Duda despejada
El estadio de la Comunidad de Madrid recibi¨® un intenso bautizo musical, aunque climatol¨®gicamente g¨¦lido, con la actuaci¨®n central de Metallica y las complementarias de Soundgarden y Corrossion of Conformity. El grupo cabeza de cartel demostr¨® que, m¨¢s all¨¢ de la controversia suscitada por su ¨²ltima obra, no deja de tener validez la raz¨®n por la que adoptaron su denominaci¨®n.A la hora prevista, sobre las 19.45, Corrossion of Conformity salt¨® a escena. Art¨ªfices y pioneros de un campo intermedio entre el hardcore y el heavy metal, su trayectoria no ha recibido espaldarazo alguno. Se le sit¨²a musicalmente en una hipot¨¦tica fusi¨®n entre la rabia. de Black Flag y el primigenio sonido pesado de Black Sabbath. En su posici¨®n de telonero, COC cont¨® con un sonido pobre y una tibia respuesta por parte del p¨²blico. Interesantes en su faceta discogr¨¢fica, los muchachos de Carolina del Norte tienen que (lar mucho m¨¢s juego en condiciones favorables.
Metallica, Soundgarden y Corrossion of Conformity James Hetfield (guitarra y voz), Kirk Hammett (guitarra), Jason Newsted (bajo) y Lars Urich (bater¨ªa)
Madrid, 22 de septiembre. Estadio de la Comunidad de Madrid. 20.000 espectadores. Precio: 4.000 pesetas.
Soundgarden abord¨® el escenario con cierta frialdad y estatismo. Tampoco el sonido hab¨ªa mejorado suficientemente y Chris Cornell record¨® que hace cuatro a?os el grupo ten¨ªa que haber debutado en Madrid. Quiz¨¢ consciente de que la noche ten¨ªa que entrar en calor, el vocalista se despoj¨® de su guitarra y, al menos, por un par de temas aport¨® dinamismo f¨ªsico.
Ahora que, afortunadamente, la etiqueta del grunge entra en decadencia, es hora de decir que Soundgarden se nutre de la mejor cosecha del rock cl¨¢sico de los a?os setenta. La m¨²sica del grupo es cualquier cosa menos accesible a la primera escucha. Bases ¨¢speras y correosas, y melod¨ªas vocales que se niegan a lo f¨¢cil dan como resultado un conjunto necesitado de m¨¢s atenci¨®n. Esto no ha impedido, sin embargo, que desde su anterior lanzamiento Super unkow las ventas se cuenten por millones. El suave discurrir de Black holl sun, recibi¨® una de las m¨¢s c¨¢lidas acogidas y el repertorio del grupo entr¨® en una etapa algo m¨¢s comunicativa. Siempre hablando en t¨¦rminos relativos, porque los de Seattle mantienen, tambi¨¦n en vivo, un importante grado de introspecci¨®n y hermetismo, que no deja lugar a gestos para la galer¨ªa. Es, simplemente, su manera de manifestarse.
Despu¨¦s de una espera que se antoj¨® larga, Metallica sorprendi¨® con su salida cuando las luces del estadio estaban encend¨ªdas y las del escenario apagadas.
El grupo norteamericano, el de mayor alcance dentro de la escena actual del rock duro, ha entrado en ese terreno de la madurez y el crecimiento musical con la reciente publicaci¨®n de Load. El nuevo ¨¢lbum tambi¨¦n ha tra¨ªdo bajo,el brazo la pol¨¦mica: los nuevos temas aportan arreglos novedosos y un mayor acento mel¨®dico. Como adem¨¢s la imagen de los de San Francisco se ha renovado, su afici¨®n se dispersa entre quienes prefieren los modos rotundos de antes y los que ponen buena cara ante las formas actuales. El grupo, por su parte, defiende su autonom¨ªa creativa frente a las exigencias de 'los m¨¢s celosos seguidores. Pero no hay cuidado al referirse al directo: Metallica conserva su identidad f¨¦rrea e implacable, con toda la intensidad y el poder¨ªo que le son inherente al g¨¦nero met¨¢lico en general y a su cancionero en particular. James Hetfield se permiti¨® una peque?a broma sobre la m¨²sica de baile, contrapuesta a las formas de la banda californiana.
Si la duda estaba en saber c¨®mo iba a responder Metallica en esta nueva etapa, bien puede concluirse que los cuatro de negro mantienen las claves por las que son aclamados 'internacionalmente. Si acaso precisar que el rodillo de anta?o es hoy por hoy una pared de sonido en la que se matiza m¨¢s que nunca. Consecuencia de la experiencia: lo qu¨¦ se pierda en desgaste f¨ªsico se gana en mejor hacer.
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