"G¨®mez de la Serna, en su tertulia, no reservaba el derecho de admisi¨®n"
Rafael Fl¨®rez era un forofo de las tertulias de los caf¨¦s de Madrid en los a?os cincuenta. Cuando cerraron los caf¨¦s se dedic¨® al periodismo (en el diario Madrid y en Radio Nacional), a escribir y, sobre todo, a rescatar del olvido la figura de Ram¨®n G¨®mez de la Serna. Con. ¨¦l se carte¨® durante a?os, mientras el literato estuvo en el exilio; finalmente, le conoci¨® cuando regres¨® a Espa?a. Fl¨®rez fund¨® m¨¢s tarde sus propias tertulias. Aunque a ellas ya no acud¨ªan personajes singulares de la noche madrile?a que vivi¨® Ram¨®n, como el falso Pirandello o la mujer que imitaba el silbido del tren; todav¨ªa "no hac¨ªa falta dinero para organizarlas, como sucede hoy", apunta Fl¨®rez. En la actualidad contin¨²a enriqueciendo, desde el Ateneo de Madrid. lo que, seg¨²n ¨¦l, los horteras llaman "la oferta cultural".Pregunta. ?Hay que gastar ahora mucho dinero para organizar una tertulia?
Respuesta. S¨ª, porque se pide dinero por hablar. Un d¨ªa le dije a Paco Umbral que participase en un acto que yo organizaba y me dijo: ?Y qu¨¦ dinero hay?". Luego me explic¨® que ¨¦l viv¨ªa de eso.
P. ?Se ha generalizado el cobrar por asistir a un acto cultural?.
R. Ahora ya pasa con casi todo el mundo.
P. ?Puede acercarse cualquiera a las tertulias de los grandes personajes, como suced¨ªa en tiempos de Ram¨®n G¨®mez de la Serna?
R. Hoy es imposible. Antes cualquiera se sentaba en la de G¨®mez de la Serna en Pombo. Ram¨®n era el domador de monstruos, porque ¨¦l hac¨ªa pasar a su tertulia a gentes extra?as de la Puerta del Sol: una vendedora de flores, un, vagabundo loco al que llamaban el falso Pirandello, la se?orita Ranero, de una gran familia madrile?a, que hac¨ªa el silbato del tren y le dec¨ªan: "A ver, Josefina, haga usted el pito del tren", y ella: "Piii, piii". Ram¨®n juntaba a esa gente peripat¨¦tica con periodistas, escritores y pol¨ªticos.
P. Si hubiera ahora una tertulia junto a la Puerta del Sol, ?invitar¨ªan a la gente que la frecuenta?.
R. No les dejar¨ªan entrar. En la tertulia de G¨®mez de la Serna no hab¨ªa reserva del derecho de admisi¨®n.
P. ?Qui¨¦n era Ram¨®n? R. En Madrid, era el Picasso de las letras. Consigui¨® una dimensi¨®n universal de la literatura. A este madrile?o universal hab¨ªa que resucitarle, y mi tarea ha sido ¨¦sa; de ah¨ª viene lo de llamarme Alfaqueque.
P. ?Qu¨¦ significa alfaqueque?
R. Rescatador de cautivos, en ¨¢rabe. En mi caso rescato cautivos del olvido, como Ram¨®n, Jardiel y los escritores de la generaci¨®n del cuento semanal, muy ligados a Madrid: Pedro de R¨¦pide, Emilo Carrere y muchos m¨¢s. Hoy ya nadie sabe qui¨¦nes son.
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