Darwin, rehabilitado por la Iglesia
Tras la rehabilitaci¨®n de G¨¢lileo, el Papa acaba de dar un gran paso hacia el reconocimiento de las teor¨ªas del evolucionismo que en el siglo XIX ( ... ) removieron los conocimientos sobre el origen del hombre. En v¨ªsperas del tercer milenio del nacimiento del cristianismo, la Iglesia cat¨®lica busca entre las sombras de su pasado. Con esto no se acaba el retoque ( ... ) de los muros de su edificio doctrinal. Contra las tesis evolucionistas, la Iglesia defendi¨® la lectura literal e hist¨®rica de la creaci¨®n que relata el G¨¦nesis. ( ... ) Al estimar que el evolucionismo es m¨¢s que una hip¨®tesis, Juan Pablo II no s¨®lo acaba de romper con las ense?anzas de sus predecesores, sino que admite que en el darwinismo, lejos alejarse de su obra creadora, Dios la dirige hacia su fin -que es el hombre- y hacia la posesi¨®n de la materia por el esp¨ªritu. Las consecuencias de esta rehabilitaci¨®n pueden ser considerables. La distancia tomada con la lectura fundamentalista de la Biblia puede hacer mella en el edificio dogm¨¢tico cristiano. ( ... ) Sin la noci¨®n de la culpa heredada, los dogmas centrales de la fe cristiana no se entienden. Desde el momento en que se admite que el hombre no ha nacido del dedo de Dios, ( ... ) habr¨¢ que revisar todas las explicaciones sobre la existencia del mal en el mundo. Al cumplir, con retraso, con las exigencias de la comunidad cient¨ªfica, la Iglesia ve abrirse bajo sus. pies un abismo vertiginoso.(...)25 de octubre
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