Euroforia
Los mercados apuestan por una moneda ¨²nica formada por muchos pa¨ªses, incluido Espa?a
"Han sido tres semanas alegres, euf¨®ricas y convergentes". Un analista resum¨ªa as¨ª la espectacular subida que ha registrado los mercados europeos de renta fija, en especial los del sur de Europa, ante la expectativa de que el euro estar¨¢ formado por un n¨²mero inesperadamente alto de pa¨ªses. La entrada de Finlandia en el mecanismo de cambios europeo este fin de semana refuerza esta idea. En cuesti¨®n de dos meses, coincidiendo con la mejora en la actividad econ¨®mica de la Uni¨®n Europea, la contenci¨®n de la inflaci¨®n a cotas m¨ªnimas y, sobre todo, la presentaci¨®n de unos presupuestos muy restrictivos que pretenden reducir el d¨¦ficit al 3% de PIB exigido en el Tratado de Mastricht, la opini¨®n acerca del ¨¦xito de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria (UEM) ha cambiado radicalmente. Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y la propia Comisi¨®n Europea creen que al menos diez de los quince pa¨ªses miembros participar¨¢n en el euro desde su lanzamiento. Una perspectiva que provoca un fuerte recelo en Alemania.La impresionante ca¨ªda de los tipos de inter¨¦s a largo plazo en los pa¨ªses perif¨¦ricos, como Espa?a, es el mejor reflejo de la creciente confianza de los mercados en la capacidad de estas econom¨ªas para cumplir los criterios de convergencia (d¨¦ficit y endeudamiento p¨²blicos, inflaci¨®n, tipos de inter¨¦s y estabilidad cambiaria). La rentabilidad del bono espa?ol a diez a?os -una de las referencias de los cr¨¦ditos privados a largo plazo- lleg¨® a caer la semana pasada a 7,55%, dos puntos menos que hace ocho meses cuando se celebraron las elecciones generales, y cinco menos que en la primavera de 1995, cuando la peseta se devalu¨® por cuarta vez. El diferencial con Alemania, que mide el riesgo de invertir en un activo espa?ol, tambi¨¦n ha ca¨ªdo a cotas m¨ªnimas hist¨®ricas: 1,6 puntos.
En una encuesta realizada por Reuter a 16 analistas expertos en Espa?a, nueve est¨¢n seguros de su entrada en la UEM desde el principio y dos le dan un 50% de posibilidades. El resto opina que participar¨¢ pero m¨¢s tarde. "Hab¨ªa bastantes dudas y, sobre todo, mucho desconocimiento sobre la situaci¨®n e incluso los datos econ¨®micos de Espa?a", se?ala F¨¦lix Gonz¨¢lez, de Beta Capital. "Los inversores extranjeros se han dado cuenta de repente de que es un pa¨ªs que puede entrar en la UEM y han cambiado las expectativas de forma radical".
Resistencia del Bundesbank
La posibilidad de que los miembros del llamado Club Mediterr¨¢neo (Espa?a, Italia y Portugal) tengan ¨¦xito en su ajuste fiscal y compitan para entrar en la moneda ¨²nica en igualdad de condiciones con otras econom¨ªas con mejor historial inflacionista, despierta sentimientos encontrados en Alemania y Francia, los dos socios que se propugnan como el eje principal de la uni¨®n monetaria. A las declaraciones del presidente franc¨¦s Jacques Chirac, luego rectificadas, sobre la imposibilidad de que participe Italia, se sumaron la semana pasada las del presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, quien puso en duda la capacidad de algunos pa¨ªses europeos para mantener la disciplina fiscal que piensan aplicar para 1997, a?o sobre cuyos datos se basa el examen de entrada en la moneda ¨²nica. El banco central alem¨¢n teme que un euro en el que participen estas econom¨ªas sea m¨¢s d¨¦bil que el marco e impulse al alza los tipos de inter¨¦s.Mientras, los industriales alemanes y franceses, escaldados por las devaluaciones de la peseta y la lira en los ¨²ltimos a?os, han presionado repetidamente a sus gobiernos para que la UEM incluya al mayor n¨²mero de pa¨ªses posible y se eviten as¨ª las devaluaciones competitivas de los que queden fuera de la misma.
Los mensajes del Bundesbank recuerdan a los que lanz¨® en el verano de 1992, meses antes de la crisis del Sistema Monetario Europeo, criticando los elevados tipos de inter¨¦s que manten¨ªan algunas econom¨ªas europeas -entre ellas Espa?a- para sostener artificiamente sus tipos de cambio pese a que el momento del ciclo econ¨®mico -recesivo- requer¨ªa una pol¨ªtica monetaria m¨¢s laxa. Esta se?al, junto al no dan¨¦s a Maastricht, desencaden¨® un brutal ajuste de paridades en el mecanismo de cambios y la salida de la lira italiana y la libra esterlina.
Estados Unidos comparte la preocupaci¨®n del Bundesbank. Su secretario del Tesoro, Robert Rubin, expres¨® hace una semana su deseo de reunirse con sus socios europeos para debatir los efectos que puede tener sobre el d¨®lar la constituci¨®n de un euro con menos credibilidad que el marco. Tras a?os de fuertes oscilaciones, EE UU ha logrado estabilizar la cotizaci¨®n de su divisa y lo ¨²ltimo que desea es que una moneda com¨²n europea m¨¢s d¨¦bil que el marco provoque una hu¨ªda de la inversi¨®n hacia el d¨®lar que da?e a la industria exportadora y desequilibre su balanza exterior.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.