Profundidad
No era cartel sobre el papel para el d¨ªa grande, sin figuras que justificaran la asistencia del personal a la plaza. Y all¨ª estaban, sin bullicio y con expectaci¨®n los tres toreros, con el ¨¢nimo en las palabras y la preocupaci¨®n en las manos. No ser¨ªa cartel, pero los inocentes y desocupados aficionados que acudieron, vieron una de las faenas de m¨¢s calidad de la feria. David Lugillano salt¨® al ruedo y nos avis¨¦ con tres lances a la ver¨®nica que a¨²n vuelan en El Bibio. Se ol¨ªa a toreo y Jes¨²s Delgado dej¨® un par de banderillas que le hicieron desmonterar. Luego anduvo descentrado y no encontr¨® faena que s¨ª muerte. Nada importa ya, el segundo lleg¨®. Dobl¨¢ndose el torero con el toro entendiendo su embestida. Muletazos con la derecha largos y, templados y aunque el toro lo miraba y restaba cierta plasticidad, ¨¦l lo embarcaba en su muleta y la profundidad hac¨ªa pensar que el toro no saldr¨ªa de ella. Dos muletazos por el izquierdo eternos, luego la pierna adelantada explicaban la hondura si eso es posible.
Tabernero/ Lugillano, Molinero, Clemares
Toros de Javier P¨¦rez Tabernero, bien presentados, de calidad justos de fuerza. David Lugillano: estocada ca¨ªda (vuelta); pinchazo, estocada tendida, dos descabellos -aviso- y descabello (vuelta). El Molinero: estocada tendida (oreja); estocada -aviso- y descabello (oreja). Javier Clemares: pinchazo, media y cinco descabellos (palmas); dos pinchazos sin soltar y media atravesada (silencio). Plaza de El Bibio, 15 de agosto. 6? y ¨²ltima de feria. Menos de media entrada.
No tiene contratos
La profundidad hoy se llam¨® David Lugillano. El triunfo lo perdi¨®, ya se sabe c¨®mo. Andaba triste ?no tiene contratos!, pero el aficionado sabe que eso es torear. El Molinero arrea por donde va y en ambos toros el alma quiso poner mirando la puerta grande. Demostr¨® valor y sentido de la colocaci¨®n, mas algo ligero anda con la capa y la muleta. Hubo un toro que se le colaba constantemente y aunque templaba puede que hasta le diera demasiado sitio. Estaba entre los pitones dando la cara. El segundo tuvo una gran calidad que no supo entender plenamente, de tal manera que su embestida la torn¨® sosa y vulgar. Se tir¨® con gran fe y mat¨® con una gran estocada.Javier Clemares cont¨® con todo el cari?o del p¨²blico, y si en el primero hubo intento de toreo y logr¨® una faena meritoria aunque el toro le ganaba a menudo la partida. El segundo, al que arrearon de mala manera en el caballo, se cay¨® por los suelos. Clemares se hab¨ªa ido de nuevo de vac¨ªo. Al final palmas que gritaban maestro, maestro. Se refer¨ªan al Viti.
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