La cuerda que se rompe
Ya antes de que. el IRA reivindicase el atentado del lunes, la mayor¨ªa de los expertos en el conflicto de Irlanda del Norte, que en los ¨²ltimos 27 a?os se ha cobrado m¨¢s de 3.000 muertos, coincid¨ªa en interpretar el ataque contra el cuartel general de las fuerzas brit¨¢nicas en Lisburn como el acto de un comando de este grupo terrorista cat¨®lico.
Tras la ruptura del alto el fuego, el pasado 9 de febrero, los Provisionales hab¨ªan respetado, sin embargo, el juego de fuerzas en Irlanda del Norte, limit¨¢ndose a peque?os golpes que no pon¨ªan en peligro el acuerdo t¨¢cito de paz entre los diferentes grupos paramilitares, los que luchan por una Irlanda unida (b¨¢sicamente, el IRA) y los que luchan por evitar que la uni¨®n de las dos Irlandas llegue a ser una realidad. Un acuerdo vigente desde el oto?o de 1994.
Las fuerzas de seguridad brit¨¢nicas estaban preparadas, no obstante, para cualquier "respuesta" violenta del IRA tras la ca¨ªda hace dos semanas de uno de sus comandos en Londres, y la muerte de uno de sus presuntos miembros, Diarmuid O'Neill, de 27 a?os, por disparos de la polic¨ªa en la capital brit¨¢nica. Colocar dos coches cargados de explosivos en el interior del recinto militar m¨¢s vigilado del territorio brit¨¢nico, ha sido la contundente respuesta por parte del IRA.
Sin embargo, con esta acci¨®n los Provisionales han puesto en grave peligro la paz en Irlanda del Norte, al hacer inevitable una respuesta no menos violenta de los paramilitares protestantes.
Infinita paciencia
Hay que decir, sin embargo, que en los ocho meses que lleva rota la tregua del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA) Provisional los paramilitares protestantes han dado prueba de infinita paciencia.Una serie de bombas en Gran Breta?a, algunas tan serias como la que destruy¨® la estaci¨®n de South Quay en los Docklands de Londres el pasado 9 de febrero, o la que en junio pasado se llev¨® por delante parte del centro comercial de Manchester, podr¨ªan muy bien haber convencido a los terroristas prounionistas de que el di¨¢logo pol¨ªtico y el proceso de paz estaban muertos y enterrados. No ha sido as¨ª. Tampoco la bomba en un hotel de Enniskillen, al sur del Ulster, en julio pasado, rompi¨® la tensa cuerda de la paz.
Nadie sabe cu¨¢l ser¨¢ la respuesta de estas organizaciones tras responsabilizarse el IRA del atentado de Lisburn. Es posible, como se?alan los especialistas en el conflicto, que est¨¢ vez s¨ª se rompa la cuerda. Pero tampoco ser¨ªa extra?o que no ocurrieranada. Que todos lo aceptaran como un paso m¨¢s en la degradaci¨®n del proceso de paz y en el deterioro de la convivencia en Irlanda. del Norte.
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