Opiniones mohicanas
Estamos en un periodo de gran concentraci¨®n editorial, esto es evidente, pero quiz¨¢ no absolutamente inevitable; de hecho, este paisaje est¨¢ siendo modificado por movimientos de s¨ªstole y di¨¢stole.Veamos el caso del Reino Unido, donde estos d¨ªas se comentaban el simult¨¢neo despido de centenares de empleados de los grandes grupos y la llamada "creciente banda de los exiliados de las corporaciones" (David Blow). En efecto, no s¨®lo subsiste en excelente forma Bloorrisbury, fundada por profesionales de la prestigiosa Jonathan Cape, tras 10 a?os de existencia, sino que Harvill se ha desgajado hace un a?o de Harper Collins, y Granta de Viking Penguin. Y una noticia reciente que ha causado gran impacto: nuestro amigo Peter Mayer, tras casi dos d¨¦cadas al frente de Viking Penguin, ha retornado a una peque?a editorial, Overlook Press, que fund¨® hace 25 a?os con su padre. Tras tanto frenes¨ª interoce¨¢nico parece que Peter Mayer quiere estar m¨¢s lejos de los aeropuertos y. de las s¨¢banas de los ordenadores y m¨¢s cerca de la edici¨®n tradicional. Y esto sucede en el mercado anglosaj¨®n, posiblemente el m¨¢s duro para tales iniciativas.
Las ventajas objetivas de los grandes grupos son manifiestas, desde la capacidad financiera al arsenal de sinergias. Pero tambi¨¦n existen focos de dispersi¨®n, agujeros negros de energ¨ªas: la reunionitis rampante, la tendencia a eludir responsabilidades, las estrategias conspiratorias casi full-time. ?stos son fen¨®menos inexistentes en las peque?as editoriales, cuyas actividades est¨¢n centradas, por ex¨®tico que parezca, en el trabajo editorial. As¨ª, Richard Cohen, un editor independiente, dec¨ªa recientemente en una entrevista: "Aqu¨ª no tenemos circuito de reuniones. Y en lugar de enviar un memor¨¢ndum simplemente alzo la voz".
La concentraci¨®n tiende a esquivar riesgos y a repetir f¨®rmulas, ya que las inversiones son enormes. Pasa en todos los ¨¢mbitos culturales, en estos tiempos de teocracia del mercado: as¨ª, las secuelas cinematogr¨¢ficas Rambo 18 o Tibur¨®n 2 7, o cuando el marchante le dice a un pintor que siga fiel a su estilo de 1977, del que persiste una gran demanda. Y esto, leg¨ªtimo comercialmente, choca frontalmente con la creaci¨®n art¨ªstica, con la investigaci¨®n, con el riesgo. As¨ª, esos productos cl¨®nicos (y en este caso los libros bien merecen la etiqueta de productos) ponen en evidencia la caracter¨ªstica central de la edici¨®n: la intersecci¨®n entre cultura y negocio, su problem¨¢tica convivencia.
Otra disfunci¨®n probable: en los sellos editoriales literarios que han sido absorbidos o creados por grandes grupos, existen a menudo grandes fricciones entre sus directores literarios y los departamentos globales de marketing y distribuci¨®n. Por no mencionar las posibles trifulcas nacionales, citar¨¦ una declaraci¨®n de Christoplier MacLehose, director de Harvill, ahora independiente:"Antes compart¨ªamos el marketing con las otras editoriales del grupo y ahora est¨¢ concentrado. No hay que perder tiempo intentando persuadir a un amplio equipo de marketing. No se puede vender a la vez a Ismael Kadar¨¦ y a la se?ora Thatcher".
Para acabar con el tema de la concentraci¨®n, es interesante observar la pol¨ªtica de absorciones o participaciones de grandes editoriales. As¨ª, en Espa?a, el caso Planeta. Para ce?irnos a las editoriales literarias participadas, se empez¨® con Seix-Barral y a?os despu¨¦s con Destino. En lugar del pronosticado "abrazo del oso", Planeta ha dejado gran libertad a estas dos editoriales, por las razones que fueren, lo cual ha facilitado sin duda la negociaci¨®n, m¨¢s reciente, con Tusquets.
