La triple corona deI 'cocodrilo'
Checa priv¨® a Doohan de una fiesta completa, en Montmel¨®
Ser campe¨®n del mundo no es lo que m¨¢s le gusta a Mick Doohan. Ni siquiera serlo tres veces, como lo es ¨¦l desde el domingo. El piloto australiano, el ¨²ltimo gran h¨¦roe del Mundial de 500, s¨®lo disfruta de verdad ganando carreras. Le encanta que los de m¨¢s le vean siempre la espalda. Por eso, tras el Gran Premio de Catalu?a, el cocodrilo estaba satisfecho a medias. La triple coro na era un buen premio, pero la hab¨ªa obtenido quedando segundo detr¨¢s de Carlos Checa. Es, decir, perdiendo. Y eso es lo que revienta a Doohan.Aterriz¨® en el Mundial de motociclismo en 1989, siguiendo la estela de otro campe¨®n autraliano, Wayne Gardner, con el que acab¨® enemistado por la tremenda ambici¨®n de ambos. Desde su debut, siempre a lomos de una Honda oficial en la categor¨ªa reina, el historial de Doohan ha acumulado los ¨¦xitos. En los 104 grandes premios que ha disputado, ha visitado 68 veces el caj¨®n, 41 de ellas como vencedor.Ser el primero, ¨¦sa es su pasi¨®n. "No me. importan los t¨ªtulos", explica. "Lo que quiero es ganar, disfrutar encima de la moto, divertirme. Y como m¨¢s me divierto es siendo el primero. Los t¨ªtulos vienen despu¨¦s, son consecuencia de las victorias. Y desde luego, nunca hubiera imaginado ser campe¨®n del mundo tres veces consecutivas. Estoy muy contento por ello" .
El dominio del piloto australiano a lo largo de las tres ¨²ltimas temporadas ha sido dram¨¢tico para la competencia. Y no s¨®lo por haber logrado estos tres t¨ªtulos consecutivos. Hasta el paso adelante de ?lex Crivill¨¦ este a?o, Doohan pr¨¢cticamente no hab¨ªa tenido rivales desde 1994. En las ¨²ltimas 40 carreras, s¨®lo ha sido derrotado 17 veces. Y s¨®lo en cinco ocasiones. qued¨® apeado del podio.
Sin embargo, la frialdad de los n¨²meros, unida a su propio car¨¢cter arrogante, esconde a veces la grandeza del piloto de, Brisbane, que en junio cumpli¨® 31 a?os. El mismo que desde hace tres temporadas ha ejercido una f¨¦rrea dictadura en el Mundial de 500 y estuvo a punto. de perder la pierna tras una grave lesi¨®n en 1992. Pero fue capaz de sufrir y de recuperarse.
Y volvi¨® m¨¢s fuerte que antes, con una determinaci¨®n y un convencimiento que nadie pod¨ªa igualar. "Aquella experiencia me hizo tener m¨¢s ganas, me dio la voluntad de ser el n¨²mero uno", cuenta. Esa fuerza es la que ha le llevado al tricampeonato.
Pero, al mismo tiempo, su obsesi¨®n por vencer a cual quier precio, su actitud hura?a, su des precio por los rivales y algunas maniobras poco deportivas -como este a?o en Jerez frente a Crivill¨¦-, han impedido que se con vierta en un verdadero ¨ªdolo mundial. "No me importan las relaciones p¨²blicas. Yo estoy aqu¨ª para ganar carreras, no para hacer amigos", argumenta.
Por historial, Doohan ya est¨¢ a la altura de leyendas como los es tadounidenses Kenny Roberts y Wayne Rainey, aunque nunca alcanzar¨¢ las plusmarcas del italiano Giacomo Agostini, 15 veces campe¨®n del mundo, ocho de ellas de 500. El cocodrilo australiano, adem¨¢s, piensa ya en la retirada. A¨²n no se ha cansadao, de hacer equilibrios sobre su moto de 180 caballos, pero est¨¢ harto de vivir en M¨®naco, de entrevistas, de viajar tanto. Y les est¨¢ viendo las orejas a los lobos espa?oles, sobre todo a Crivill¨¦, su propio compa?ero de equipo, que quiz¨¢ en 1997 empiece a impedirle con frecuencia hacer lo que m¨¢s le gusta en la vida: ganar.
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