Desvalijamiento

Regres¨¢bamos a casa, despu¨¦s de haber pasado el s¨¢bado visitando a la familia. Despu¨¦s de dejar el coche en el garaje, fui hacia mi piso. Al salir del ascensor me sali¨® al encuentro mi hija, quien asustada me dio la noticia, "nos han desvalijado la casa", hab¨ªan apalancado la puerta de la vivienda y la hab¨ªan profanado. Todo estaba revuelto y por los suelos, hab¨ªan conseguido su bot¨ªn, cerca de un mill¨®n de pesetas en alhajas, pero una cantidad incalculable en recuerdos entra?ables, demostraciones de amor, de fechas inolvidables, recuerdos de los padres fallecidos.No fue lo material lo que nos afect¨® y produjo dolor, sino la falta de sentimiento de los malhechores hacia cosas tan queridas por nosotros. Ya no habr¨¢ nueva boda, ni bautizo, ni primera comuni¨®n, ya no cumplir¨¦ m¨¢s treinta a?os en la empresa para recibir el reloj en prueba de reconocimiento.

Ma?ana volver¨¦ a levantarme a las seis de la ma?ana para ir al trabajo, otra cosa no he hecho desde edad temprana. Pero cuando vaya en el autob¨²s no dejar¨¦ de pensar en aquellas, "seg¨²n algunas asociaciones", desgraciadas, incomprendidas y denostadas v¨ªctimas de la sociedad que no fueron capaces de aprender a trabajar y que exigen unos derechos para ellos que nunca reconocen para sus v¨ªctimas.