Respuesta global
EL TERRORISMO es un fen¨®meno con dimensiones globales y para combatirlo se requieren medidas tambi¨¦n globales. As¨ª lo entendi¨® el Grupo de los Siete m¨¢s Rusia, cuyos ministros de Exteriores y de Interior o Justicia se reunieron ayer en Par¨ªs para constituir un frente com¨²n en materia antiterrorista y adoptar una serie de 25 medidas con las que esperan combatir con m¨¢s eficacia esta lacra.En primer lugar sorprende que estos pa¨ªses no hubieran decidido mucho antes actuar de manera coordinada en este terreno. Los pa¨ªses firmantes se proponen en primera instancia atacar las fuentes de financiaci¨®n de los terroristas (con un mejor control de los movimientos de capitales y de las organizaciones que puedan servir de tapadera), a sus medios de transmisi¨®n de informaci¨®n (a veces con mensajes codificados en la red Internet), a sus movimientos (con los controles en fronteras y un mejor uso del asilo pol¨ªtico o el refugio) y finalmente sus medios (reforzando el control de armas y explosivos). Adem¨¢s, por supuesto, reforzar¨¢n su cooperaci¨®n y las medidas de prevenci¨®n, especialmente en aeropuertos y vuelos. A m¨¢s largo plazo, se elaborar¨¢ un convenio internacional sobre atentados con explosivos.
Si EE UU, ante la oposici¨®n de sus socios, olvid¨® su pretensi¨®n inicial de que la cumbre de Par¨ªs declarase a Ir¨¢n, Irak y Libia Estados terroristas, no por ello ha renunciado a otras medidas unilaterales inspiradas en tal enfoque, como la ley -pendiente de la firma de Clinton- que permite imponer sanciones a las empresas que hagan negocios con Libia o Ir¨¢n. Europa, cuyos intereses econ¨®micos se ver¨ªan seriamente afectados, prefiere tratar a esos reg¨ªmenes con un di¨¢logo cr¨ªtico. EE UU cedi¨® ayer porque no era d¨ªa de mostrar divisiones respecto a un problema tan general.
A unos meses de las elecciones presidenciales en EE UU, el. terrorismo puede convertirse en uno de los temas centrales de la campa?a electoral. Clinton necesita actuar. Pero la precipitaci¨®n, aunque parezca premura, no suele ser buena consejera en esta lucha contra el terrorismo. Lo que requiere es constancia, mejora permanente de sus m¨¦todos, cooperaci¨®n Internacional. intensa y colaboraci¨®n de los ciudadanos.
Clinton quiere recuperar propuestas que la mayor¨ªa republicana rechaz¨® en su d¨ªa al temer que mermaran las libertades en materia de control de armamento (a las que se opone la poderosa Asociaci¨®n Nacional del Rifle) o dieran excesivas facilidades para la intercepci¨®n de tel¨¦fonos por el FBI (a las que se oponen defensores de los derechos y libertades civiles).
En EE UU, como en Espa?a y otros pa¨ªses, hay abierto un debate sobre el grado en que una sociedad est¨¢ dispuesta a aumentar los controles para luchar contra el terrorismo. "En estas circunstancias, Occidente est¨¢ dispuesto a sacrificar sus valores democr¨¢ticos fundamentales en aras de la seguridad de los ciudadanos", afirmaba ayer un comentario en el diario ruso Segodnia. No es ni puede ser el caso. Aceptar tal planteamiento ser¨ªa tanto como. darles a los terroristas un ¨¦xito en su agresi¨®n a la democracia.
La primera aproximaci¨®n de Clinton a los l¨ªderes del Congreso para recabar su apoyo y aprobar esa ley no ha resultado productiva, al menos de momento. En todo caso, en EE' UU queda mucho por hacer en materia antiterrorista. Al parecer, los aeropuertos estadounidenses han perdido seguridad, y las autoridades p¨²blicas, frente a las compa?¨ªas privadas de vuelo y su tendencia a escatimar gastos, deber¨ªan retomar este cometido y dotarse de los aparatos detectores necesarios -aunque onerosos- en la era del explosivo pl¨¢stico.
Aunque habr¨¢ que esperar a las conclusiones de las investigaciones en curso, no parece haber relaci¨®n entre el atentado contra el avi¨®n de la TWA y el perpretado en el parque del Centenario en Atlanta. En este ¨²ltimo se apunta cada vez m¨¢s a autores norteamericanos. Pero ambos han producido una intensa sensaci¨®n de vulnerabilidad en un pa¨ªs dado a otras formas de violencia, pero que se sent¨ªa relativamente a salvo del terrorismo internacional.
Como acertadamente ha se?alado Thomas Friedmann en The New York Times, estos dos atentados, m¨¢s el de Arabia Saud¨ª -entre los recientes-, reflejan un nuevo tipo de terrorismo. Tienen todos un punto en com¨²n, el anonimato de su autor¨ªa, como si los terroristas no buscaran ya una notoriedad pol¨ªtica, sino el efecto directo de la bomba, cuyo estallido, en un mundo medi¨¢tico, resuena de inmediato en todo el planeta, a trav¨¦s de la CNN o de Internet.
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