Una resultona comedia estadounidense anima la alica¨ªda competici¨®n
Decepci¨®n, tras el pase de la primera pel¨ªcula espa?ola, 'M¨¢s que amor, frenes¨ª'.
Beautiful girls, de Ted Demme, una eficaz comedia con toques rom¨¢nticos protagonizada por Uma Thurman, Matt Dillon, Mira Sorvino y Thimothy Hutton, ayud¨® ayer a levantar un tanto el inter¨¦s de una selecci¨®n oficial que est¨¢ mostrando hasta ahora una calidad s¨®lo medianilla. Un ambicioso, aunque muy fallido drama italiano, Hotel Paura, de Renato de Mar¨ªa, complement¨® la jornada en la secci¨®n oficial. Mientras, la colecci¨®n de modernos y drag queens que ayud¨® a promocionar el pase de la espa?ola M¨¢s que amor, frenes¨ª, de Alfonso Albacete, Miguel Bardeni y David Menkes, en una sala abarrotada, no pudo hacer gran cosa por salvar el filme, una indigesta mezcla de referencias almodovarianas y liberaci¨®n sexual.
Tiene Beautiful girls bastante picard¨ªa, menos cine del que parece pero una gran efectividad a la hora de desarrollar sus planteamientos. La acci¨®n, que se desarrolla en un perdido pueblo de Milwaukee, tiene como centro a un grupo de amigos que frisan la treintena y que se conocen, desde ni?os. El regreso de uno de ellos (Hutton), un m¨²sico de jazz residente en Nueva York, para pasar una fiesta de reencuentro de ex alumnos, es la excusa para que todos se sinceren y dejen al aire sus m¨¢s bien abundantes verg¨¹enzas y sus reducidos encantos, sus obsesiones sexuales, su desconcierto.Beautiful girls tiene un arranque moroso que empero sirve a Demme, para ir mostrando las peculiaridades de cada una de sus criaturas, en especial la que encarna Hutton, el mejor dibuja do de los personajes. La trama teje una ancha red alrededor de ¨¦l, sus amigos y sus chicas, con la curiosidad, notable en los tiempos que corren en el cine americano, de que es el punto de vista masculino el dominante, sin por, ello caer en la falsa verg¨¹enza, el trazo grueso o la nefasta "correcci¨®n pol¨ªtica". Elenco de actoresDurante cerca de dos horas asistimos a la evoluci¨®n de unos comportamientos a veces estereotipados, pero que se hacen cercanos debido a tres actores principales: uno, obligatorio en este tipo de filmes cuando obtienen cierto nivel de calidad, la presencia de un elenco de interpretes bastante bien dirigidos, entre los que resultar¨ªa grosero establecer distinciones. Otro, unos di¨¢logos chispeantes, repletos de retru¨¦canos y referencias cin¨¦filas y televisivas que ampl¨ªan con su solo enunciado el campo de comprensi¨®n entre el filme y su espectador.
Y otro, en fin, dos historias de magn¨ªfica inspiraci¨®n, ambas protagonizadas por Hutton: mientras vemos c¨®mo su personaje busca centrar una vida a punto de sufrir cambios radicales, asistimos a su encuentro con una turbadora extra?a (Thurman) y al despertar del amor de una, ni?a de s¨®lo 13 a?os, pero de inteligencia y sensibilidad extremas, que har¨¢ de Hutton el objeto de su imposible deseo.
Esa historia vale en realidad por todo el filme, y al menos este cronista olvid¨® por un momento un final de la trama convencional y mec¨¢nica, incapaz de eludir los m¨¢s trillados lugares comunes -la reconciliaci¨®n, la familia-, para deleitarse con un amor tan imposible como hermoso.
Hotel Paura, de Renato de Maria, es un filme descorazonador y hosco, dotado de una honesta voluntad de denuncia pero con pat¨¦ticas carencias. Cuenta la vida de un ejecutivo cuarent¨®n, despedido de la empresa en la que trabaja e incapaz de resituarse en el agresivo entorno de, la econom¨ªa italiana de nuestros d¨ªas. Pierde casa, se distancia de mujer e hijo y cae en un agujero negro del que nada ser¨¢ capaz de sacarlo.
