De A?overos a Rato, pasando por Solbes

"Cuando el PSOE asumi¨® el poder, en diciembre de 1982, decidi¨® cambiar los criterios de las cuentas del a?o. Yo no pude cerrar el Presupuesto, por lo que el d¨¦ficit aument¨® en unos 300.000 millones", recuerda Jaime Garc¨ªa A?overos, entonces ministro de Hacienda. Esa modificaci¨®n no tuvo trascendencia presupuestaria porque eran gastos presupuestados y pagados'.Pero ah¨ª no terminaba el asunto. Exist¨ªa otra partida -de la ¨¦poca de Juan Jos¨¦ Espinosa San Mart¨ªn- de gastos sin regularizar de antiguos organismos aut¨®nomos que estaban contabilizados con cr¨¦ditos del Banco de Espa?a. "Esos gastos no estaban aprobados por las Cortes, pero se hab¨ªan realizado hac¨ªa a?os (no recuerdo si en torno a 5.000 o 6.000 millones de pesetas)", se?ala Garc¨ªa A?overos. "No los quise cerrar hasta aclarar esas irregularidades desde el punto de vista contable". Garc¨ªa A?overos entreg¨® esas cuentas a Miguel Boyer.

"Auditor¨ªas de infarto"

Felipe Gonz¨¢lez comenz¨® a hablar entonces de la existencia de un "agujero" multimillonario y anunci¨® que iba a encargar unas auditor¨ªas que ser¨ªan de "infarto". "Gonz¨¢lez, con mala fe, insinu¨® que era dinero que se hab¨ªa llevado la UCD). Luego se vi¨® que nada de eso exist¨ªa", afirma.Tras un debate parlamentario en el que Leopoldo Calvo Sotelo, en nombre de UCD), refut¨® las afirmaciones socialistas, la historia se sald¨® con la aprobaci¨®n por el Gobierno de un decreto ley de regularizaci¨®n de gastos por 200.000 millones de pesetas:

Tambi¨¦n Pedro Solbes, al suceder en el Ministerio de Econom¨ªa a Carlos Solchaga, tuvo que hacer frente a otra regularizaci¨®n en los Presupuestos para 1993. En este caso de 1,3 billones de pesetas. El Gobierno se vio obligado en aquella ocasi¨®n a derogar por decreto ley uno de los apartados de la ley presupuestaria que establec¨ªa l¨ªmites al reconocimiento de obligaciones, lo que impidi¨®, seg¨²n Rodrigo Rato, tener que imputar a presupuestos de a?os posteriores m¨¢s de 487.000 millones de pesetas.