EL PAPA TIENE GAITA

El Papa tiene desde el domingo una gaita gallega, regalo de la Real Banda de Gaitas de la Diputaci¨®n de Orense, que le dedic¨® un concierto en el patio del palacio de Castelgandolfo, residencia estival del pont¨ªfice. Pese a que a mediod¨ªa, durante el rezo del Angelus, Juan Pablo II hab¨ªa aparecido tremendamente cansado, sin fuerzas para regalar una sola sonrisa a los fans y sin improvisaciones tras el discurso, como acostumbra, por la noche se sent¨® al fresco y escuch¨®, durante 45 minutos, c¨®mo le tocaban la Mu?eira de Chantada, la Pandeirada de Meis, la Alborada de Veiga, el Himno a la Alegr¨ªa y, sobre todo, la Mu?eira Woitila, a todas luces en su honor. Impresionado, sin duda, por los m¨¦ritos de los gaiteros orensanos, el Papa se levant¨® al final del concierto a saludar a los m¨²sicos, ante los que resalt¨® los valores del Camino de Santiago como v¨ªa para la comprensi¨®n entre los pueblos. Hay que hacer notar que Juan Pablo II considera a los gallegos pr¨¢cticamente paisanos, como les dijo en el viaje que hizo a su tierra en 1989, cuando les salud¨® como "Galicia de Occidente", porque en Polonia hay otra regi¨®n de igual nombre. Parece improbable, dada la fragilidad de la salud papal, que se tomara con los m¨²sicos unas tazas de Ribeiro, con lo que se hubiera enterado definitivamente de lo que se cuece -o, simplemente, de lo que cuece- en Galicia. Con su asistencia al concierto del domingo, Juan Pablo II demostr¨® que no son del todo ciertas las voces que dicen que no est¨¢ para muchas gaitas.