Salvemos Marte
La NASA toma medidas para que las naves terrestres no contaminen los dem¨¢s planetas
Una solitaria figura trabaja en el cuarto piso del edificio de la NASA en Washington para proteger a los planetas del sistema solar ante las invasiones. Pero Michael Meyer el encargado de protecci¨®n planetaria en la NASA, no revisa los cielos en busca de invasores extraterrestres. La amenaza que a ¨¦l le preocupa tiene tama?o microsc¨®pico.Este microbi¨®logo de 43 a?os est¨¢ encargado de garantizar que los microorganismos de la Tierra no colonicen los planetas vecinos en las misiones espaciales. Su principal preocupaci¨®n ahora son las dos naves que pronto partir¨¢n rumbo a Marte.
Asimismo, cuando una nave de exploraci¨®n robotizada toma muestras del suelo de Marte para llevarlas a la Tierra, Meyer debe asegurarse de que los organismos del planeta rojo no infecten el nuestro.
"Estar encargado de la protecci¨®n de los planetas se presta a la broma", admite Meyer.
Suena como un trabajo muy grande". "En realidad", a?ade, "la idea de traer cosas a la Tierra causa verdadera preocupaci¨®n y se aprecia en el hecho de que hay alguien que pasa el tiempo cercior¨¢ndose de que la NASA est¨¢ haciendo lo moralmente correcto".
La preocupaci¨®n m¨¢s inmediata de Meyer se centra en el par de naves espaciales que est¨¢n por ser lanzadas al espacio: la Mars Global Surveyor, que ser¨¢ lanzada en noviembre, y la Mars Pathfinder, que saldr¨¢ al espacio un mes despu¨¦s. Ambas forman la primera ola de exploradores robots que se enviar¨¢ al planeta rojo.
Los esfuerzos para determinar si existe vida en Marte podr¨ªan quedar arruinados si los microorganismos de la Tierra llegaran a reproducirse en aquel planeta. "B¨¢sicamente, se har¨ªa muy dif¨ªcil cualquier estudio futuro", dijo Meyer. "No queremos soltar accidentalmente los microbios de la Tierra".
El Global Surveyor elaborar¨¢ un mapa de la desolada superficie del planeta rojo desde las alturas, y no se le considera una amenaza para el ambiente marciano. El Pathftnder, sin embargo, dejar¨¢ caer sobre la superficie de Marte un paquete de instrumentos que incluye un veh¨ªculo de seis ruedas que funciona mediante un control remoto.
Meyer est¨¢ tomando muchas precauciones para asegurarse de que el Pathfinder no transportar¨¢ bacterias terrestres. La nave se mantiene en condiciones de limpieza extremas, y la superficie es regularmente esterilizada con alcohol. Algunas de sus partes m¨¢s resistentes son esterilizadas en hornos.
Pese a estas precauciones, la NASA acepta que es casi imposible eliminar todos los pasajeros microsc¨®picos, Y tolerar¨¢ hasta un m¨¢ximo de 10.000 esporas bacterianas en la nave, de 870 kilos. Esa cifra puede que parezca alta, pero no lo es si se tiene en cuenta que una cucharada de tierra contiene alrededor de un mill¨®n de microorganismos.
Por otro lado, cualquier organismo que llegue a la superficie de Marte tendr¨¢ dificultades. La temperatura promedio del planeta es de menos 63 grados cent¨ªgrados y es imposible que exista agua en la baja presi¨®n atmosf¨¦rica.
"Casi no existe posibilidad de que los organismos de la Tierra puedan crecer en la superficie de Marte", dijo Meyer. "Las esporas pueden sobrevivir en la superficie por alg¨²n tiempo, pero no se pueden reproducir".
La agencia espacial tiene planes de lanzar una misi¨®n en el a?o 2005 para traer a la Tierra muestras de la superficie de Marte, si bien el reciente descubrimiento de vida en un meteorito marciano podr¨ªa adelantar la fecha al a?o 2003. Esa posibilidad crea una serie de retos, afirm¨® Meyer: "?C¨®mo colocas una muestra dentro de un envase, te aseguras de que la parte de afuera est¨¦ limpia y de lo que est¨¢ adentro est¨¢ sellado, y luego c¨®mo lo traes a la Tierra?". "Una vez que lo tienes, ?c¨®mo manipulas la muestra para que no se suelte accidentalmente? La ingenier¨ªa puede hacer muchas cosas, pero no ser¨¢ f¨¢cil".
Las misiones futuras, en las que se horadar¨¢ la superficie para tomar muestras, tendr¨¢n que cumplir requisitos m¨¢s estrictos. Pero el anuncio del mes pasado sobre el posible descubrimiento de vida en Marte no significa que se van a endurecer las reglas. "No importa", aclara Meyer, "porque todo lo que prev¨¦ la pol¨ªtica de protecci¨®n planetaria fue elaborado bajo la asunci¨®n de que hay vida en Marte".
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