El presidente PP media en crisis sindical de Arganda

Una delegaci¨®n de los sindicatos UGT y CC OO logr¨® ayer el compromiso de P¨ªo Garc¨ªa Escudero, presidente regional del Partido Popular, de hablar con Gin¨¦s L¨®pez, alcalde popular de Arganda del Rey (29.000 habitantes) para ver qu¨¦ soluci¨®n se puede dar al conflicto creado por los despidos de 28 trabajadores municipales, que se ejecutar¨¢n a partir de ma?ana.Ese compromiso se obtuvo en una reuni¨®n que mantuvieron ambas partes en la sede regional del PP, mientras que en la calle se concentraban m¨¢s de 600 delegados de ambos sindicatos, pertenecientes a la Administraci¨®n p¨²blica de la regi¨®n. "El PP tiene que intervenir en este tema, que no es puramente de gesti¨®n, sino pol¨ªtico", afirm¨® Manuel S¨¢nchez, de la Federaci¨®n de Servicios P¨²blicos de UGT Madrid. "Si el Partido Popular rompe en cualquier lugar la norma de que los empleados p¨²blicos fijos son intocables, lo rompe como partido y no por la actuaci¨®n de un alcalde".

. Como una carrera contrarreloj, hoy se van a celebrar distintas reuniones para intentar solucionar el conflicto. En la sede de la Delegaci¨®n de Trabajo se ver¨¢n sindicatos y equipo de gobierno de Arganda. Este ¨²ltimo entregar¨¢ toda la documentaci¨®n que los sindicatos le han pedido para poder dise?ar un plan de empleo. Seg¨²n Benjam¨ªn Mart¨ªn, concejal de personal de Arganda, de llegar a un acuerdo, " en la misma reuni¨®n se puede decidir no ejecutar los despidos del d¨ªa siguiente".

Paralelamente est¨¢ prevista otra reuni¨®n entre sindicatos y el presidente regional del PP para estudiar el resultado de las actuaciones de este ¨²ltimo con sus compa?eros de partido en Arganda.

Rodolfo Benito, secretario general de CC OO, acudi¨® a solidarizarse con los 40 trabajadores encerrados en el Ayuntamiento de Arganda, y declar¨® que la actuaci¨®n del PP "carece de legalidad e incorpora irracionalidad, por lo que se va a seguir con una presi¨®n contundente con el fin de que las actitudes caciquiles sean sustituidas por el di¨¢logo y la negociaci¨®n