La apasionante vida de la amante de Kafka
Se publican en Alemania varios libros que recuperan la figura de Milena Jesenska
Milena Jesenska, destinataria de las Cartas a Milena de Franz Kafka, comunista y antiestalinista, patriota checha en la resistencia contra los nazis, feminista a la que un tiempo le gust¨® escandalizar con un toque de lesbianismo, internada en un manicomio por su padre, morfin¨®mana, figura de los caf¨¦s y salones literarios de Praga y Viena; acarre¨® maletas, dio clases de idiomas, sirvi¨® en casas e incluso rob¨®, para ganarse la vida o para llamar la atenci¨®n; convertida en brillante periodista, mantuvo tormentosas relaciones con varios hombres; prisionera de la Gestapo en Praga, muri¨® en el campo de concentraci¨®n nazi de Ravensbr¨¹ck, donde las presas fieles a Stalin hicieron todo lo posible por amargar el final de su apasionante existencia.
Milena, la novia de Kafka, con quien mantuvo una relaci¨®n epistolar y unos breves y complicados encuentros, cuando ya la tuberculosis devoraba al escritor, pas¨® muchos a?os inadvertida y eclipsada, reducido su nombre aun t¨ªtulo de libro. El centenario del nacimiento de Milena, que se cumpli¨® ayer s¨¢bado, ha sacado a relucir una biograf¨ªa marcada por las dos grandes tragedias de la primera mitad de este siglo: el nazismo y el comunismo en su versi¨®n estalinista. Con motivo de este centenario, se han publicado en Alemania varios libros sobre Milena Jesenska y han aparecido en Praga documentos sobre su detenci¨®n por la Gestapo. La publicaci¨®n de una antolog¨ªa de sus art¨ªculos, cr¨®nicas y reportajes sacan a relucir su enorme talento period¨ªstico, su libertad de mente y su insobornable condici¨®n de persona opuesta a todos los que condenan la funesta man¨ªa de pensar.El padre de Milena era una aut¨¦ntica mala bestia. Al menos as¨ª se deduce de la descripci¨®n que hace Jana Cerna, la hija de Milena, en la biograf¨ªa que escribi¨® de su madre. Dentista y catedr¨¢tico universitario, los recuerdos de Milena sobre la infancia con su padre los resume su hija Jana en tres palabras: fealdad, tristeza y miedo. No obstante, el feroz padre, que enviud¨® cuando Milena ten¨ªa 20 a?os, envi¨® a su hija al instituto femenino Minerva, donde se form¨® una ¨¦lite de mujeres checas, toda una generaci¨®n de pioneras de la emancipaci¨®n femenina.
No pudo resistir el profesor patriota checo el enamoramiento de su alocada hija con un bohemio que frecuentaba los caf¨¦s de Praga, Ernst Pollak, austriaco y jud¨ªo para mayor inri. El profesor intern¨® a su hija en un manicomio, de donde Milena se escapaba para encontrarse con su amante. De este tiempo proceden sus primeros intentos con la morfina, que Milena robaba de la consulta de su padre, pero la dependencia de la droga se agudiz¨® varios a?os m¨¢s tarde, tras el nacimiento de su hija Jana, como consecuencia de las dosis, recibidas en el hospital.
Decadencia en Viena
Milena y Pollak huyeron de Praga y se establecieron en la Viena decadente y derrotada tras la primera guerra mundial. All¨ª Pollak la someti¨® a toda clase de perrer¨ªas, inclus¨®, hacerla convivir con sus amantes bajo un mismo techo en nombre de la libertad sexual. Milena se ganaba la vida a base de acarrear maletas en la estaci¨®n, dar clases de checo a se?oritas de buena familia y limpiar casas, mientras, Pollak deslumbraba a sus contertulios en los caf¨¦s vieneses.De esa ¨¦poca data la relaci¨®n y los encuentros con Kafka, que le escrib¨ªa a escondidas a un apartado de correos de Viena. Hab¨ªa empezado Milena a escribir en peri¨®dicos y revistas de Praga como una especie de corresponsal y cronista cultural y tradujo al checo El fogonero, un relato de Kafka que luego form¨® parte de un libro. Kafka comentaba los art¨ªculos de Milena y llegaron a encontrarse, pero la relaci¨®n result¨® imposible. Las cartas de Kafka supon¨ªan para Milena un b¨¢lsamo en las heridas de su relaci¨®n con Pollak. Para Kafka, escribe la hija de Milena, supon¨ªan arrancarle del sentimiento de la soledad: "Su amor vivi¨® s¨®lo en las cartas, aparte breves encuentros. Kafka y Milena no tuvieron que confrontar su amor con la realidad".
En esta misma ¨¦poca Milena contact¨® con las ideas del comunismo, que hac¨ªa poco se hab¨ªa impuesto en Rusia. Conoci¨® Milena al conde alem¨¢n Schaffgotsch, adicto a la ideolog¨ªa bolchevique. Rota la relaci¨®n con Pollak y sin que, llegase a cuajar la que, mantuvo con Kafka, que muri¨® en 1924, Milena regres¨® a Praga con su conde comunista y empez¨® a trabajar en peri¨®dicos y revistas y moverse en los c¨ªrculos de la vanguardia pol¨ªtica y cultural de la floreciente capital checa. Escrib¨ªa Milena en las p¨¢ginas dedicadas a la mujer y el hogar del peri¨®dico y complementaba sus ganancias con traducciones.
Al conde bolchevique alem¨¢n le sucedi¨® el matrimonio con el arquitecto Jaromir Krejcar, un seguidor de la Bauhaus alemana, comunista tambi¨¦n, a quien su fe en la idea le llev¨® a abandonar Praga (y a Milena) y establecerse en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, de donde regres¨® horrorizado ante los cr¨ªmenes y las purgas del estalinismo. De esta relaci¨®n con Krejcar naci¨® en 1928 la hija Jana. Frente a Pollak, que la maltrataba con su indiferencia, y a Kafka, que prefer¨ªa encerrarse en su escritorio a encontrarse con la amante, ah¨ª estaba Krejcar. Seg¨²n la hija de ambos, la irresponsabilidad y falta de cabeza presid¨ªan la relaci¨®n: "Tomar decisiones en base al placer de olvidar todo cuando existe, incluida la posibilidad de estar con la persona a quien se ama". El matrimonio con el arquitecto consigui¨® incluso el benepl¨¢cito de su amado-odiado padre.
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