Una extensa red de matones de discoteca controlaba la venta de drogas de dise?o
La llamaban la banda de los Miami. Una organizaci¨®n mafiosa compuesta por al menos 18 personas que, seg¨²n la polic¨ªa se hab¨ªa erigido en una de las tres organizaciones que controlan el tr¨¢fico de las drogas en la regi¨®n. Para ello se hab¨ªan introducido en los servicios de seguridad de siete salas de m¨²sica bakalao de Madrid, Alcal¨¢ de Henares y Coslada, desde donde, con sus matones dirig¨ªan la venta del ¨¦xtasis y la coca¨ªna que importaban de Holanda.Comandada por cuatro mafiosos -Jose Luis L.S., de 30 a?os, alias Josito Miami; Manuel M.A., de 22 a?os, alias Victor; Antonio Alberto B.C., de 31, Care y Manuel T.B., de 25, Cachito-, la organizaci¨®n criminal, siempre seg¨²n las investigaciones policiales que han llevado a su desarticulaci¨®n este fin de semana, hab¨ªa establecido un r¨¦gimen de terror entre sus distribuidores, algunos menores de edad. As¨ª, cuando un camello no cumpl¨ªa las expectativas de venta -1.000 pastillas por semana -, la banda los multaba. En caso de que no mejorasen las ventas, la organizaci¨®n pasaba a la paliza.
La base de este sistema de amedrantamiento la constitu¨ªan, seg¨²n la polic¨ªa, los matones que la banda hab¨ªa reclutado en los gimnasios de culturismo y que, armados, igual serv¨ªan para disuadir la competencia de camellos no deseados en las discotecas que controlaban como para imponer la ley del silencio entre sus integrantes. Un hermetismo que ni siquiera quebraron las contundentes palizas que supuestamente recibieron tres miembros d¨ªscolos de la banda.
"Las v¨ªctimas no se atrev¨ªan a denunciar porque la banda, antes de reclutarlos, se informaba de su situaci¨®n personal y familiar. De este modo, les amenazaban con agredir a su familia en caso de que presentasen denuncia. Esto le ocurri¨® a un chaval de 18 a?os al que le dijeron que si quer¨ªan denunciarles que lo hiciese, pero que ellos sab¨ªan d¨®nde viv¨ªa su madre y qui¨¦nes eran sus hermanas", se?al¨® una fuente policial.
Esta cerraz¨®n dificult¨® las investigaciones del Grupo XVIII de la Polic¨ªa Judicial, iniciadas en abril pasado y que no avanzaron hasta la detenci¨®n de varios j¨®venes bakaladeros.
PASA A LA P?GINA 3
Los Miami ocultaban en un piso de Moratalaz 12.000 dosis de '¨¦xtasis' y un, arsenal de armas
VIENE DE LA P?GINA 1Los detenidos, seg¨²n la polic¨ªa, eran peque?os distribuidores de ¨¦xtasis en las discotecas Space, Radical y Friends. Sus testimonios aportaron los primeros indicios que apuntaban a una organizaci¨®n criminal radicada en las salas de bakalao. Las posteriores investigaciones permitieron determinar que la mayor¨ªa de los distribuidores -los componentes de la banda ten¨ªan edades comprendidas entre los 18 y los 34 a?os eran j¨®venes con un elevado consumo de drogas e incluso drogodependientes. Los agentes advirtieron sus movimientos en las discotecas Max, Friends, Underground y EpsiIon, de Madrid; Las Cuevas y Radical, de Alcal¨¢ de Henares (165.000 habitantes), y en la sala Orbital, de Coslada (80.000 habitantes).
Poco a poco se destap¨® la estructura piramidal de la organizaci¨®n, que operaba desde principios de a?o. Dividida entre matones y distribuidores, el mando de la banda estaba supuestamente en manos de Jos¨¦ Luis L. S., Josito Miami, un hombre con seis antecendentes policiales por amenazas y coacciones, a quien los agentes consideran extremadamente violento. De hecho, al ser detenido, intent¨® atropellar a un polic¨ªa.
Como muestra de su poder,Josito Miami dispon¨ªa de un guardaespaldas. Se trataba de Juan Carlos G. P., de 29 a?os, a quien en la organizaci¨®n hab¨ªan apodado Cien Duros, porque "se pasaba de duro", en palabras de los Investigadores. En su historial figuran siete detenciones por amenazas y coacciones.
El control de la distribuci¨®n de la droga reca¨ªa en Antonio Alberto B. C., Care. Para su tarea dispon¨ªa de dos lugartenientes -los hermanos Javier y Alfonso S. T- S¨®lo en el centro de Madrid repart¨ªan un m¨ªnimo de 2.000 pastillas a la semana.
El tercer hombre de la banda era Manuel T. M." Cachito. Le hab¨ªan asignado el cargo de cocinero, es decir, el encargado de manipular la droga. El ¨²ltimo miembro de la c¨²pula se llama Manuel M. A., V¨ªctor, quien ten¨ªa a su cargo, a tenor de la informaci¨®n policial, losdep¨®sitos de drogas y armas almacenados en la calle de Jos¨¦ Bergam¨ªn, 54 (Moratalaz). En este piso, el Grupo XVIII de la Polic¨ªa Judicial descubri¨® 12.000 pastillas de ¨¦xtasis, cuatro kilos de coca¨ªna y una prensa para la preparaci¨®n de ladrillos de dicha droga, as¨ª como una escopeta repetidora marca Franchi, una carabina Mauser, una pistola de 9 mil¨ªmetros Parabellum, otra de 22 mil¨ªmetros con silenciador, dos rev¨®lveres, cientos de balas, pu?os americanos y un bate de b¨¦isbol.
Este arsenal confer¨ªa a la organizaci¨®n un poder que les permit¨ªa incluso intimidar a los responsables de las salas para que incluyesen en su personal de seguridad a sus matones. En caso de negativa, la banda, siempre seg¨²n fuentes polic¨ªales, no dudaba en amenazarles con armar broncas.
Una vez introducidos en las salas, los mafiosos abr¨ªan las compuertas de sus almacenes. La mayor¨ªa de las drogas incautadas proceden de Holanda. En el caso de los ¨¦xtasis se trata de los denominados rombos y fresas con nata. La coca¨ªna, aunque originaria de Colombia, hab¨ªa llegado a Madrid desde los Pa¨ªses Bajos.
Entre los flecos de la investigaci¨®n figura la procedencia de las armas. La polic¨ªa investiga ahora si han sido utilizadas en la comisi¨®n de alg¨²n delito.
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