La radio desata una venganza criminal
Despu¨¦s de escuchar un emotivo programa sobre la muerte de una ni?a, un recluso mata al asesino
El Russ & Bo Show, un programa de radio vespertino emitido en Orlando (Estados Unidos), generalmente se ocupa de "mujeres y cerveza", por utilizar la expresi¨®n de uno de sus presentadores, Russ Rollins. Sin embargo, el 25 de septiembre el programa se dedic¨® al tema del abuso infantil, en conmemoraci¨®n del 14? aniversario de la muerte de Ursula Sunshine Assaid. Ursula fue torturada y asesinada por Donald McDougall, novio de su madre. Su asesinato todav¨ªa suscita dolor en Orlando y, en el aniversario, el Russ & Bo Show le dedic¨® cinco horas. Entre llamada y llamada, Rollins describi¨® minuciosamente los sufrimientos que padeci¨® Ursula. Tras alcanzar un cl¨ªmax emocional al as 20.50, la misma hora en que muri¨® la ni?a, pidi¨® un minuto de silencio. Como Rollins declar¨® a Time: "El silencio es poderoso en un programa". Una de las personas que escuchaban el programa aquella noche era Arba Earl Barr, de 33 a?os, preso en la Avon Park Correctional Institution, la misma prisi¨®n en la que estaba encarcelado McDougall. Barr cumpl¨ªa una condena de 114 a?os por delitos de agresiones y atracos. El 1 de octubre, seg¨²n fuentes policiales, Barr, McDougall y otros 200 reclusos se encontraban en el patio de la prisi¨®n despu¨¦s de la cena cuando Barr tom¨® una barra de hierro utilizada en un juego y golpe¨® con ella a McDougall hasta matarlo. Los funcionarios de la prisi¨®n afirmaron que hab¨ªan puesto a McDougall bajo custodia la noche del programa de Russ & Bo Show porque presos que lo hab¨ªan escuchado les dijeron que una de las personas que hab¨ªa llamado al programa hab¨ªa ofrecido una recompensa de 1.000 d¨®lares (128.000 pesetas) a quien matara a McDougall. Despu¨¦s de cinco d¨ªas bajo custodia, McDougall insisti¨® en que se levantaran las medias de protecci¨®n. Aquella misma tarde fue asesinado.?Desempe?¨® alg¨²n papel en la muerte de MeDougall el programa de radio? La cadena afirma que no hubo ninguna menci¨®n de una recompensa en el programa, pero se niega a hacer p¨²blica una cinta del mismo. Se ofreciera o no una recompensa, el programa fue sumamente denso y emotivo, y es seguro que Barr lo escuch¨®. Su abogado, Rex Dimmig, afirm¨®: "Barr me dijo que, efectivamente, sigui¨® al menos partes de la emisi¨®n. Estaba sintonizada en el aparato de radio de la celda donde se encontraba. Adem¨¢s, los presos comentaron el programa".
Russ & Bo Show es un programa popular entre los presos de la regi¨®n, y puede que Barr incluso escuchara alguna de las llamadas que algunos reclusos hicieron a la cadena de radio manifestando airadamente lo que pensaban que deb¨ªa hacerse con McDougall. "Recibimos llamadas de presos aquella noche", reconoci¨® Rollins. "En ellas describ¨ªan qu¨¦ les ocurre en prisi¨®n a quienes abusan de los ni?os. Hablaron de una sesi¨®n de manta, consistente en que alguien arroja una manta sobre el culpable de este tipo de delitos mientras el resto de los reclusos se ensa?an a golpes con ¨¦l. Cierto preso dijo que eso era lo que deb¨ªa hacerse [con McDougall], pero nosotros cortamos y dimos paso a otra llamada". La peque?a Ursula hab¨ªa muerto despu¨¦s de que McDougall y Susan Assaid le impidieran comer y beber durante una semana. A continuaci¨®n, en presencia de Susan, McDougall peg¨® a la ni?a y la mat¨®. Fue declarado culpable de asesinato en segundo grado y sentenciado a 34 a?os de c¨¢rcel; Susan cumpli¨® cinco a?os de una sentencia de 15 por homicidio.
Desde 1992, las dos veces en las que se hab¨ªa planteado la posibilidad de que McDougall pudiera abandonar la prisi¨®n, Florida endureci¨® las normas que, regulan la posibilidad de acortar las penas de los reclusos. La semana pasada, sin embargo, el Tribunal Supremo de Florida derog¨® esos cambios. Funcionarios policiales declararon a Time que, como consencuencia de esa sentencia, McDougall probablemente hubiera cumplido los requisitos para abandonar la prisi¨®n el pasado viernes.
Rollins niega tener responsabilidad en la muerte de McDougall: "Nosotros nos limitamos a dar nuestra opini¨®n y a facilitar que el p¨²blico pudiera expresar la suya", afirm¨®. Incluso aunque el programa fuera incendiario, est¨¢ claro que cuenta, con la aprobaci¨®n de ciertos oyentes. Seg¨²n Rollins, la gente contin¨²a llamando y enviando faxes a la cadena para ofrecer recompensas a Barr.
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