La facultad ense?a a sentarse

Adem¨¢s de las instrucciones que los universitarios deben seguir estos d¨ªas para matricularse en el curso elegido alumnos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense reciben un consejo a?adido: c¨®mo utilizar los bancos de los a?os cuarenta que amueblan los vest¨ª bulos de dos plantas del edificio situado en la Ciudad Universitaria. Unos carteles, colocados encima del respaldo de cada asiento por orden del decano de la facultad, Benito del Castillo, lo dicen bien claro: "Estos bancos fueron catalogados como de gran valor. Por favor, util¨ªcelos s¨®lo para sentarse. Muchas gracias".Los 12 asientos miden unos ocho metros de largo y no son excesivamente c¨®modos. Es m¨¢s: no presentan ning¨²n tipo de adorno que dulcifique un poco el aspecto sobrio pero elegante de los a?os cuarenta con el que acogen a alumnos y profesores. Pero el caso es que fueron solicitados hace un par de a?os por el Museo de Arte Contempor¨¢neo para una exposici¨®n sobre mobiliario de la ¨¦poca de la posguerra.Y los responsables de farmacia, encantados, orgullosos -y algo sorprendidos- con la propuesta, ofrecieron todo tipo de facilidades. Ah¨ª se dieron cuenta los profesores de que sus bancos no eran unos cualquiera y a finales del a?o p asado, el decano mand¨® barnizar nuevamente todos los asientos y, para que no sufrieran desperfectos, orden¨® colocar los carteles. La nueva hornada de estudiantes de este curso se ha encontrado con ellos.La raz¨®n es simple: "Algunos estudiantes ten¨ªan la costumbre de sentarse encima del respaldo, con los pies en el asiento; o se echaban ah¨ª la siesta, y ya que estos muebles tienen el valor suficiente como para ir a una exposici¨®n,pues lo mejor que podemos hacer es cuidarlos entre todos", afirma Del Castillo, que no tiene ni idea del dinero que pueden costar los bancos: "Yo soy catedr¨¢tico de qu¨ªmica anal¨ªtica; de eso. o s¨¦ nada". Lo que s¨ª sabe el decano es que en su facultad,_reconstruida en 1944 tras los desperfectos que sufri¨® en la guerra civil, se almacenan otras cosas de valor: "Unas mesas de los laboratorios son de roble yugoslavo que ya se utilizaron en el siglo pasado". El actual carpintero que trabaja en farmacia se encarga de que no sufran m¨¢s de lo necesario. Y su padre, tambi¨¦n carpintero, hizo lo mismo.Adem¨¢s, los estudiantes cuentan con varias aulas tipo anfiteatro con bancos de madera articulados y antiguos (aunque todav¨ªa no pedidos por ninguna exposici¨®n). "Y a m¨ª me gusta que todo esto se use pero se conserve", concluye el decano.

Los estudiantes sonrien cuando se, les pregunta por el asunto del cartel. "Al principio cre¨ª que era de cachondeo, una broma o algo as¨ª, pero me parece bien la idea", comenta Andr¨¦s Sanz, de 21 a?os. Para ayudar a que los carteles se respeten, el decano, adem¨¢s, ha mandado colocar m¨¢s sillas normales en los vest¨ªbulos.

Y la consigna funciona: el pasado martes por la ma?ana no se ve¨ªa a ning¨²n alumno que utilizara los venerables bancos de la Facultad de Farmacia para algo m¨¢s que para sentarse en ellos.