Verg¨¹enza ajena

?Qu¨¦ verg¨¹enza pas¨¦! Bueno, verg¨¹enza ajena. En una de mis visitas para la compra semana un hipermercado de gran superficie de Majadahondada, se me ocurri¨® conversar con la cajera, una chica joven, amable y muy capaz en su trabajo, y preguntarle si estaba contenta con el traslado, debido a la apertura del nuevo establecimiento a unos pocos kil¨®metros de all¨ª. o si hubiese preferido quedarse donde estaba. "?Contenta? Pero si ma?ana nos echan a todas, se llevan al nuevo establecimiento s¨®lo a las que tienen contrato fijo. Nosotras, a la calle". Sent¨ª subir el rubor a mis mejilas, un poco por el corte, pero, sobre todo por rabia. "Disculpa, pero pens¨¦ que, dado que el nuevo s¨²per es mucho m¨¢s grande. tendr¨ªa que contratar a m¨¢s gente en lugar de echaros. Me hac¨ªa ilusi¨®n pensar que estuvieran generando trabajo". "Por supuesto que cogeran a m¨¢s gente. Pero nosotras, a la calle. Ya sabes, cosas de contratos".?Es ¨¦stala manera de generar puestos de empleo? ?Cu¨¢ndo empezaran los Gbiernos a impedir que los empresarios hagan lo que les venga en gana? ?Llegar¨¢ el d¨ªa en que alguien decida hacer algo por este pa¨ªs?- .