"Sin 'tele' habr¨ªa 10.000 asesinatos menos al a?o"

No es gratuito que la Academia Americana de Pediatr¨ªa insista una y otra vez en que los padres deber¨ªan limitar el n¨²mero de horas que pasan sus hijos ante el televisor a una o dos a lo sumo por d¨ªa. "Si no hubiera televisi¨®n, hoy habr¨ªa 10.000 asesinatos, 70.000 violaciones y 700.000 asaltos callejeros menos al a?o en Estados Unidos". Es el escalofriante mensaje lanzado por Brandon Certerwall, profesor de la Escuela de Salud P¨²blica y Medicina Comunitaria de Washington, en el congreso sobre Biolog¨ªa y Sociolog¨ªa de la Violencia, celebrado esta semana en Valencia. Brandon asegur¨® que la aparici¨®n de la televisi¨®n en los a?os cincuenta duplic¨® las tasas de homicidios.Certerwall cit¨® un estudio realizado en Sur¨¢frica -donde la caja tonta estuvo prohibida hasta el a?o 1975- que revel¨® datos inquietantes: la tasa en ese pa¨ªs era de 5,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes blancos en 1987, frente a los 2,3 asesinatos de 197,4 (justo un a?o antes de que hiciera aparici¨®n la televisi¨®n).

Con. apenas 14 meses, los ni?os empiezan a incorporar lo que ven en el televisor. "Y lo que ven son grandes cantidades de violencia y comportamientos antisociales", se?ala el profesor. A edades tempranas, dijo, "el ni?o no aprende, copia". Y nunca antes de los cuatro a?os distingue entre realidad y ficci¨®n. Certerwall afirma rotundo que muchos de los actos violentos que se cometen de adultos esconden un poso que qued¨® fijado en su cerebro en sus primeras exposiciones ante el televisor siendo cr¨ªos.

En 1990, los ni?os americanos de entre 2 y 5 a?os ve¨ªan una media de 27 horas de televisi¨®n a la semana, "lo cual no ser¨ªa malo si entendieran qu¨¦ est¨¢n viendo". L¨®gicamente, a medida que van creciendo, comienzan a distinguir entre lo que es bueno y malo, "pero las tempranas impresiones toma das de la tele les mostraron la violencia como algo excitante, carism¨¢tico y eficaz", se?ala el profesor.

El periodo m¨¢s cr¨ªtico lo sit¨²a Certerwall antes de los 12 a?os. Entre la introducci¨®n de la televisi¨®n y la duplicaci¨®n de la tasa de homicidios suelen pasar entre 10 y 15 a?os -son datos referidos a EE UU y Canad¨¢ fundamentalmente- Y es que es entonces cuando aquellos ni?os se han convertido en adultos susceptibles de cometer un asesinato, explica el estudioso.

Dado que el negocio televisivo implica vender audiencia a los anunciantes -"la violencia en televisi¨®n sirve de entretenimiento"-, Certerwall afirma que no hay recomendaci¨®n posible para la industria televisiva. Pero s¨ª hay algo que pueden hacer los padres y la escuela: Evitar que los ni?os vean m¨¢s de dos horas de televisi¨®n al d¨ªa o seleccionar el tipo de programaci¨®n. Que la televisi¨®n deje de sustituir a la familia y que se busquen alternativas al "baby-sitter electr¨®nico" es su mensaje.Respecto de la frustraci¨®n que provocan los modelos de vida inalcanzables, Certerwall afirm¨® que ni siquiera el norteamericano medio vive como se refleja en la pantalla. "Incluso Cary Grant dijo que no le importar¨ªa parecerse al Cary Grant de las pel¨ªculas", se?al¨®. Y se mostr¨® contrario a mostrar las im¨¢genes de los condenados a muerte porque fomentan las ansias de castigo en el espectador.

"S¨¦ que va a ser dif¨ªcil instaurar la cultura de un menor consumo de televisi¨®n, pero es el reto que tenemos delante", concluy¨®. "Porque la televisi¨®n causa violencia y adem¨¢s no es necesaria".