Un nacionalista con piel de esp¨ªa del KGB
Par la Mosc¨², era el "hombre del di¨¢logo" Y, para los afganos, "un comunista represor"
Decenas de miles de kabul¨ªes se echaron a la calle ayer para ver, convertido en una piltrafa sanguinolenta, el enorme cuerpo que parec¨ªa de luchador de sumo de Mohamed Najibul¨¢, de 49 a?os, colgado de un poste de la luz en la c¨¦ntrica plaza de Ariana, cerca del palacio presidencial en el que residi¨® durante su mandato (1986-1992). Acab¨® as¨ª la vida de un hombre que se empe?¨® in¨²tilmente en convencer a propios y extra?os de la necesidad de una reconciliaci¨®n nacional. Pero jam¨¢s logr¨® desprenderse de la aureola de terror que se fabric¨® durante los a?os en que dirigi¨® a la polic¨ªa secreta afgana, Jad (1979-1986).
Su destino cambi¨® con la llegada al Kremlin de Mija¨ªl Gorbachov quien, ansioso por acabar con el problema afgano, hall¨® en este ferviente isl¨¢mico, aunque comunista convencido, a un "internacionalista amigo" en el que depositar su confianza para concluir una ocupaci¨®n que daba demasiados problemas a la URSS. Babrak Karmal, l¨ªder de la facci¨®n popular del Partido Democr¨¢tico Popular de Afganist¨¢n (PDPA), perdi¨® el favor de Mosc¨², que le sustituy¨® por Najibul¨¢, l¨ªder de la facci¨®n Parcham del PDPA, la de los intelectuales, en mayo de 1986. Un a?o m¨¢s tarde, se convirti¨® en presidente.
"Mi pol¨ªtica es un autob¨²s hacia la paz. Quien no se sube, se queda aislado",dijo en junio de 1990 a EL PA?S. Ten¨ªa entonces como gran m¨¦rito haber impulsado las negociaciones de Ginebra que, auspiciadas por la ONU, permitieron la salida ordenada de las tropas sovi¨¦ticas, que en 1979 llegaron para "ayudar a un Gobierno amigo".
Las buenas relaciones entabladas entonces con las Naciones Unidas -el acuerdo se firm¨® en abril de 1988- le permitieron refugiarse en la sede de esa organizaci¨®n internacional en Kabul cuando el coche en el que iba al aeropuerto para volar hacia Nueva Delhi, tras entrar en la capital las tropas de Ahmed Sha Masud, fue interceptado. Desde entonces, abril de 1992, vivi¨® con un hermano, un guardaespaldas y su ¨²ltimo jefe de Gabinete en la sede de la ONU que los talibanes no dudaron un minuto en asaltar.El ahora derrocado Gobierno de Burhanudin Rabani no se atrevi¨® a tomar la decisi¨®n de liberarlo para evitar las cr¨ªticas de sus oponentes; tampoco quiso juzgarlo porque prefiri¨® que "el futuro" se encargase de ello.
- Hijo de un rico comerciante del clan Ahmadzai, una de las tribus m¨¢s importantes de la mayor¨ªa past¨²n de Afganist¨¢n, Najibul¨¢ estudiaba Medicina en Kabul cuando se fund¨® el Partido Comunista afgano, al que se uni¨®. Corr¨ªa el a?o de 1965 y esta militancia le cost¨® un par de estancias en la c¨¢rcel durante el reinado de Zahir Sha y antes de que el PDPA se hiciese con el poder, en 1978, tras derrotar al r¨¦gimen del pr¨ªncipe Mohamed Daud.
Najibul¨¢ hablaba tan bajo que parec¨ªa imposible que en ese tono se pudiera emitir una orden tajante. Sin embargo, su intensa mirada enmarcada en unas enormes cejas negras dejaba pocas dudas sobre la firmeza de su pensamiento.
Contra todo pron¨®stico, Najibul¨¢ se sostuvo tres a?os en el poder, ya sin tropas rusas, y no par¨® de repetir que era ?necesario el di¨¢logo para mirar de frente el futuro del pueblo afgano". No se dio cuenta de que a los siete grupos guerrilleros isl¨¢micos que le combat¨ªan no les importaba el futuro de Afganist¨¢n, porque no eran m¨¢s que l¨ªderes tribales sin conciencia de Estado. En realidad, mientras Najibul¨¢ se pudr¨ªa en la sede de la ONU y el pa¨ªs se desangraba en una guerra in¨²til, se hizo evidente que ¨¦l fue el ¨²nico interlocutor v¨¢lido que tuvo la comunidad intemacional para hablar del Estado afgano.M¨¢s que comunista, Najibul¨¢ fue un nacionalista que se apoy¨® en la organizaci¨®n del partido -que unific¨® y rebautiz¨® como Watan (Partido de la Patria)- para tratar de apuntalar a Afganist¨¢n,
como un Estado-naci¨®n, en el siglo XXI. Pero todos sus esfuerzos fueron bald¨ªos. Ante su pueblo y ante los alzados en armas fue siempre "un comunista ateo e infiel". Casado y con tres hijas, Najibul¨¢ era partidario de la integraci¨®n de la mujer en la sociedad, tal vez, su "crimen m¨¢s execrable". Luch¨® contra chadores y burkas (mantones que cubren a las mujeres de cabeza a pies con min¨²sculos agujeros a la altura de los ojos) y apoy¨® una universidad abierta con j¨®venes de ambos sexos en las mismas aulas. Dimiti¨® "para evitar un ba?o de sangre" y envi¨® a su familia a India. ?l qued¨® atrapado. Ayer pag¨® el error con su vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.