"Madrid es una de las ciudades menos horteras que existe"
En el Madrid (y la Espa?a) de hace bastantes d¨¦cadas los que aqu¨ª viv¨ªan galanteaban desde una distinguida austeridad, que era lo poco que se ten¨ªa a mano pero le daba al portador un aspecto de indudable hidalgu¨ªa. La sobriedad era la gran virtud y el dinero, escaso, una preciada herramienta que, sin embargo, s¨®lo ten¨ªa como utilidad la de llenar de viandas el puchero y, de paso, el est¨®mago . 25 a?os de posguerra y llegan los sesenta y el despegue econ¨®mico y el bienestar... Y tanta prosperidad ha provocado un empacho que ni la palabra vianda se utiliza porque comer, lo que se dice comer, es lo de menos en el mundo del fast-food, el ketchup, el lujo, el estado y la ostentaci¨®n. Del pa?o se pasa al dise?o, del seiscientos al 16 v¨¢lvulas, de la siesta al fitness y del mueble franciscano a la chaiselonge. De este v¨¦rtigo, m¨¢s o menos, es de lo que versa La Espa?a hortera, el t¨ªtulo del libro que ya, como un bofet¨®n, nos sit¨²a de pleno en el meollo de lo que hablamos. Javier Lorenzo (Madrid, 1960), su autor, como buen periodista, ha agudizado su nivel de observaci¨®n para hacer un retrato de nuestro pa¨ªs y su paisanaje actual. Ya desde la portada, un toro habla por tel¨¦fono (m¨®vil, claro) y en el pr¨®logo, Luis Carandell nos recuerda que la palabra hortera es madrile?a, y entonces, uno se echa a temblar.Pregunta. ?Por qu¨¦ nace en Madrid esta palabra?
Respuesta. Para denominar a ciertos dependientes de comercios, generalmente textiles, que se afanaban en utilizar los mismos pa?os que aquellos con los que hac¨ªan trajes, a sus clientes y as¨ª parecerse lo m¨¢s posible a los se?oritos. Pero ellos se re¨ªan diciendo: "?Eh, mira ¨¦se, qu¨¦ hortera!".,
P. ?Es de horteras querer y no poder?
R. Igual que poder y afanarse por ostentarlo. En esto el madrile?o sigue siendo muy des prendido porque, por ejemplo, a pesar de las tarifas, siempre encuentras a alguien que te deja usar su tel¨¦fono m¨®vil.
P. Y se compra un piano aunque en la casa no haya tradici¨®n musical.
R. Para colocar un florero comprado en el "todo a 100".
P. ?Ser¨ªa injusto deducir que si aqu¨ª est¨¢n los or¨ªgenes de la palabra es porque Madrid es una ciudad de horteras?
R. Esto es demasiado. Igual que se dice tantas veces que Madrid es un crisol de las Espa?as, tambi¨¦n puede serlo de las horteradas, pero s¨®lo eso.
P. L¨¢ncele un capote entonces a esta ciudad porque, ya sabe, si ser espa?ol es un orgullo, ser madrile?o es un t¨ªtulo...
R. Si somos naturales, Madrid es una de las ciudades menos horteras que existe.
La Espa?a hortera. Editorial Temas de Hoy. 1.950 pesetas.
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