ROURKE, A PU?ETAZOS
Mickey Rourke, protagonista de Nueve semanas y media, se li¨®, una vez m¨¢s, a gritos, persecuciones e insultos con un grupo de paparazzi que le descubri¨® en una discoteca de una playa cerca de Roma, donde est¨¢ preparando una pel¨ªcula. El rudo e irascible actor, que se hab¨ªa dado una cena a base de ostras, dorada y langosta, m¨¢s que generosamente empapadas con vino blanco, estaba con un grupo de amigos y guardaespaldas y con sus ¨²ltimas acompa?antes, la joven actriz Roberta Landolfi y la productora italoamericana Annabelle McDonald, cuando descubri¨® la presencia de tres fot¨®grafos, capitaneados por el rey de los paparazzi, Rino Barillari. La discoteca se convirti¨® r¨¢pidamente en el escenario de una pel¨ªcula del Oeste, Rourke tir¨® un cigarrillo encendido a la cara a un fot¨®grafo, y uno de los guardaespaldas del duro americano lleg¨® a escupir en la cara al m¨¢s mayor de los informadores. ?stos, no obstante, lograron irse con cinco carretes, tras presenciar el beso de seis minutos que Rourke propin¨® a Roberta Landolfi, la cual ha declarado que se qued¨® pr¨¢cticamente en ¨¦xtasis y que luego no pudo dormir. Roberta es hija de un ex campeon italiano de pesos welter, Mario Landolfi, pero ha dicho que Mickey no tiene nada que temer, porque pap¨¢ se ha mostrado muy comprensivo. Quiz¨¢ pap¨¢ ha conciliado porque sabe que Rourke, boxeador aficionado, tiene la arraigada costumbre de liarse a pu?etazos con muchos y muchas de quienes se le cruzan en el camino. Y habr¨¢ pensado que Roberta, a sus 25 a?os, ya es mayorcita, y que para qu¨¦ vamos a enredar.-
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