mismo d¨ªa dentro de los primeros meses de 1998. Si la propuesta se impone, lograr¨¢ reducir el margen para los que quieran especular con las monedas fuertes. Pero al mismo tiempo obligar¨¢ a los Gobiernos a realizar un gran esfuerzo en poco tiempo, al incluir en la discusi¨®n pol¨ªtica de los quince l¨ªderes elementos de una decisi¨®n m¨¢s t¨¦cnica.
Cara a las monedas d¨¦biles o out se sigue confiando en que la eficacia de un SME-bis -con bandas anchas que las ligar¨¢n al euro, eje y ancla del sistema- y los propios resultados macroecon¨®micos de los pa¨ªses excluidos ser¨¢n suficientes para evitar las turbulencias que pudieran afectarles. Otros aspectos del pase a la tercera fase est¨¢n encallados en la pol¨¦mica. La Comisi¨®n ha tenido que aplazar a septiembre su compromiso de presentar un texto sobre el "pacto de estabilidad" que deben concertar los pa¨ªses in, por la distancia que separa su posici¨®n de la del Gobierno que lo propuso, el alem¨¢n, seg¨²n fuentes del Ejecutivo. El comisario de Asuntos Monetarios, Yves-Thibault de Silguy, proyecta evacuar consultas especiales bilaterales para salvar las diferencias en las pr¨®ximas semanas.
La principal discrepancia se centra en el posible automatismo de las sanciones aplicables a los pa¨ªses que habiendo entrado en la uni¨®n monetaria exhibiesen posteriormente un d¨¦ficit excesivo. Mientras Bonn alega que el Tratado permite ese automatismo, Bruselas lo duda. Considera que, frente a un esquema de automatismo r¨ªgido, el Consejo debe preservar un grado de autonom¨ªa que le permita evaluar las distintas circunstancias y decidir sobre las sanciones. Asimismo, mientras Alemania propone que entre la constataci¨®n del d¨¦ficit excesivo y la imposici¨®n de la sanci¨®n debe transcurrir un plazo inferior a seis meses, la Comisi¨®n sostiene que debe elevarse a un a?o. Porque ¨¦se es el tiempo indispensable para que se noten los efectos de cualquier medida de rectificaci¨®n fiscal.
Tampoco hay acuerdo en si los "programas de estabilidad" (sucesores de los de convergencia, para cuando se haya introducido el euro) ser¨¢n de adopci¨®n voluntaria o tendr¨¢n car¨¢cter obligatorio. Ni sobre la posibilidad de instituir un Consejo de Estabilidad: los expertos del Consejo de Ministros comunitario lo creen redundante con el Ecofin; la Comisi¨®n lo considera adecuado para afrontar tareas espec¨ªficas como la representaci¨®n exterior del euro ante el FMI o el Banco Mundial.
La propuesta de estatuto legal del euro ha avanzado m¨¢s. Bruselas apoya que el principio de continuidad de los contratos (de moneda nacional a euro) se aplique flexiblemente, permitiendo cierta autonom¨ªa de los operadores.
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