Jack Lang: "La pol¨ªtica cultural que trae la derecha est¨¢ dando la espalda a la historia"
El 'delf¨ªn de Mitterrand' extiende sus cr¨ªticas a toda la Europa conservadora
Jack Lang, socialista, 56 a?os llevados con la m¨¢xima coqueter¨ªa, ha conseguido convertirse en el referente inevitable de toda pol¨ªtica cultural en Francia. Se encarg¨® de. las grandes obras de Mitterrand, ocup¨® los ministerios de Cultura y de Educaci¨®n, fue portavoz del Gobierno y cre¨® ejes de actuaci¨®n que los conservadores han mantenido: desde las condecoraciones a estrellas de Hollywood hasta el sistema de ayudas a la industria del cine. Apoyado en su popularidad, Lang sigue pensando en alcanzar alg¨²n d¨ªa la presidencia de la Rep¨²blica. Pero, por ahora, s¨®lo habla del "seguro" retorno de la izquierda al Gobierno, en 1998, y critica a las derechas europeas: "En nombre del liberalismo, la pol¨ªtica cultural de la derecha da la espalda a la historia y deja que se pudra un valios¨ªsimo tejido de cultura viva", afirma.
El que fue valido de Mitterrand para todo lo relacionado con la cultura y la juventud ocupa hoy un bello despacho en la bell¨ªsima plaza de los Vosgos, coraz¨®n del Marais parisiense. Bronceado, con las canas bien disimuladas y enfundado en sedas y popelines, Lang lamenta que "las restricciones presupuestarias y el desinter¨¦s" est¨¦n causando una "regresi¨®n cultural" en Europa. "Cuando Mitterrand lleg¨® a la presidencia, en 1981, decidimos dar un impulso fuerte a la cultura y duplicamos de un plumazo su presupuesto. El avance fue notable en todos los terrenos: teatro, arquitectura, m¨²sica... Ahora, en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, asistimos a un estancamiento y, en ciertos casos, a un franco retroceso".Lang se?ala tres excepciones, las de Italia, Portugal e Irlanda. Sobre el resto de los pa¨ªses es muy cr¨ªtico. Tras repetir que no es su intenci¨®n dar lecciones a nadie ni inmiscuirse en asuntos ajenos, afirma que "de Espa?a llegan noticias preocupantes". "Cuando el nuevo Gobierno espa?ol habla de cine", comenta, "tengo una n¨ªtida sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu. Me recuerda al peor periodo de la derecha francesa, antes de 1981. El resultado de mezclar reaccionarismo y ultraliberalismo es tristemente banal".
Alarma en el cine europeo
El ex ministro se muestra alarmado ante el futuro del cine europeo: "Si los socialistas no hubi¨¦ramos creado una situaci¨®n pr¨¢cticamente irreversible en la cinematografia francesa, la de recha de aqu¨ª har¨ªa lo mismo que la espa?ola. El discurso so bre el ¨¦xito comercial y la decisi¨®n del p¨²blico es una solemne tonter¨ªa. De lo que se trata es de permitir la aparici¨®n de nuevos valores, fomentar primeras obras, alentar la asunci¨®n de riesgos creativos. En el encuentro entre una obra de arte y el p¨²blico hay mucho de imprevisible y de inexplicable. La derecha siempre admira mucho lo americano, pero ese modelo es tadounidense en el que quieren reflejarse no vale para Europa. En Estados Unidos, si hacen 300 pel¨ªculas al a?o, s¨®lo una cincuentena tiene ¨¦xito. El sector privado puede all¨ª hacer frente a ese margen de error, porque su mercado interno y ling¨¹¨ªstico es inmenso y los be neficios est¨¢n al mismo nivel. En Europa, los poderes p¨²blicos deben sustituir, parcialmente, a un mercado que, al menos en principio, es muy peque?o".Y sigue: "En Espa?a, estos ¨²ltimos a?os, ha aparecido gente ya consagrada como Almod¨®var o Trueba y excelentes creadores j¨®venes como Alex. de la Iglesia. Pero es que al mismo tiempo que se forman los cineastas, se forma el p¨²blico. Si a la gente se le suministra s¨®lo producci¨®n estadounidense, forzosamente acaba acostumbr¨¢ndose a ella y reclam¨¢ndola. La dictadura comercial favorece siempre a Estados Unidos. Fij¨¦monos concretamente en el panorama actual del cine alem¨¢n: es trist¨ªsimo. En nombre del libre comercio y del liberalismo, la pol¨ªtica cultural de la derecha da la espalda a la historia y deja que se pudra un valios¨ªsimo tejido cultural. Resulta completamente parad¨®jico porque, en general, la derecha suele ser nacionalista y hasta chovinista".