Pasemos a las editoriales independientes: ¨¦stas afrontan la pelea con los grandes grupos, con desventajas pero tambi¨¦n con ventajas. La desventaja m¨¢s clara es no poder perder mucho dinero impunemente en la carrera de los anticipos, ni gozar de las famosas sinergias. Sus ventajas: la agilidad del francotirador, la continuidad de una l¨ªnea editorial, la relaci¨®n con los autores, la capacidad de tomar decisiones r¨¢pidamente o la seguridad de que al otro extremo del tel¨¦fono o del fax se puede encontrar siempre a la misma persona.El editor literario juega con varios factores: el resultado de la batalla diaria de las novedades; la vitalidad del fondo editorial; su pol¨ªtica de derechos secundarios; el aura, es decir, la marca como bander¨ªn de enganche; no es lo mismo Arman? que El Corte Ingl¨¦s.
En librer¨ªas, como bien sabemos, se depende cada vez m¨¢s de las novedades, mientras que el fondo tiende a desaparecer excepto cuando son libros de lectura escolar o acad¨¦mica, o las obras de muy contados autores.
En cuanto a la segunda vida de la edici¨®n de bolsillo, es, en general, un tema resuelto insatisfactoriamente. Muchos editores, ante la ausencia de colecciones de bolsillo adecuadas, hemos optado por el modelo vertical que tambi¨¦n opera en otros pa¨ªses, o sea, concentrar en el propio sello la edici¨®n normal y la de bolsillo, como mal menor.
El editor independiente, para paliar la dureza de la batalla en librer¨ªas, intenta establecer alianzas puntuales en derechos secundarios. As¨ª, C¨ªrculo de Lectores compra t¨ªtulos para sus ediciones de club. En cuanto a RBA, para sus colecciones de quiosco, adquiere t¨ªtulos, pero en alguna ocasi¨®n tambi¨¦n aura, como en Narrativa Actual, su colecci¨®n m¨¢s exitosa, que sali¨® amparada por siete editoriales literarias de prestigio como "argumento de ventas": en los test que organiz¨® RBA result¨® que era preferible comercialmente que aparecieran en la publicidad los nombres de dichas editoriales, ante la sorpresa de todos, ya que nadie pensaba en compradores tan sofisticados. En el nuevo proyecto de Canal Club el aura a¨²n tiene mayor importancia, ya que comprar¨¢ a los editores libros ya publicados y se dedicar¨¢ a promocionarlos y comercializarlos. Por otra parte, siguiendo con los derechos secundarios, en Planeta se est¨¢ organizando una futura gran colecci¨®n de bolsillo, de caracter¨ªsticas distintas a las habituales en Espa?a. En resumen: club, quiosco, bolsillo y esta nueva f¨®rmula de distribuci¨®n de Canal Club, cuatro soportes adicionales de la edici¨®n en librer¨ªas.
Finalmente, me alegra ver c¨®mo persisten editoriales independientes con vocaci¨®n inequ¨ªvocamente cultural. Creo que son un observatorio insustituible para prestar atenci¨®n a las nuevas voces, a los cambios culturales emergentes. En palabras de Pete Ayrton, el director de la independiente Serpent's Tail: "Lo que, est¨¢ ocurriendo es que la mainstream se est¨¢ fracturando y se est¨¢ dando paso a una gran variedad de m¨ªcroculturas".
Y conclu¨ªa que, si est¨¢n atentos a estas microculturas, los editores independientes proliferar¨¢n.
En Espa?a, por citar tres casos obvios de editoriales independientes ya veteranas, tenemos a Pre-Textos, Siruela, Quaderns Crema y una reciente Lengua de Trapo.
Para terminar, pienso que la persistencia de la edici¨®n independiente es una garant¨ªa de la libertad de creaci¨®n y expresi¨®n frente a la censura del mercado y un est¨ªmulo para las vocaciones en nuestro sector, una demostraci¨®n de que el futuro no est¨¢ tan cegado o cuadriculado como podr¨ªa temerse. Ojal¨¢ sea as¨ª, ojal¨¢ que estas opiniones mohicanas no sean demasiado ingenuas.
es director de la editorial Anagrama.
Babelia
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