Ripstein: "Todo seductor acaba humillado"
El cineasta presenta 'Profundo carmes¨ª', relato de un criminal obsesionado por su peluca
"Hay aIgo que une m¨¢s que el amor, el crimen". Esa es la tesis central de Profundo carmes¨ª, la ¨²ltima pel¨ªcula del cineasta mexicano Arturo Ripstein, seleccionada para la Mostra de Venecia y presentada ayer a competici¨®n. Este disc¨ªpulo de Luis Bu?uel describe la escabrosa historia basada en un hecho real de un gal¨¢n obsesionado por su peluca, que regalaba amor a las mujeres solitarias y acaba precipit¨¢ndose en una cadena de cr¨ªmenes que le unen cada vez m¨¢s a la gorda Coral. Pel¨ªcula sobre el amor, el deseo y la muerte, Ripstein est¨¢ seguro de que "todo seductor es seducido y, al final, humillado".
El director, de 52 a?os, reconoce su deuda con Honeymoon killers, de Leonard Kastle, que relata la peripecia de la pareja de asesinos Martha y Raymond. "Profundo carmes¨ª comienza siendo una pel¨ªcula de carretera con toques de comedia pero al final se me ha vuelto tragedia en las manos", dice. "Los dos protagonistas no son dos asesinos que se aman sino dos amantes que asesinan"."Disfruto cargando contra las estructuras simplemente explicando hechos reales. Esta cinta por ejemplo, pone a prueba las convenciones sobre la familia. De hecho, la familia de alg¨²n modo nos traumatiza. Mi peque?a venganza es devolverle el golpe a eso que es considerado n¨²cleo fundamental de la sociedad", explica Ripstein. La filmograf¨ªa del cineasta est¨¢ en efecto bien provista de t¨ªtulos que arremeten contra las relaciones familiares. El castillo de la pureza, Mentiras piadosas o La mujer del puerto son ensayos f¨ªlmicos sobre la cara oscura de la instituci¨®n familiar: "El incesto es un tab¨² que todav¨ªa me fascina. Siempre hay alg¨²n secreto que esconder en una familia y a m¨ª me gusta meter el dedo en la llaga", asegura.
Seg¨²n Ripstein, "los finales tr¨¢gicos son buenos narrativamente. Desde S¨®focles hasta hoy han sido emocionantes. Este es singularmente dichoso. A fin de cuentas estar¨¢n unidos indisolublemente. La tragedia en este caso lo que hace es unificar las opciones narrativas que surgen en la historia". Profundo carmes¨ª est¨¢ rodada con una serie de secuencias teatrales, sin tomas exteriores. Ripstein describe su t¨¦cnica como "un intento de crear un mundo interior, opuesto al convencional. El mundo exterior propicia, programa, difunde y proclama el amor como la emoci¨®n m¨¢s importante. Pero al mismo tiempo lo impide. Cuando el amor aparece es una emoci¨®n brutal. Pero la misma sociedad no puede consentirlo. S¨®lo los amantes son capaces de crear su propia realidad, un mundo cerrado al cual no acceden m¨¢s que ellos mismos".
La soledad
La soledad es otro de los temas recurrentes en su obra. "Los clubes de corazones solitarios a¨²n tienen vigencia. Lo singular no es que en los a?os cuarenta hubiese ese tipo de correspondencia, sino que a¨²n exista. La soledad es un factor que ha determinado la conducta de la sociedad durante a?os". Ripstein pone especial cuidado en describir sus personajes femeninos en toda su enorme complejidad: "Para m¨ª la mujer es el motor de las cosas. Una decisi¨®n tomada por ella es inamovible. Su voluntad es f¨¦rrea y firme. En todas mis creaciones son ellas las que toman al toro por los cuernos. Las relaciones entre madres e hijas son feroces y brutales, con tono y decisi¨®n".Profundo carmes¨ª es tambi¨¦n una reflexi¨®n sobre la seducci¨®n, el deseo y la muerte. "Todo conquistador es un conquistado. Todo seductor es seducido y al final humillado. En esta historia ¨¦l es un caballero concentrado en la galanter¨ªa y que se agarra a su peluca para transformarse en un pat¨¦tico Don Juan. Pero es ella la que lo seduce la primera vez y consigue que le haga el amor. ?l se deja fascinar por Coral porque vive en un mundo que ha creado y al cual abre la puerta s¨®lo para ella".
Ripstein admite que se ha dejado capturar por los lados excesivos del personaje masculino: "Es un hombre almibarado, cuidadoso de s¨ª mismo. La obsesi¨®n con la peluca es porque es parte de su m¨¢scara. Cuando no la tiene se siente deforme y disminuido. Me enternece que una figura tan brutal e implacable se deje llevar por estas peque?as mutaciones, por esa dulzura que lo colma al creerse otra persona en el momento en que se viste o se cambia de rostro".
La violencia que aumenta en cada homicidio confirma y refuerza su condici¨®n de amantes: "Cada asesinato encadena el uno al otro con mayor fuerza hasta conducirlos a la destrucci¨®n final. No es la casualidad sino la necesidad del amor lo que les empuja al crimen. Este es esencial. Los define y esculpe su propio perfil. Desean desde lo m¨¢s profundo demostrarse no que se aman a pesar de los defectos sino precisamente por ellos".
Honestidad
El cineasta aragon¨¦s Luis Bu?uel es para Ripstein m¨¢s una referencia muy querida que un magisterio indiscutible: "Bu?uel tiene en m¨ª mucha y poqu¨ªsima influencia. Enorme porque me ense?o a ser lo m¨¢s honesto posible con mis ideas y poqu¨ªsima porque t¨¦cnicamente ¨¦l no me ense?o casi nada. Nuestros estilos son completamente diferentes. Nuestro modo de narrar y el fondo cultural son diversos. Bu?uel es espa?ol y yo mexicano".Frente a su vaso de grappa, Ripstein se confiesa euf¨®rico por haber sido aceptado en la Mostra de Venecia. Junto a ¨¦l, su mujer, Paz Alicia Garciadiego, coautora del gui¨®n, recuerda su trayectoria al lado del cineasta, con quien ha trabajado en seis pel¨ªculas durante 11 a?os. Entre intercambios de miradas y sonrisas de satisfacci¨®n, hablan de su complicidad: "El sistema es el abogado del diablo. Yo lanzo una idea y ¨¦l trata de desbaratarla para comprobar su consistencia. La prensa amarilla es una fuente inagotable de opciones. Los esc¨¢ndalos y los asesinatos sangrientos despiertan el morbo de la gente. Nuestras obras nacen a veces de im¨¢genes o frases fuera del contexto", explica Garciadiego. "Por ejemplo, La reina de la noche se origin¨® en un velatorio cuando la madre del muerto dijo: 'Qu¨¦ bueno que falleci¨® mi hijo, as¨ª no me tengo que preocupar en las noches por saber si sigue vivo".
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