La nueva versi¨®n cinematogr¨¢fica de 'Lolita', amenazada por el puritanismo de Hollywood
Lyne no encuentra distribuidor para su adaptaci¨®n de la novela de Nabokov
Una nueva versi¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de VIad¨ªmir Nabokov Lolita, realizada ahora por Adrian Lyne, es la nueva v¨ªctima de la correcci¨®n pol¨ªtica en este a?o electoral para Estados Unidos. Director de filmes de intenci¨®n deliberadamente provocadora, sobre todo en el resbaloso terreno de las pasiones y la manipulaci¨®n de las relaciones a trav¨¦s del sexo, Lyne aborda uno de los grandes mitos er¨®ticos encarnados en nuestro siglo en la figura de la n¨ªnfula tentadora. Y, al parecer, no ha querido recurrir a la met¨¢fora sino a la inflamada literalidad de la novela.
El director ha sido incapaz de encontrar un distribuidor en EE UU seis meses despu¨¦s de haber terminado el rodaje, con Jeremy Irons en el papel principal junto a una desconocida estudiante de 14 a?os, Dominique Swain, de Malibu, en su primer papel.Lyne, director de filmes explosivos como Nueve semanas y media, Atracci¨®n fatal y Una proposici¨®n indecente, sugiri¨® la semana pasada que el argumento -un profesor obsesionado con la hija peque?a de su casera- estaba "maldito desde el principio".
La novela fue llevada al cine en 1962 por Stanley Kubrick -cuya versi¨®n de La naranja mec¨¢nica fue censurada a causa de su inquietante violencia-, con James Mason en el papel de Humbert Humbert y Sue Lyon como Lolita.
Lyne afirm¨® en una entrevista con Entertainment Weekly que quer¨ªa hacer esta nueva versi¨®n de Lolita porque el gui¨®n original, del propio Nabokov, era, a su juicio, muy malo. "El gui¨®n de Nabokov es tan malo como magn¨ªfica es su novela", dijo.
En su b¨²squeda del gui¨®n perfecto contact¨® con reputados escritores y guionistas como Harold Pinter y David Mamet, quienes trataron de echar mano de la adaptaci¨®n antes de que finalmente Stephen Shiff, quien escribe para la revista New Yorker, se hiciera cargo de ¨¦l.
El director estaba dispuesto tambi¨¦n a hacer una adaptaci¨®n m¨¢s fiel de la novela de 1955; como resultado, algunas de las escenas sexuales resultaron tan provocadoras que tuvo que usar una doble en lugar de la ni?a actriz.
Met¨¢foras
El propio autor de la novela, en su trabajo con Kubrick, prefiri¨® recurrir a poderosas met¨¢foras visuales -como la recordada escena del excitado y contenido profesor ayudando a la n¨ªnfula a colocarse algodones entre los dedos de los pies, para que el rojo esmalte de las u?as no se estropee- en lugar del verbo sensual y las escenas abiertamente er¨®ticas de la novela.Ya en el momento de su estreno la pel¨ªcula de Kubrick fue criticada por los sectores m¨¢s conservadores de la sociedad norteamericana, pero no sufri¨® la censura del C¨®digo Hays -sostenida por los cat¨®licos, que unos a?os antes hab¨ªan intentado prohibir Il miracolo de Rossellini, sin lograrlo-. El C¨®digo Hays se convirti¨® en una normativa para evitar excesos, creando una calificaci¨®n que permit¨ªa ciertas dosis de erotismo y defend¨ªa supuestamente la libertad de expresi¨®n: la SMA (sugested for mature audience) reservada a p¨²blico adulto".
Pero el problema de Adrian Lyne est¨¢ en la exhibici¨®n. Los distribuidores no muestran mucho inter¨¦s por este filme de 31 millones de d¨®lares (3.900 millones de pesetas), siguiendo la renuencia mostrada por el oscarizado productor del proyecto Richard D. Zanuck: ¨¦l hab¨ªa arriegado su respetabilidad, seg¨²n las corporaciones de Hollywood.
Casi 2.000 adolescentes se presentaron a las pruebas para la elecci¨®n de la protagonista, pero las dificutades que enfrent¨® Lyne proven¨ªan de los comentarios cr¨ªticos de lo que sucedi¨® con la primera Lolita del cine, Sue Lyon, ahora de 49 a?os, incapaz de sobrellevar el peso de haber simulado ser el objeto de las fantas¨ªas ped¨®filas del viejo profesor.
"Mi destrucci¨®n como persona proviene de esa pel¨ªcula. Lolita me expuso a tentaciones a las que ninguna ni?a de esa edad deb¨ªa ser sometida. Desaf¨ªo a cualquier chica bonita a ser catapultada al estrellato a los 14 a?os y poder mantenerse en ese nivel de ah¨ª en adelante", afirma tajantemente la frustrada actriz. Sue Lyon ha superado tres matrimonios fallidos, su adicci¨®n a las drogas y una tendencia maniaco-depresiva. Ahora trabaja como secretaria.
Sus ataques a?aden le?a al fuego de los defensores de lo pol¨ªticamente correcto y la extrema derecha estadounidense, quienes creen que las pel¨ªculas de Hollywood deb¨ªan promover los valores familiares y no explorar la pedofilia y la violencia.
Uno de sus grandes abanderados es el candidato a la presidencia del Partido Republicano, Bob Dole. La presi¨®n que ha ejercido en Hollywood en este sentido, con discursos en los que atacaba con nombre y apellido a algunos filmes y directores, es la que posiblemente retrase el estreno de Lolita hasta noviembre, despu¨¦s de las elecciones. "Nadie quiere verse llevando un filme como ese cuando Dole emprenda la cruzada para elimina la violencia y el sexo en el cine", dice Matt M¨¹ller, de la revista Premiere.
"Parte del problema es que Lyne est¨¢ contractualmente sometido a producir una pel¨ªcula de calificaci¨®n R, lo que en EE UU significa que puede ser vista por cualquier menor de 17 a?os si va acompa?ado por sus padres
M¨¹ller cree que para conseguir esa calificaci¨®n Lyne tendr¨¢ que cortar algunas de las escenas de sexo m¨¢s expl¨ªcito -una de ellas muestra a Swain regode¨¢ndose sola en la cama y otra haciendo el amor con Irons- para conseguir un contrato de distibuci¨®n.
"Alguien va a hacerse cargo de la pel¨ªcula, estoy seguro, pero puede significar una espera hasta despu¨¦s de las elecciones. Si Clinton gana, no habr¨¢ mucho problema", concluy¨® M¨¹ller.
Babelia
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