Miedo a la competencia desleal

Francia, secundada por otros miembros de la Uni¨®n Europea, teme que las divisas que no desaparezcan, como la peseta o la lira, puedan, a partir de 1999, sufrir fuertes devaluaciones frente el euro, como sucedi¨® frente al marco en 1992 y 1993.Si esa situaci¨®n se produjese la preocupaci¨®n de las econom¨ªas m¨¢s fuertes de la Uni¨®n Europea es que acabe distorsionando el mercado interior y provocando un aumento de las exportaciones espa?olas o italianas a los pa¨ªses que hayan introducido la moneda ¨²nica.

De ah¨ª que, para evitar esa supuesta competencia desleal, proponga que los pagos a un Estado miembro que deje caer su divisa se efectuen en "moneda corregida", es decir en euros depreciados en funci¨®n de la diferencia entre el porcentaje de la devaluaci¨®n de su moneda y su nivel de inflaci¨®n.

Si la devaluaci¨®n es del 7% y la inflaci¨®n del 3%, el euro se devaluar¨ªa, por ejemplo, en un 4%.

Par¨ªs quiere adem¨¢s que la entrega de los fondos estructurales de ayuda a las regiones menos desarrolladas est¨¦ supeditada al buen cumplimiento de los requisitos del tratado.

El Gobierno espa?ol rechaza firmemente estas intenciones francesas de "castigar" a los pa¨ªses que no logren llegar a tiempo a la culminaci¨®n de la uni¨®n monetaria.

La posici¨®n es que "no se pueden establecer sanciones a un Estado miembro porque se produzcan variaciones en su tipo de cambio", se?ala un informe elaborado para Aznar. Desde Roma, Romano Prodi y su gabinete comparten por completo este punto de vista.