Alem¨¢n y Ortega libran una incierta batalla por la presidencia de Nicaragua
La realidad super¨® los peores pron¨®sticos. La tremenda desorganizaci¨®n en las elecciones generales de Nicaragua amenazaba ayer con impedir el voto en amplias zonas del pa¨ªs, en donde tres horas despu¨¦s de haberse abierto las urnas no se hab¨ªan recibido ni siquiera las papeletas. Los departamentos m¨¢s afectados, en el centro y el norte de la Rep¨²blica, son aqu¨¦llos donde en los comicios de 1990 la poblaci¨®n castig¨® duramente al Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN)
Estas irregularidades pueden resultar decisivas en un escrutinio que los sondeos preve¨ªan muy apretado entre los dos principales candidatos a la presidencia del pa¨ªs: Arnoldo Alem¨¢n, de la derechista Alianza Liberal, y Daniel Ortega, del Frente Sandinista, la guerrilla que derroc¨® al dictador Anastasio Somoza en 1979. Si bien en un principio las encuestas daban un triunfo holgado a Alem¨¢n, la sofisticada e impecable campa?a electoral sandinista ha aupado a Daniel en las ¨²ltimas semanas a una posici¨®n equivalente. Si ninguno de los candidatos supera el 45% de los votos, habr¨¢ una segunda vuelta al cabo de un mes.La jornada, de la que tambi¨¦n saldr¨¢n elegidos diputados y alcaldes, se present¨® con problemas para todos los gustos. Un total de 26 municipios de los departamentos de Chontales, Boaco, Matagalpa y Jinotega no hab¨ªan recibido la documentaci¨®n electoral completa a las diez de la ma?ana, tres horas despu¨¦s de la apertura oficial de los colegios. La raz¨®n aducida fue que la empresa encargada de fabricar las papeletas andaba todav¨ªa imprimi¨¦ndolas en la noche del s¨¢bado.
En estas zonas, adem¨¢s, se registraron numerosos defectos en la elaboraci¨®n del censo el pasado a?o. Estamos hablando de una bolsa de 350.000 votantes potenciales para un padr¨®n electoral de 2,4 millones de inscritos.
Impotencia
La sensaci¨®n de impotencia era enorme: la polarizaci¨®n de la intenci¨®n de voto entre Alem¨¢n y Ortega ha caldeado los ¨¢nimos hasta el punto de revivir los recuerdos de los enfrentamientos armados que sacudieron al pa¨ªs entre 1978 y 1989. El voto parece haberse convertido en la herramienta para derrotar al enemigo: Alem¨¢n, ex alcalde de Managua, al que los sandinistas presentan vinculado al somocismo, y Ortega, cuya nueva imagen n¨ªvea y fraternal no acaba de borrar el recuerdo de su gesti¨®n autoritaria al frente del pa¨ªs y de sus discursos incendiarios.Aunque el Consejo Supremo Electoral trataba de calmar los ¨¢nimos, asegurando que a pesar de los retrasos se llevar¨¢n a cabo las votaciones en todos los rincones del pa¨ªs, la preocupaci¨®n era palpable en la diligencia de la Alianza Liberal, los organismos internacionales que supervisan el proceso y la Iglesia cat¨®lica, que se ha identificado sin pudor con el arnoldismo. Y es que las zonas m¨¢s afectadas por los fallos organizativos son los "puntos calientes" de Nicaragua, donde la memoria de la guerra entre el Gobierno sandinista y los grupos de resistencia, conocidos como la Contra, est¨¢ a¨²n fresca. De hecho, los grupos rearmados a¨²n se pasean por los poblados. "Nos preocupan mucho estas irregularidades administrativas", afirmaba ayer Alem¨¢n, que recordaba que en estos 26 municipios el Frente Sandinista sufri¨® una estrepitosa derrota en los comicios de 1990. El ex alcalde capitalino a?adi¨® unas gotas de suspicacia al comentar despu¨¦s que la mayor parte de los cuadros intermedios del Consejo Supremo Electoral est¨¢n estrechamente vinculados a la antigua guerrilla.
Los problemas de organizaci¨®n resultan m¨¢s sangrantes si se tienen en cuenta las condiciones en que estas poblaciones deben acudir a votar: entre las aldeas desperdigadas y las urnas m¨¢s cercanas hay horas de trayecto por caminos que las lluvias que siguen azotando al pa¨ªs han dejado en estado intransitable.
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