Indomables y bienpensantes
La historia va haci¨¦ndose interminable e insoportable, como un mal culebr¨®n. Con ritmo cansino, los mismos gestos, las mismas expectativas y las mismas frustraciones se repiten en los sucesivos episodios. Los telediarios muestran una edici¨®n tras otra a G¨®mez de Lia?o o a Garz¨®n entrando en el edificio de la Audiencia Nacional, a Argote en distintos escenarios y con variopintos trajes clamando contra la injusticia con que los jueces tratan a sus defendidos, a Galindo en im¨¢genes de archivo y a alg¨²n notable del PP explicando que ellos respetan la acci¨®n de la justicia, pero que miran s¨®lo al futuro (por lo cual han decidido bloquear aqu¨¦lla, omiten a?adir). Surge as¨ª una inevitable sensaci¨®n de cansancio, agudizada por los ruidos que incesantemente producen unos inculpados convertidos en acusadores desde radio y prensa. Las gentes de orden, los bienpensantes, encuentran entonces su oportunidad para echar tierra sobre el asunto sustituyendo la pregunta central -?qui¨¦n es el culpable y c¨®mo puede ser castigado?- por otra que acaba invirtiendo los t¨¦rminos del problema: ?por qu¨¦ diablos estos jueces, denominados peyorativamente "los indornables", se empe?an en perseguir a hombres que encarnan a instituciones cuyo honor se confunde con el del Estado?Ning¨²n bienpensante se acuerda de la cascada de bloqueos impuesta a la investigaci¨®n por el Gobierno Gonz¨¢lez, ni se pregunta en sus comentarios por las posibilidades que les quedan a los jueces de esclarecer, por ejemplo, el asesinato y las torturas de Lasa y Zabala, con la acordada eliminaci¨®n de pruebas: que sigan y se callen, acatando la decisi¨®n del Gobierno. El referente concreto, el rosario de cr¨ªmenes infames e in¨²tiles de los GAL, es convenientemente olvidado en nombre de la prioridad otorgada a la unidad de los dem¨®cratas contra el terrorismo de ETA, como s¨ª un dem¨®crata pudiera aceptar la aplicaci¨®n al caso de la variante patria de los procedimientos utilizados en su d¨ªa por los militares argentinos. Y casi es peor si se emplea la f¨®rmula c¨ªnica de condenar lo ocurrido para de imnediato refugiarse en los eximentes: han pasado 12 a?os, as¨ª actuaron De Gaulle con la OAS y Kohl con la Baader-Meinhof, etc¨¦tera. Opinan, en definitiva, como si el caso GAL no tuviera otra relevancia para la pacificaci¨®n de Euskadi que los efectos indeseables sobre la cohesi¨®n de Ajuria Enea o el mantenimiento de la estrategia que en una aplicaci¨®n primar¨ªa de la teor¨ªa de los juegos tendr¨ªa por objeto esencial el aislamiento de ETA.Cabr¨ªa barajar las palabras que presiden un inteligente art¨ªculo de L¨®pez Garrido en estas mismas p¨¢ginas: "Terrorismo de Estado, cuesti¨®n de hoy". Si partimos de admitir que el n¨²cleo de la lucha contra ETA consiste en destruir el apoyo social del que a¨²n disfruta en Euskadi, resulta claro que la resoluci¨®n del caso GAL constituye una precondici¨®n para alcanzar la paz. Aun prescindiendo de consideraciones ¨¦ticas, y dentro del m¨¢s puro maquiavelismo, hay que evitar a toda costa que esos m¨¢rtires sean para siempre el signo de la b¨¢rbara opresi¨®n ejercida por Espa?a (el PSOE y Gonz¨¢lez son lo de menos) sobre los vascos. As¨ª que los "indomables" acaban siendo mucho m¨¢s pragm¨¢ticos que nuestros bienpensantes. Siguiendo el ejemplo italiano, m¨¢s vale ver ensalzados, quiz¨¢ en exceso, a quienes adoptan la ense?a de manos limpias -algo imposible entre nosotros, dada la basura que se ha arrojado, sobre ellos- y a un grupo de excelent¨ªsimos criminales refugiados en Hammamet o en espera de indulto. Pura raz¨®n de Estado: releamos el cap¨ªtulo VII de El pr¨ªncipe. Por otra parte, si despu¨¦s de los cr¨ªmenes cometidos los responsables salen indemnes, ?qui¨¦n nos garantiza a todos que individuos de esas mismas instituciones no van a volver a cometer las aberrantes violaciones de derechos humanos que cometieron en el pasado? De manera que la cuesti¨®n es bien del d¨ªa, sin que por supuesto deba servir de coartada para debilitar el frente antiterrorista.. Ambas metas son perfectamente compatibles, aun cuando el PP, el PSOE y los bienpensantes no lo entiendan as¨ª.
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