EL CUADERNO DE VALDANO
La pasi¨®n no se compra. Veo a los americanos en los estadios con una Coca cola en una mano y una papelera de palomitas en la otra. Muchos miran para cualquier parte, como si les diera igual (que les dar¨¢) lo que pasa. Si en lugar de f¨²tbol hubiera patinaje o 400 libres mariposa comer¨ªan con el mismo entusiasmo. Imagino otros destinos para grandes campeonatos, con historias que siempre es bueno recordar para la mitolog¨ªa futbol¨ªstica.N¨¢poles, por ejemplo, siempre le tuvo un gran amor al f¨²tbol pero la ilusi¨®n no era correspondida` por un equipo condenado a papeles secundarios. El sur de Italia se rend¨ªa al norte tambi¨¦n cuAndo jugaban. Pero despu¨¦s de tantas frustraciones lleg¨® Maradona a discutirle un lugar a San Genaro en el altar casero de los napolitanos y la ciudad entera se futboliz¨®. Fue una de las tantas locuras colectivas en las que Maradona fue culpable y v¨ªctima al mismo tiempo. Lo cierto es que por los simbolismos que produce el f¨²tbol el Norte dej¨® de estar tan lejos, eso gener¨® alegr¨ªa y tambi¨¦n activ¨® el deseo de venganza social. Un a?o se afianz¨®, otro a?o amenaz¨® y al tercer a?o, en medio de una fiesta incontrolable, el N¨¢poles de Maradona sali¨® campe¨®n-. S¨®lo un desconocido escap¨® de la pasi¨®n, empujado por el recuerdo de tanta humillaci¨®n, y con una frialdad que me permito homenajear, escribi¨® en el muro del cementerio una frase inolvidable: "Ustedes no saben lo que se perdieron". Am¨¦rica tampoco sabe lo que se est¨¢ perdiendo porque tiene otro mapa deportivo, otra cultura y la pasi¨®n en otra parte.
La selecci¨®n argentina. Fue precisamente en Estados Unidos donde Maradona vivi¨® su ¨²ltimo drama relleno de amor, odio, droga, injusticia victimismo, culpabilidad, confusi¨®n; todo debidamente empaquetado para el gran espect¨¢culo informativo. Argentina sufre a¨²n la onda expansiva postmaradona porque queda algo de inevitable orfandad cuando se va alguien de esa dimensi¨®n hist¨®rica.
Daniel Passarella lucha contra esa sombra, el hincha no se resigna, Maradona manda mensajes nost¨¢lgicos y el periodismo lo sigue vendiendo todo. Los Juegos
,Ol¨ªmpicos no forman parte de la gran cultura popular del f¨²tbol argentino, pero Passarella no est¨¢ en condiciones de gastar cr¨¦dito y, con excepci¨®n de Batistuta, se llev¨® a los mejores.
Objetivo: ganar. Tres mayores de 23 a?os: Sensini, Chamot y Simeone, que son como padres de familia por el aporte ido experiencia intemacional, car¨¢cter y sentido t¨¢ctico. J¨®venes que ya saltaron a Europa: Zanetti, Gustavo L¨®pez, Ayala; y otros que est¨¢n a punto de llegar: Ortega, que abre en cada partido la enciclopedia del bald¨ªo por las p¨¢ginas de la habilidad, del atrevimiento y del coraje; Almeyda, mediocampista central, algo as¨ª como el delantero de los defensas y el l¨ªbero de los atacantes, que est¨¢ en todas partes; Crespo, un goleador con buena punter¨ªa y movimientos inteligentes al que, por cierto, llam¨¢n Valdanito (ustedes dir¨¢n si eso es bueno o malo). Oficio, ambici¨®n, juego desigual. y el fantasma de Maradona; contra todo eso jugar¨¢ Espa?a esta noche.
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