Hay un factor, recuerda Lang, que a la vez enriquece la cultura europea y dificulta su desarrollo como industria: la Europa mosaico de lenguas y tradiciones. "Un caso arquet¨ªpico es el espa?ol", dice. "Para la industria de la cultura, editorial y audiovisual, las peque?as unidades pol¨ªticas, ling¨¹¨ªsticas y culturales constituyen un problema, que no existe, en cambio, para un teatro o un museo, expresiones no estrictamente mercantiles".
Lang est¨¢ en ello cuando, bajando escalones culturales, llega al municipal y aparece el fen¨®meno franc¨¦s de las alcald¨ªas de ultraderecha, con un claro efecto en el contenido de los festivales de verano (Tol¨®n) o en las adquisiciones y rechazos de ciertos libros para la biblioteca local (Orange). "Todo esto no me sorprende, porque el neofascismo es lo que es, y la censura es uno de sus instrumentos habituales. Los alcaldes del Frente Nacional plantean una falsa disyuntiva, falsamente nacionalista: lo nuestro o lo ajeno, lo franc¨¦s o lo extranjero. Cuando lo bueno es el mestizaje. Ojal¨¢ pudi¨¦ramos con vertir todo el Mediterr¨¢neo en una gran regi¨®n mestiza y viva, una gran Andaluc¨ªa. Le cito un peque?o ejemplo: en Breta?a est¨¢n apareciendo bandas musicales de base c¨¦ltica que se apropian de elementos norte africanos y crean una m¨²sica interesant¨ªsima".
La disgresi¨®n devuelve la conversaci¨®n a la cuesti¨®n del nacionalismo: "La b¨²squeda de las ra¨ªces propias est¨¢ muy bien, pero eso no debe equivaler a cerrar la puerta a otras culturas. F¨ªjese en algo muy curioso: los chovinismos exacerbados suelen acabar sometidos al americanismo m¨¢s vulgar y destructor. Una cultura fuerte y viva es la que hereda una tradici¨®n rica y, a la vez, se abre a la universalidad".
"Yo creo", a?ade para finalizar Jack Lang, "que Barcelona es un perfecto ejemplo de lo que hay que hacer. El alcalde, Pasqual M¨¢ragall, ha creado una Barcelona que no es solamente la capital de Catalu?a, sino tambi¨¦n una ciudad con esp¨ªritu europeo, que est¨¢ abierta al Mediterr¨¢neo y al mundo".
Imaginaci¨®n y petr¨®leo
"Es completamente est¨²pido considerar que las prioridades se reducen a las econ¨®micas. Hoy", afirma Lang, "la prosperidad y el futuro pasan por la inteligencia, la educaci¨®n, la cultura; y es ah¨ª donde hay que hacer grandes esfuerzos. Europa no est¨¢ en crisis econ¨®mica, sino moral".El ex ministro considera que "pensamos a corto plazo, demasiado corto" y que los gobiernos se exceden lanzando mensajes pesimistas sobre endeudamiento, quiebra del Estado de bienestar e incertidumbres futuras. No es de extra?ar, dice, que eso produzca "angustia y desesperanza. A los j¨®venes hay que decirles que la verdadera riqueza, la ¨²nica, son ellos; que su inteligencia, su actitud, su voluntad de innovar, son la econom¨ªa del ma?ana; de hecho, ya la de hoy. La industria del ma?ana se basa en la imaginaci¨®n. La imaginaci¨®n es el nuevo petr¨®leo. Pero los conservadores fomentan la reacci¨®n, el cortoplacismo, el beneficio inmediato, con el Reino Unido como ejemplo del resultado de esa pol¨ªtica. La derecha cree en el presente: lo material, el dinero. La izquierda deber¨ªa apostar por el futuro, el esp¨ªritu."
Babelia
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