La academia primitiva.
En mi pueblo no hay una sola canasta de baloncesto. Ni hablar de pista de atletismo. S¨®lo el tenis gan¨® un lugar desde que Guillermo Vilas le desat¨® las ganas de jugar a todo el pa¨ªs, incluidos gordos y descoordinados. Jugar al f¨²tbol es obligatorio porque es una pasi¨®n com¨²n, resulta barato y no hay otra cosa, por eso Argentina, que hace d¨¦cadas que no gana una medalla de oro en los Juegos, ahora conf¨ªa en el f¨²tbol. Natural. Nigeria sirva a¨²n mejor como modelo; nunca en su historia accedi¨® al oro; de las ocho medallas ganadas (cuatro platas y cuatro bronces), cinco se las debe al boxeo y tres al atletismo. Ahora aspira lo m¨¢ximo en f¨²tbol. Natural. Una de las condiciones del gran futbolista es la de no tener una formaci¨®n acad¨¦mica y para eso sirve la pasi¨®n desorganizada y hasta la pobreza (idea ya manejada en este cuaderno). Hay otros deportes que son hijos del progreso y de la esclavitud urbana que nos condena a la falta de espacios: baloncesto, balonmano, f¨²tbol sala, padle para se?alar algunos en orden de aparici¨®n. El f¨²tbol es un juego primitivo y de alguna manera rechaza la riqueza y la ense?anza formal. El pr¨®ximo Maradona, no lo duden, estar¨¢ aprendiendo a caminar en alg¨²n lugar de Suram¨¦rica o Africa.
Dos goleadores.
Hay mil maneras de hacer un equipo pero ninguna de hacer un goleador. En la final ol¨ªmpica, vimos dos. Uno, Crespo (Argentina): delantero cl¨¢sico de f¨²tbol sobrio que gana por decisi¨®n, anticipaci¨®n e intuici¨®n. Est¨¢ siempre donde debe para resolver con contundencia. Especialista que dif¨ªcilmente marque uno de esos goles que est¨¢n entre los 10 mejores del campeonato pero que, seguramente, ser¨¢ el m¨¢ximo goleador de todos los equipos en los que juegue en los pr¨®ximos 10 a?os. El otro, Kanu (Nigeria): comparable a una manguera en su aspecto fisico, gran talento de 1,97 metros que se permite el lujo de la serenidad en el sitio en donde a la mayor parte de la humanidad le entran las prisas nerviosas: el ¨¢rea rival. Imaginativo, de t¨¦cnica relajada y largas ausencias perdonables a lo largo de un partido porque sale de ellas con una obra maestra. Un inmenso proyecto de futbolista al que no es irreverente comparar al Van Basten de sus comienzos. Si Romario es una cobra y Eusebio fue una pantera, Kanu es una, jirafa negra que usa sus largas piernas para venderle buzones al enemigo con una gracia primitiva en sus movimientos; hay algo de selva, tribu y rito en el latido de su juego, ratificado en la danza y el grito de gol que parece festejar el final de un buen d¨ªa de caza. Al fin y al cabo el gol es eso. Junto con el brasile?o Romario (los tres no pasan de los 20 a?os) empezaron a atacar el futuro en Atlanta.
Pol¨ªticamente incorrecto.
Leo que algunos entrenadores y atletas cubanos han pedido asilo pol¨ªtico en Estados Unidos y no descarto que sea verdad. Los que quedan en competici¨®n han ganado m¨¢s medallas que las sumadas por todos los pa¨ªses de la Am¨¦rica que va del R¨ªo Grande hacia abajo. Qu¨¦ todos. Hay datos as¨ª de antidemocr¨¢ticos.
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