HB ante el juez

LA DECISI?N del Tribunal Supremo de citar como imputados, en un supuesto delito de colaboraci¨®n con banda armada, a todos los miembros de la llamada Mesa Nacional de Herri Batasuna es una prueba de la creciente decisi¨®n de la justicia en la, defensa de la legalidad y de la propia democracia frente a quienes utilizan el crimen como instrumento y capital pol¨ªtico. El motivo de la citaci¨®n a los 25 miembros de la direcci¨®n de HB es la pretensi¨®n de la coalici¨®n de emitir en su espacio electoral un v¨ªdeo de: ETA en el que tres encapuchados ¨¢rmados expon¨ªan. las tesis de la banda terrorista y le¨ªan sendos comunicados en los que se justificaban los asesinatos de Fernando M¨²gica y Francisco Tom¨¢s y Valiente.En estos casos, instruidos en su d¨ªa por el juez Baltasar Garz¨®n, el Tribunal Supremo ve claros indicios de colaboraci¨®n con banda armada. Aunque ser¨¢ la Sala Segunda la que habr¨¢ de sentenciar a la vista de las pruebas, pocas dudas caben sobre el hecho de que HB no s¨®lo simpatiza con el terrorismo, sino que act¨²a como un elemento instigador, coordinador y ejecutor. Era ya hora de que, la justicia abriera una causa contra los responsables de una coalici¨®n que abiertamente act¨²a como parte instrumental, necesaria y voluntaria del terrorismo. Parte fundamental de la actividad de ETA es la difusi¨®n amenazadora de sus comunicados y bravuconadas, con el, objetivo precisamente de amedrentar a los ciudadanos e imponer la ley de la fuerza, sobre la ley democr¨¢tica. Es del todo l¨®gico que empiece a prosperar la tipificaci¨®n jur¨ªdica de las actividades de apoyo propagand¨ªstico como colaboraci¨®n con banda armada, en vez de apolog¨ªa del terrorismo, de imprecisa definici¨®n y demostraci¨®n.

Durante demasiado tiempo, el denominado entorno pol¨ªtico de ETA ha gozado de una sensaci¨®n de impunidad que ha fomentado la subcultura de la violencia en ciertos sectores tan minoritarios como activos de la sociedad vasca.

Reinstaurar con claros criterios la vigencia de la ley y la vigilancia de su cumplimiento no es un error pol¨ªtico" como calificaban ayer algunos pol¨ªticos vascos la decisi¨®n del Supremo. Durante la pasada campa?a electoral aseguraron que la prohibici¨®n del v¨ªdeo y el encarcelamiento de Jon Id¨ªgoras, como responsable de su difusi¨®n, serv¨ªan de propaganda electoral para HB. Ahora dicen que la citaci¨®n judicial de los miembros de la mesa de la coalici¨®n puede contribuir a un verano caliente en el Pa¨ªs Vasco. Pero no es as¨ª, el peor error pol¨ªtico ser¨ªa pretender que las leyes se aplican de forma condicional y discriminatoria, creando permanentemente una situaci¨®n de impunidad que proporciona armas morales a los terroristas.

La direcci¨®n de HB tendr¨¢ ocasi¨®n de explicar ahora a los jueces de qui¨¦n parti¨® la pretensi¨®n de utilizar un espacio electoral con este fin, si la decisi¨®n fue tomada por ETA, por HB, o por lo que muchos sospechan por una direcci¨®n colegiada. En todo caso, la decisi¨®n del , Tribunal Supremo es una buena noticia porque reafirma a los dem¨®cratas en la percepci¨®n de que cuentan con instrumentos para hacer frente al crimen y advierte a los violentos de que la impunidad pertenece al pasado.