La UE rechaza que EE UU recurra en la Helms-Burton a la seguridad nacional
La Uni¨®n Europea (UE) cortocircuitar¨¢ el paso a Estados Unidos cuando Washington alegue ante la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) que las medidas de la ley Helms-Burton endurecedoras del embargo a Cuba obedecen a un imperativo de su "seguridad nacional". Este es uno de los principales caballos de la batalla, pol¨ªtica y jur¨ªdica, abierta entre los dos socios transatl¨¢nticos.
El grupo t¨¦cnico del Consejo de Ministros comunitario, llamado Comit¨¦ 113, se re¨²ne hoy para acordar los criterios del recurso de los Quince ante la OMC, que se plantear¨¢ probablemente a principios de septiembre, para que ¨¦sta dirima el litigio mediante un dictamen vinculante -llamado panel- sobre si las leyes anticubanas suponen o no una restricci¨®n al comercio internacional atentatoria contra el Tratado de la OMC.Los argumentos b¨¢sicos ya est¨¢n esbozados por un discreto encuentro de expertos juristas mantenido el pasado d¨ªa 17. Si Washington eleva al plano jur¨ªdica el argumento pol¨ªtico de que la ley. Helms-Burton obedece a una necesidad de la defensa nacional, se encontrar¨¢ con la oposici¨®n en bloque de los Quince.
El art¨ªculo 21? del GATT y el 14-bis del GATS autorizan acogerse a la "excepci¨®n de seguridad nacional" cuando se produzca una situaci¨®n de "emergencia en las relaciones internacionales". Pero ese argumento es pol¨ªticamente de doble filo, seg¨²n el Reino Unido. Enarbolarlo jur¨ªdicamente favorecer¨ªa las posiciones de los pa¨ªses ¨¢rabes radicales, argumenta, porque es la misma cl¨¢usula que invocan en su pugna contra Israel. Londres propone agitar este fantasma en los medios pol¨ªticos, en la seguridad de que la importante comunidad jud¨ªa norteamericana lo sabr¨¢ entender.
Cortocircuito
Jur¨ªdicamente, el cortocircuito se prepara alegando que toda emergencia es, por naturaleza, coyuntural. No hay emergencias que duren cien a?os. Y aunque la defensa de EE UU pudiera alegar que la ley se adopt¨® en respuesta a la crisis del deribo de las avionetas ocurrido hace cinco meses, la ley Helms-Burton basa toda su arquitectura en la confiscaci¨®n de bienes sucedida hace casi cuatro d¨¦cadas, en 1959.
El ataque concreto contra el t¨ªtulo tercero de la ley (que, de no haber nuevos retrasos, permitir¨¢ dentro de seis meses reclamar ante los tribunales norteamericanos contra las compa?¨ªas que trafiquen con bienes cubano-norteamericanos nacionalizados por Fidel Castro) es m¨¢s complejo. La infracci¨®n norteamericana no figura en la lista de medidas directamente prohibidas por los tratados. Unos creen que la lista debe interpretarse restrictivamente (lo que no est¨¢ en ella est¨¢ permitido) y otros, extensivamente. Pero todos coinciden en la validez del argumento de que la ley est¨¢ produciendo un "acoso efectivo" contra inversiones europeas, que no s¨®lo impedir¨¢ a las empresas afectadas acceder al mercado norteamericano sino que les perjudicar¨¢ ante su clientela de EE UU en otras zonas.
Para justificar el t¨ªtulo IV, que incluye medidas de represi¨®n administrativa como la denegaci¨®n de visados a empresarios y directivos extranjeros, Washington se acoger¨¢ seguramente a que el anexo sobre movimiento de personas f¨ªsicas del GATS autoriza que un Estado socio tome medidas para "regular" el acceso a su territorio. Pero, argumentan los europeos, "regular" no equivale a "restringir".
[El Gobierno espa?ol tiene previsto multar con m¨¢s de 10 millones de pesetas a las empresas que se sometan a las leyes norteamericanas de boicoteo a terceros pa¨ªses, como Cuba, Libia e Ir¨¢n, seg¨²n la agencia Servimedia, que cita fuentes gubernamentales. No obstante, el Consejo de Ministros esperar¨¢ antes de aprobar este proyecto de ley a conocer el resultado del reglamento aprobado en el mismo sentido por la UE].
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.