ESE BESO...
Jam¨¢s pudo imaginar Jolmathan Prevette, un chaval de seis a?os, rubio y con grandes gafas, que un beso suyo a una compa?era de colegio pusiera patas arriba a la sociedad norteamericana. El beso fue contemplado por una celosa profesora del colegio de Lexington, en Carolina del Norte, al que va Johnathan, y denunciado a una no menos celosa directora, que sancion¨® al chico con un d¨ªa de expulsi¨®n. La raz¨®n: acoso sexual. La tormenta de comentarios y el despliegue de medios de comunicaci¨®n oblig¨® al colegio a explicarse, y casi ha sido peor: la sanci¨®n se debe a "la norma general de la escuela que proh¨ªbe que un alumno toque a otro de forma injustificada e inoportuna". Efectivamente, aunque Johnathan explic¨® que la ni?a le hab¨ªa pedido el beso, no fue capaz de demostrar la justificaci¨®n ni la oportunidad de su impulso. Por si hubiera dudas, Jane Martin, portavoz escolar, reiter¨® la gravedad moral del acto: "Que un ni?o de seis a?os bese a una ni?a de seis es una conducta inapropiada. La inoportunidad es inoportunidad a cualquier edad". La mayor¨ªa de las reacciones consideran exagerada la postura del colegio y califican las explicaciones de la directora como un paradigma de la deformaci¨®n que puede producir la correcci¨®n pol¨ªtica llevada a sus ¨²ltimas consecuencias. Para la controvertida feminista Camilla Paglia "se trata de un excelente ejemplo de los excesos a los que lleva un archifeminismo enloquecido". "Hasta ahora, Lexington era conocido por sus buenos muebles y sus deliciosas barbacoas. Espero que este incidente no deshaga esa fama", conf¨ªa, desolado, Howard Coble, congresista de Carolina del Norte-
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