EE UU advierte a Irak que s¨®lo evitara el ataque si retira sus misiles del sur
Estados Unidos advirti¨® ayer que un ataque contra Irak era todav¨ªa posible, pero que ¨¦ste depende de la conducta del presidente iraqu¨ª, Sadam Husein. Washington quiere que el r¨¦gimen de Bagdad se quede con las manos quietas en la mitad sur del pa¨ªs y que elimine cualquier posible amenaza contra los aviones norteamericanos que patrullan esa zona. "La ¨²nica posibilidad que tiene Irak para evitar un ataque es retirar sus misiles y equipos de radar desplegados al sur del paralelo 33", declar¨® el secretario de Defensa, William Perry, durante una conferencia de prensa en Manam¨¢, la capital de Bahrein.
Si Bagdad cumple esta condici¨®n, la guerra que parec¨ªa segura hasta este fin de semana podr¨ªa ser evitada. De lo contrario, si Sadam Husein comete lo que Washington considera provocaciones, ya est¨¢ listo en el Golfo el dispositivo militar adecuado para golpear contundentemente.Por el momento, la Administraci¨®n norteamericana no cree que vayan a producirse ese tipo de provocaciones. "Da la impresi¨®n de que Sadam Husein no va a hacer nada m¨¢s", declar¨® ayer a la televisi¨®n la embajadora de EE UU ante las Naciones Unidas, Madeleine Albreight, quien dej¨® la impresi¨®n de que los planes de intervenci¨®n en Irak han sido suspendidos.
Si, en efecto, Washington no encuentra un pretexto para actuar contra Irak, el Gobierno tendr¨¢ probablemente que hacer frente a las cr¨ªticas por haber desplegado una poderosa maquinaria militar para volverse a casa sin efectuar ni un s¨®lo disparo. Albreight dijo que, pese al riesgo de esas cr¨ªticas, las fuerzas de EE UU no van a atacar si no existen razones. "No vamos a sentirnos presionados a reaccionar desproporcionadamente", asegur¨®.
Pese a estas declaraciones de prudencia, mucho cuidado va a tener el Gobierno para que todo este duelo con Irak no se le convierta en un fiasco. La oposici¨®n republicana, que ya hab¨ªa criticado a la Administraci¨®n por la debilidad de los dos primeros bombardeos sobre Irak, vuelve ahora a preguntarse cu¨¢l es la estrategia de la Casa Blanca en estos momentos.
Desde que comenz¨® el actual episodio de enfrentamiento con Bagdad, el pasado 31 de agosto, cuando Irak desplaz¨® tropas hacia territorios kurdos, el r¨¦gimen iraqu¨ª ha conseguido controlar con fuerzas kurdas leales toda la regi¨®n norte. Al mismo tiempo, los 44 misiles que EE UU lanz¨® en los d¨ªas siguientes le obligaron a replegar su fuerza a¨¦rea varilios kil¨®metros en el sur. El s¨¢bado, el propio Clinton defendi¨® su actuaci¨®n en el Golfo y asegur¨® que ¨¦sta hab¨ªa servido para mantener a Sadam bajo una camisa de fuerza.
Sabor de impotencia
La pol¨ªtica norteamericana hacia Irak, en todo caso, comienza a dejar un sabor de impotencia que, en alguna medida, podr¨ªa acabar por perjudicar las posibilidades electorales de Bill Clinton. Ayer, el diario The Washington Post informaba que la CIA ha malgastado 100 millones de d¨®lares (12.500 millones de pesetas) en diversos intentos desde 1991 para derrocar a Sadam Husein con distintas alianzas con fuerzas de oposici¨®n. En esos intentos, la CIA termin¨® perdiendo el respaldo inicial de Jordania y Arabia Saud¨ª.La pol¨ªtica estadounidense con Irak sigue sin convencer a los aliados de Washington. 'Las autoridades militares han tenido que retrasar -quiz¨¢s para siempre- el env¨ªo de los 5.000 soldados que deber¨ªan de haber salido ayer hacia Kuwait. El Gobierno kuwait¨ª, el m¨¢s pronorteamericano del Golfo -quiz¨¢s del mundo-, le dijo al secretario de Defensa que todav¨ªa no hab¨ªa una autorizaci¨®n definitiva para el despliegue de las tropas norteamericanas. Perry habl¨® ayer sobre ese asunto con el emir de Kuwait, el jeque Jaber al Ahmad al Sabah. Pero ¨¦ste le manifest¨® que la decisi¨®n deb¨ªa ser tomada por el Consejo de Defensa Suprema, lo que no es m¨¢s que una forma por parte de Kuwait de demostrar cierta dignidad ante EE UU, que hab¨ªa anunciado el desplazamiento de soldados sin consultar siquiera con el pa¨ªs que deb¨ªa recibirlos.
Perry, que visit¨® ayer Kuwait, Bahrein y Arabia Saud¨ª, no parece haber alcanzado un ¨¦xito completo en su misi¨®n de convencer a esos pa¨ªses para que respalden la pol¨ªtica estadounidense. Balhrein, donde actualmente est¨¢n establecidos los cuarteles generales de la V Flota de EE UU, que patrulla las aguas del Golfo, ha aceptado el aterrizaje de aviones de combate norteamericanos. Pero Arabia Saud¨ª hizo tales esfuerzos en distanciarse de la estrategia de Washington que la visita de Perry ni siquiera fue oficialmente anunciada. Una vez que Perry se march¨®, el ministro de Defensa saud¨ª, pr¨ªncipe Sult¨¢n ben Abdel Aziz, declar¨® que la posici¨®n "razonable" de Bagdad hac¨ªa que no esperase un nuevo ataque norteamericano contra lrak.
Ni Arabia Saud¨ª ni Kuwait tienen gran inter¨¦s en enemistarse con el resto de los pa¨ªses ¨¢rabes, que en una reuni¨®n de la Liga ?rabe, votaron a favor de condenar los ¨²ltimos bombardeos norteamericanos contra Irak. Pese a eso, el secretario de Defensa asegur¨® que EE UU estaba actuando en esta crisis "hombro con hombro" con Riad y Kuwait.
El jefe del Pent¨¢gono insisti¨® a lo largo de su gira, que le llevar¨¢ tambi¨¦n a Turqu¨ªa y a diversas capitales europeas, en que el r¨¦gimen de Sadam sigue constituyendo una amenaza para sus vecinos, y que Washington no consentir¨¢ que los pilotos que patrullan la zona de exclusi¨®n sean puestos en peligro. Preguntado sobre si todav¨ªa era posible un ataque norteamericano, a pesar de la decisi¨®n de Bagdad de suspender los ataques contra los aviones occidentales en el sur, Perry contest¨®: "S¨ª, eso es todav¨ªa una posibilidad".
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