Remiendo ganadero
No debe haber en la ganader¨ªa espa?ola seis reses con las caracter¨ªsticas adecuadas para M¨¢laga, que no son otras que las del toro de lidia.Se salvan tres del naufragio y se remienda con otros tres, ellos mismos sustituidos a su vez. ?C¨®mo ser¨ªan los rechazados, si los aprobados y sustitutos son inv¨¢lidos? De algunos pitones, ayer, s¨®lo cabe preguntar d¨®nde hab¨ªan quedado. Supongo que el p¨²blico pagar¨ªa con moneda falsa como justa correspondencia. Lo contrario ser¨ªa un timo.
Manzanares, en el primero, puls¨® todas las cuerdas, unas m¨¢s afinadas que otras, confirm¨® la evidencia de un buen lado izquierdo y por all¨ª fue desgranando el magisterio que cobraba sentido a lo largo de cuatro series, cuando le daba el frente y adelantaba el enga?o. La derecha no fructific¨® y termin¨® con unos preciosos ayudados a media altura. A la hora de matar, safin¨® de najas y desafin¨® sin quererlo remediar.
Bayones / Manzanares, Finito, Barrera
Tres primeros toros de Los Bayones, tocados de atr¨¢s, rozando la invalidez; 3? devuelto. Resto de Ben¨ªtez Cubero, 3?, sobrero, inv¨¢lido y despuntado; 4? devuelto. Segundo sobrero de Paco Ojeda. Manzanares: media atravesada ech¨¢ndose fuera y descabello (oreja); media tendida y rueda de peones (oreja y dos vueltas). Finito de C¨®rdoba: pinchazo, estocada corta y rueda de peones (pitos); estocada ca¨ªda (divisi¨®n). Vicente Barrera: dos pinchazos, rueda de peones y dos descabellos (aplausos); estocada honda atravesada, rueda de peones y descabello (aplausos). Plaza de la Malagueta, 14 de agosto. 4? corrida de feria. Menos de media entrada
En el cuarto tore¨® con may¨²sculas, componiendo poes¨ªa de arte mayor. Se ajust¨® con el toro para sacarlo a los medios y all¨ª vinieron tres series por cada lado, cogi¨¦ndolo de largo, cruz¨¢ndose y cumplimentando los tiempos.
El toro ten¨ªa nobleza, pero se acab¨® pronto, haciendo bajar el diapas¨®n de la faena e impidiendo que el arte traspasara el momento y cuajase en historia.
En casa de Finito de C¨®rdoba, donde antiguamente viv¨ªa la pureza, ahora tiene realquiladas a la caricatura, que no otra cosa es atrasar la pierna contraria y presentar el culo. El toreo al rev¨¦s, entre respingos, interpretando las mil y una maneras de huir. Pareci¨® reanimarse en el quinto, vana ilusi¨®n. Tir¨® l¨ªneas, fuese y no hubo nada.
Barrera tore¨® de sal¨®n al tercero. No ten¨ªa que templar, que ya entraba parado. Mientras, entre ca¨ªda y ca¨ªda, el p¨²blico con la cruz a cuestas. La ¨²ltima faena fue desde el m¨¢s de unos impecables estatuarios hasta el menos de unos derechazos cada vez m¨¢s cortos. La izquierda fue dudosa hasta llegar a la nada.
Babelia
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