La pasi¨®n por el marqu¨¦s de Sade
El nombre de Gilbert Lely (1904-1985) quedar¨¢ por siempre ligado a la persona y a la obra de Sade, el divino marqu¨¦s. Autor de la c¨¦lebre Vie du marquis de Sade, Lely fue tambi¨¦n el principal editor p¨®stumo del marqu¨¦s, una especie de ejecutor testamentario: ¨¦l fue el encargado de inventariar y editar los manuscritos in¨¦ditos del marqu¨¦s que la familia de ¨¦ste guardaba bajo llave desde hac¨ªa un par de siglos. Fue durante la II Guerra Mundial, durante la ocupaci¨®n de Francia por las tropas alemanas, cuando Lely descubri¨® su pasi¨®n por el marqu¨¦s. Refugiado en el Luberon, a escasos kil¨®metros de Avi?¨®n, invitado de su amigo el poeta Ren¨¦ Char, Lely realiza una visita al pueblecito de Lacoste, la cuna de Sade, donde se halla el castillo familiar. A partir de entonces nace su curiosidad, su inter¨¦s, su pasi¨®n por Sade, por su persona y su obra.Esa pasi¨®n por el divino marqu¨¦s jugar¨¢ a la larga contra la obra original de Lely, ocultando su condici¨®n de poeta elegante sensual, as¨ª como sus excelentes versiones libres de seis Metamorfosis de Ovidio y del poema anglonormando del siglo XII La Folie Tristan. Y su condici¨®n de autor dram¨¢tico.
Modesto autor por la cantidad de su obra -una tragedia y un poema dram¨¢tico inspirado en un cuento del ruso Alex¨¦i Remizov-, pero no por la calidad de esas dos breves piezas que se han representado por primera vez en Avi?¨®n, en la programaci¨®n oficial del cincuentenario del festival, bajo la direcci¨®n de Christian Rist, quien a su vez ha presentado una serie de lecturas en tomo a la obra po¨¦tica -obra original y obra de traductor- de Lely, producidas por Franco Cultur¨¦.
En un festival como el de Avi?¨®n -el de Avi?¨®n y un centenar m¨¢s-, donde proliferan los extra?os homenajes sacados de la manga por teatreros y editores dispuestos a deshacerse como sea de la mortaja, de cuatro huesos o del simple polvo de alg¨²n que otro ilustre, m¨¢s o menos ilustre personaje, el homenaje que el festival rinde a Lely est¨¢ plenamente justificado: Lely, amigo, invitado de Char, el poeta que, con Christian Zerv¨®s, leencarga a Vilar la primera programaci¨®n -septiembre de 1947-, que luego dar¨ªa nacimiento al festival.
Char acompa?a a Lely a Lacoste, a la cuna de Sade; Sade, entre cuyos antepasados figura la famosa Laura, Laura de Noves, cantada por Petrarca, poeta avi?on¨¦s... admirado por Lely; Lely, redescubierto en Avi?¨®n y producido por France Culture; ¨¦l, que fue un notable locutor, creador de algunos programas radiof¨®nicos -todav¨ªa no exist¨ªa la televisi¨®n y sus tazones de cultura- que hicieron historia...
De las dos piezas de Lely que se han estrenado en Avi?¨®n, la tragedia: Ne tue ton p¨¨re,qu¨¢ bon escient y el poema dram¨¢tico: Solomonie, la poss¨¦d¨¦e, tan s¨®lo he visto la primera. Es un texto breve, de unos tres cuartos de duraci¨®n, el cual, seg¨²n leo en el programa, fue publicado en Le Mercure de France el a?o 1929. Es una versi¨®n lib¨¦rrima de Medea. Medea asesina a s u padre, el cual se niega a entregarle a Jas¨®n el tois¨®n de oro, como aqu¨¦l le hab¨ªa prometido. Una vez que Jas¨®n se hace con el tois¨®n, abandona a Medea, la cual se exclama, a modo de moraleja: "J'ai perdu le b¨¦nefice de mon crime".
Pero lo m¨¢s sorprendente de esa tragedia, de ese ejercicio tr¨¢gico, admirablemente escrito, y escrito a mediados de los a?os veinte -antes del encuentro de Lely con el divino marqu¨¦s-, es la manera como en ¨¦l se conjugan el sexo y la muerte.
En 1929, Gilbert Lely daba ya m¨¢s que pruebas suficientes de hallarse predestinado a convertirse en un apasionado del divino marqu¨¦s. Una pasi¨®n que se materializ¨® ante el castillo de Lacoste, en presencia de Ren¨¦ Char, y de la que el festival de Avi?¨®n, en su cincuentenario, da constancia a la vez que rinde homenaje a Lely.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.