La opini¨®n p¨²blica britanica ve ya al laborista Tony Blair como nuevo primer ministro
Los titulares de la prensa popular brit¨¢nica rivalizaban ayer en adjetivos solemnes para describir la intervenci¨®n del. l¨ªder laborista, Tony Blair, el martes en el congreso que su partido celebra en Blackpool. Hasta el proconservador tabloide The Sun le bautizaba como "presidente Blair", dedicando a su intervenci¨®n un generoso despliegue informativo. Otro tanto pod¨ªa decirse de los grandes diarios nacionales. Blair y su "era de logros" han sido abrazados con similar entusiasmo por todo el espectro period¨ªstico. Desde los m¨¢s recalcitrantes diarios conservadores, como The Dady Mail o The Dail Telegraph, hasta el prolaborista The G¨²ardian o el moderadamente progresista The Independent, reconoc¨ªan las extraordinarias dotes oratorias de un hombre que, sin concretar sus promesas -aparte de una lista de votos casi religiosos que Blair se comprometi¨® a mantener y que son una mera ampliaci¨®n de los cinco objetivos ya enunciados en el manifiesto laborista- viene a inyectar aire fresco en la vida pol¨ªtica brit¨¢nica. Aun as¨ª, si el l¨ªder ha merecido un aprobado alto en l¨ªneas generales, el partido que representa no ha conseguido el visto bueno en territorios tan exigentes como la p¨¢gina editorial del Financial Times.
La mayor parte de los analistas coincid¨ªan en reconocer que el Nuevo Laborismo tiene mucho de Viejo Conservadurismo en lo que a las medidas gl¨®bales se refiere, pero ¨¦ste es, al parecer el m¨¦rito de Blair a ojos de los intelectuales de la pol¨ªtica, haberle quitado el pelo de la dehesa a un partido obrerista que, a juzgar por los resultados de las ¨²ltimas cuatro elecciones generales, nunca entendi¨® a la clase obrera. Blair ha optado, al fin, siguiendo el ejemplo de Margaret Thatcher, por redefinirlo como el partido de la naci¨®n.
Esc¨¢ndalo 'tory'
El Nuevo Laborismo ha recibido adem¨¢s un inesperado espaldarazo con el rebrote del esc¨¢ndalo de corrupci¨®n parlamentaria denunciado hace dos a?os por The Guardian y que afecta, b¨¢sicamente, a los diputados tories. Datos del Gobierno a los que ese diario ha tenido acceso en el curso del proceso legal -interpuesto y, finalmente retirado, por Neil Hamilton, uno de los conservadores afectados- sit¨²an en 21 el n¨²mero de diputados tories que han recibido dinero del mismo oscuro personaje, Ian Greer, que pag¨® a Hamilton.Al parecer, los 21 conservadores, entre ellos el propio ministro de Defensa, Michael Portillo, se beneficiaron en distinta medida de la donaci¨®n de 29.000 libras (5,8 millones de pesetas) hecha por dos empresarios, uno de ellos el multimillonario egipcio Mohamed Al Fayed, due?o de los grandes almacenes Harrods. Al Fayed ech¨® ayer nueva le?a al fuego al reconocer que pag¨® 18.000 libras a los diputados que le indic¨® Greer. "Aqu¨ª se alquila a los diputados como se alquila un taxi", asegura el empresario egipcio que le coment¨® Greer, miembro de un lobby parlamentario.
Dos diputados laboristas y un liberal dem¨®crata recibieron tambi¨¦n dinero de la misma fuente. Aunque no hay en este hecho nada de ilegal, Blair reclam¨® ayer la necesidad de clarificar la financiaci¨®n de los partidos siguiendo el ejemplo de EE UU.
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