Caro gas¨®leo

NO ES habitual que la liberalizaci¨®n de precios de los carburantes, medida adoptada con el fin de estimular la competencia, se traduzca en un crecimiento medio del precio del gas¨®leo del 12% en cuatro meses. Se asegura que se trata, fundamentalmente, de un efecto derivado de la subida del crudo en origen (y de la mayor calidad del gas¨®leo que se distribuye ahora). Pero si fuera por eso, tambi¨¦n las gasolinas habr¨ªan subido, y no es el caso, seg¨²n alegan los transportistas. Algunos de ellos se manifestaron ayer en Madrid con sus camiones para denunciar lo que consideran pr¨¢cticas monopolistas de las compa?¨ªas petroleras.No ser¨ªa la primera vez que una supresi¨®n de topes se traduce en un aumento de los precios cuando el mercado est¨¢ sometido a situaciones de oligopolio. En Espa?a, dos compa?¨ªas, Repsol y Cepsa, controlan el 80% del mercado. Si en las gasolinas s¨ª se ha producido una bajada puede ser porque, a diferencia de los gas¨®leos, la libertad de precios lo es en el marco de un sistema con un tope m¨¢ximo fijado semanalmente en base a una serie de par¨¢metros. El Gobierno tiene intenci¨®n de suprimir esos topes tambi¨¦n para las gasolinas en el primer trimestre de 1997. Es de esperar que la medida no produzca los mismos efectos al alza que en el caso del gas¨®leo .

En todo caso, las organizaciones gremiales del transporte han anunciado su intenci¨®n de denunciar las supuestas pr¨¢cticas de c¨¢rtel (convenio bajo cuerda para evitar la competencia y mantener los precios) ante el Tribunal de Defensa de la Competencia. El Gobierno ha pedido a las petroleras que mantengan sus precios por debajo de la media comunitaria, y ha ofrecido algunos datos que explicar¨ªan la subida al margen de esas supuestas pr¨¢cticas duopolistas.

Un motivo ser¨ªa el aumento de la demanda. En 1995 casi un tercio de los veh¨ªculos matriculados eran de gas¨®leo, mientras que cuatro a?os atr¨¢s apenas superaban el 12%. El desfase entre demanda y oferta ven¨ªa cubri¨¦ndose con importaciones de la ex URSS, pero la nueva normativa europea, que reduce el contenido de azufre autorizado, impide ahora acudir a ese remedio. Sea como sea, es evidente que el efecto buscado con la liberalizaci¨®n no se ha conseguido, y que tiene fundamento la sospecha de que las empresas intentan recuperar por un lado (gas¨®leo) el recorte de beneficios padecido por otro (gasolina). Con el agravante del efecto inflacionista del combustible que mueve la mayor parte del transporte de superficie.