Si algo tiene Hotel Paura es una encomiable voluntad de no caer bien a nadie y de no olvidar su objetivo denunciatorio. Pero el problema es que no tiene personaje, por m¨¢s que el actor que lo encarna, Sergio Castellitto, el protagonista de El hombre de las estrellas, de Giuseppe Tornatore, intente por s¨ª solo la imposible tarea de sutura r con su trabajo las heridas profundas que desgarran la credibilidad del filme y terminan por anular, su intenci¨®n cr¨ªtica.
M¨¢s que amor, frenes¨ª, de Alfonso Albacete, Miguel Bardem y David Menkes, una indigesta mezcla de referencias almodovarianas y liberaci¨®n sexual, parece condenada al ¨¦xito entre un p¨²blico bastante poco exigente. El pase de la primera pel¨ªcula espa?ola en Zabaltegi fue una decepci¨®n, pese a que la sala estaba abarrotada de p¨²blico. Una colecci¨®n de modernos y drag queens, seguidores de Bibi Andersen, que participa en la pel¨ªcula, ayudaron a promocionar el pase de esta pel¨ªcula espa?ola, pero no pudieron hacer gran cosa por salvarla.
De bordados y chapuzas
"Los bordados no dan, un duro. En cambio, las chapuzas dan una pasta gansa". Son exquisitas palabras, casi textuales, de un chapucero que fabrica pel¨ªculas con ritmo de chorizos y, obviamente, no tiene ni idea de cine, lo que le impide percibir que los bordados resucitan al moribundo, mientras las chapuzas son sus ata¨²des, por pasta gansa, que en castellano legible quiere decir idiota, que le proporcionen. Y es que abunda -no entre los que hacen pel¨ªculas, sino entre quienes montan la tienda a costa de ellas- la especie de los que desprecian al cine y por eso se dedican a hacerlo, quiero decir fabricarlo.Un bordado es la francesa Ponette y otro la finlandesa (a saber qu¨¦ demonios significa este titulejo) Kavas Pilvet Karkaavat. Han costado cada una un duro y medio y producir¨¢n centenares, pero a largo plazo. Jacques Doillon y
Kaurismaki, de espaldas a cualquier facilidad de esas que dan la modernez y el todo vale con tal de que d¨¦ pasta idiota han trenzado en ellas prodigios de riesgo, fuerza y elegancia y seguir¨¢n dando dinero dentro de d¨¦cadas. Pero este dinero lento -el derivado de toda inversi¨®n art¨ªstica digna de ese nombre- no interesa. Interesa la pasta r¨¢pida, o gansa, aunque la pel¨ªcula que la produce sea una chapuza, aunque hay sospechas de que tal como est¨¢n las posas s¨®lo las Chapuzas son inmediatamente, o idiotamente, rentables, aunque dentro de unos meses' sean pasto de engorde del olvido. Ah¨ª est¨¢ la monumental chapuza de, Independence Day para que no queden dudas d¨¦ por d¨®nde va la pasta, o peste, gansa.La emoci¨®nDoillon y Kaurismaki trajeron ayer, para variar, cine genuino a un viejo genuino festival. Y para no variar llegaron fuera de concurso, sin otro aval que la inteligencia y la emoci¨®n que llevan a espuertas dentro. Zona abierta es el magn¨ªfico apartado donde se refugia el cine arrinconado en estos d¨ªas h¨²medos de Donostia. En ¨¦l cabe todo, por ejemplo, estos aludidos bordados y el de la refinada profesionalidad del ¨²ltimo filme de Ridley Scott, Tormenta blanca. Pero la pasta f¨¢cil y r¨¢pida, al menos en los tragaperras de la aldea espa?ola, lleg¨® con M¨¢s que amor, frenes¨ª, en la que los bordados que tejen por su cuenta Ingrid Rubio, Cayetana Guill¨¦n y Beatriz Santiago est¨¢n atrapados en una tela de ara?a de incontables chapuzas. Dar¨¢ pasta, por supuesto extremadamente gansa, aunque no tanta como Trainsporting, eleg¨ªa de la mierda y el bacalao rancio, que es una de las m¨¢s grandes (y no hace falta decir que inmediata y gansamente m¨¢s rentables) chapuzas brit¨¢nicas contempor¨¢neas, lo que ya es decir.
Babelia
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